Siempre es grato platicar con profesionales de la medicina, por muy jóvenes que sean, sus pláticas siempre suelen llevar a un punto de interés general. Esta plática, en específico, llamó mucho mi atención porque cambió un poco mi concepto de la salud a solo la ausencia de enfermedad, si no que es más que eso, es todo el entorno del ser humano lo que define tu salud.
Regresando al punto, fue a pasar un fin de semana de verano a un pueblo de pescadores, ya que me habían platicado mucho de sus hermosas playas y puestas de sol; ahí conocí a un joven médico practicante llamado César, muy entusiasta con su profesión y motivado por apoyar a la gente del pueblo, entre las pláticas me compartió que el coordinador de la clínica lo había invitado a una reunión con una pareja que representaba a una fundación para apoyar personas de escasos recursos a levantar pies de casas, respaldados por una comunidad cristiana; César se tomó la tarea de compartir la información a los pescadores de la comunidad y de un pueblo vecino, ya que el proyecto le pareció viable, noble y prometedor.
Es bien sabido que en las comunidades rurales la figura del médico es de respeto, por lo que César tuvo éxito en su encomienda, compartir con la gente el proyecto, presentar a la pareja para iniciar las labores; cabe mencionar que para arrancar el mismo, los interesados debían formar una tipo mutualista o caja de ahorro, dónde al juntarse cierta cantidad se iniciaba el desarrollo y lo demás los apoyaba la comunidad cristiana. Los lugareños, entusiasmados por ofrecerle a su familia mejores condiciones de vida, accedieron al proyecto y más aún con el respaldo del doctor César.
Pasado un tiempo, el proyecto no rendía frutos ni avances, estas personas dejaron de contestar y César se sintió comprometido con la gente, pues su objetivo era ayudar a la comunidad y sintió que los habían traicionado, se tomó la tarea de investigar con todos los datos que proporcionaron, páginas en redes sociales, página web y todo era de una comunidad cristiana, con un banco de fotos relacionadas con actividades altruistas, pero parecían de una base de imágenes recicladas, las personas parecían haber sido tragadas por la tierra, se escudaron tras una imagen de altruistas cristianos para defraudar a los más vulnerables.
César continuó su investigación, pues su interés en la gente había crecido y resultó que este suceso ya había pasado en otras comunidades, sin embargo, la gente no se había unido para proceder, comenzó a contactar a la gente de otras comunidades para hacer justicia ante un acto de crueldad y en su caso se sintió responsable, porque debido a su entusiasmo e ingenuidad confió en personas sin tener conocimiento pleno del área, a lo que me dijo “es importante que uno sea consciente de sus fortalezas y debilidades, no dejarse llevar por el entusiasmo, si no es tu área de expertise es mejor no experimentar así porque tenemos que ser responsables de hasta donde podemos hacer, medir nuestras fuerzas, no aventarnos a lo grande si aún no conocemos el tema, porque la consecuencia la pagan los más desprotegidos y no puedo permitir eso”. Continuó comentando lo cruel que solemos ser los seres humanos, donde la ética y moral no tienen cabida, sin el más mínimo remordimiento, catalogándolo (desde el punto de vista médico) como una patología psicológica y social.
Según la Organización Mundial de la Salud, el concepto de salud es un equilibrio biológico, psicológico y social, por ello situaciones sociales como vandalismo, adicciones, inseguridad, entre otras se consideran “patologías sociales”, y que decir cuando se ve afectado el equilibrio emocional por situaciones como la antes mencionada, ahí es donde comprendemos el concepto y como una escala de valores, o los valores humanos en sí, son parte de la salud emocional y social del ser humano.
Un agradecimiento especial a Rosa Santín por esta gran historia.