Walt Disney nació en Chicago en 1901 y muy pronto demostró interés por dibujar. Asistió a clases de arte siendo niño y trabajó como ilustrador comercial desde los 18 años. Se trasladó a California a inicios de la década de 1920 y allí fundó el Disney Brothers Studio con su hermano Roy. Junto a Ub Iwerks, Walt creó el personaje de Mickey Mouse en 1928, su primer gran éxito y al que él mismo puso voz en un principio. Con el crecimiento de su estudio de animación, introdujo avances como el sonido sincronizado, Technicolor a tres bandas, largometrajes de animación y desarrollos técnicos en las cámaras. Los resultados se pueden ver en películas como Blancanieves y los siete enanitos (1937), Pinocho y Fantasía (ambas de 1940), Dumbo (1941) y Bambi (1942), todas las cuales fomentaron el desarrollo del cine de animación. Después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) el estudio Disney produjo nuevas películas animadas y de imagen real, caso de éxitos como La Cenicienta (1950) y Mary Poppins (1964), la última de las cuales recibió cinco premios Óscar.
En la década de 1950 expandió su negocio hacia los parques de atracciones y en 1955 abrió Disneyland en Anaheim, California. Para financiar este enorme proyecto, diversificó su actividad con programas de televisión como Walt Disney Disneyland y The Mickey Mouse Club. Asimismo, se implicó en la Feria de Moscú de 1959, los Juegos Olímpicos de Invierno de 1960 o la Feria Mundial de Nueva York de 1964. En 1965 comenzó el desarrollo de un segundo parque temático, Disney World, cuyo corazón iba a ser un nuevo tipo de ciudad, el «Prototipo Experimental de Ciudad del Mañana» (EPCOT). Disney fue un fumador empedernido durante toda su vida y murió víctima de un cáncer de pulmón en diciembre de 1966, antes de que el parque o el proyecto de EPCOT estuvieran acabados.
La compañía es dueña de una gran cantidad de medios de comunicación y entretenimiento, incluyendo la línea American Broadcasting Company (ABC), una de las más grandes e importantes de Estados Unidos y el mundo. ¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra Disney? Tal vez sea infancia, inocencia y diversión. Es así como esta compañía trata de venderse al mundo, pero sin embargo existe una verdad tras todo esto, donde nos damos cuenta el valor y la historia de los dibujos animados más conocidos, y podemos observar la influencia que tienen hacia los niños, quienes hoy Disney considera como su público objetivo, sin dejar de lado a los adultos. Sus películas y su objetivo principal era hacer reír al espectador con escenas socialmente incorrectas. En la mayoría de los casos incluían ciertos elementos de crítica social.
A partir de los años 30, los dibujos animados de Disney empezaron a buscar otro tipo de público, cambiaron el estilo de los relatos, en donde ya no había tanta crítica social, sino más bien historias y personajes más suaves y menos comprometidos
A partir de los 70, tras la muerte de Walt Disney, los dibujos animados deciden dirigirse completamente al público infantil, reflejando ideas más conservadoras, y construyendo imágenes inocentes, divertidas y aptas para todo público. Por entonces sus películas comienzan a transmitir valores apropiados, historias de buenos y malos, lo moralmente correcto, finales felices y personajes dulces que comunican ideas conservadoras al mundo. Sin embargo, no podemos dejar de lado que en ese entonces y hasta hoy en día, los espectadores pueden optar por otro posible significado de lo que realmente la historia desea transmitir, teniendo en cuenta los posibles mensajes contradictorios que se pueden encontrar en alguno de estos dibujos. Actualmente, los niños toman estas películas, como ejemplos de la vida cotidiana, y se ve muy claramente el reflejo que tienen hacia ellos, y la interpretación que hacen a partir de los personajes animados.
La cultura y la ideología de Disney se transmite a través de los dibujos animados, definiendo a los ciudadanos principalmente como consumidores y espectadores que asumen valores conservadores y no cuestionan el orden social establecido.
Es interesante nombrar algunas películas de dibujos animados donde podemos identificar el rol de estos personajes estereotipados. Por ejemplo, en El rey león vemos la actitud sumisa de las leonas, incapaces de hacer algo cuando Scar, el rey malvado toma el poder. En Aladino, por su parte, Jazmín, se convierte en el objeto de deseo del protagonista; y en La Sirenita, el personaje femenino principal suele verse como una mujer rebelde que lucha por lo que quiere, pero finalmente encuentra el amor y al hombre de su vida, y cambia sus planes. También podemos ver los estereotipos femeninos en Hércules, quien es la mujer la que cuida a la familia, la que llora, es sensible, dulce, se preocupa por su estética, y se siente atraída por los hombres musculosos y de buen físico.
Es interesante remarcar que en estas películas observamos aspectos donde la raza y las clases sociales se diferencian. Por ejemplo, mostrando al personaje que pertenece a otra cultura, como alguien malvado o tonto. Esto nos conduce a vincular la marginación que se ve en la pantalla con lo que se vive también en la sociedad real. A través de estos films los niños aprenden, creando así estereotipos que pueden subestimar al prójimo.
Otro aspecto interesante donde podemos observar la “discriminación” con la intención de marcar las diferentes clases sociales, es en la película La Sirenita traducida al castellano, en donde el cangrejo, un personaje que todos se burlan y es el “tonto” de la película, tiene un acento cubano que sobresale en comparación del resto de acentos de los personajes.
El orden social que se presenta en las películas de Disney es también un tema interesante para analizar. En el caso de El Rey León, se presenta una sociedad jerarquizada, donde el rey es el que manda, y existen los subordinados, que son los otros animales, los cuales se encuentran “humanizados”, sin ningún tipo de poder, y en constante lucha para cambiar su situación social. Esto se puede pensar en función de la vida actual, como una interpretación de nuestra sociedad, donde el público se identifica.
Cuando vemos las historias de Disney, entendemos que estos estereotipos sostienen las historias y, de alguna manera, buscan conducir al público infantil a estas formas de pensamiento.
¿Y qué problema hay de que estos niños se asemejen a los personajes de los dibujos? El problema no son las películas, los dibujos, ni mucho menos los dueños de la compañía. El problema es que poco a poco, y a lo largo del tiempo, mientras va cambiando la sociedad y las maneras de pensar, las películas y sus historias también se van modificando, creando personajes aún más malvados, y con historias que representan la vida actual, donde los niños observan e idealizan un concepto de vida. “El receptor pasivo (quienes en este caso consideramos al público infantil) consume a los medios de comunicación (los dibujos animados) para satisfacer sus necesidades propias, y utilizan al medio para gratificarse”.
Este es un ejemplo claro, de los puntos negativos que tiene esta idea de que los niños son influenciados por los dibujos animados de Disney, y utilizan estos medios para satisfacerse. Muchas de las cosas que los niños aprenden observando los dibujos animados, son valores y creencias que no deberían ser transmitidas hacia ellos. Ideas y estereotipos que actualmente son un problema social, originarios de las diferentes clases sociales, la discriminación, etc. Al observar el estereotipo de una princesa, se aprecia la belleza física (tiene que ser delgada), el amor, y todo lo perfecto para tener un final feliz. Y como todos sabemos, no es así; la vida está compuesta por diversas cosas que los niños tienen que aprender, y al sentirse identificados con estos personajes ideales, concluyen con una idea de la vida superficial.
El consumo de los medios de comunicación, en específico los dibujos animados de Disney, cuyos personajes tienen distintas personalidades, pero siempre siguiendo el mismo estereotipo de malo, bueno, bonito, varonil, y un final feliz, crea también valores como “la moda”, donde los niños las aplican en su ambiente actual. Si la princesa está vestida de alguna manera, ellas también lo quieren. Si el hombre fuerte es “musculoso”, ellos también lo quieren. Si el personaje “tonto” actúa de distinta manera, ellos se identifican, y tratan de evitar ser así. “La situación social produce tensiones y conflictos que llevan a presionar su alivio mediante consumo de medios masivos”.
Los niños se acostumbran a lo que ven. Y la violencia aparece en estos dibujos como algo natural y divertido en la vida, y eso deviene en una influencia negativa. Por otro lado, los aspectos positivos que encontramos que brindan estos dibujos animados, tienen una contracara, ya que la mayoría de veces son irreales, porque muchos de los conceptos que transmiten son escenas que en nuestra vida ocurren con muy poca frecuencia, o que invitan a “soñar” algo imposible.
Los dibujos animados de Disney, no tienen ni una mala intención en la información que transmiten ni en la manera en que lo hacen, sin embargo, nosotros como receptores debemos reflexionar y estar atentos, ya que estamos hablando de un público ingenuo, carente de la capacidad de reflexión de un adulto. Su imaginación está alimentada por el entretenimiento, y todavía no comprenden la realidad de la vida, ni las restricciones sociales.