Recuerdo vívidamente la primera vez que mi mamá me llevó a la tienda de telas Parisina. Al principio, me mantuve cerca de ella, aferrado a su lado, pero en cuanto entramos y vi las imponentes montañas de telas que se elevaban a nuestro alrededor, no pude resistir la tentación de explorarlas. Las telas colgaban desde estantes altísimos, y había rollos de todos los tamaños y texturas, desde suaves como el terciopelo hasta otras más ásperas al tacto.
Mi mamá me advirtió que no me alejara, pero la curiosidad infantil fue más fuerte que sus palabras. Mis pies, casi por sí mismos, me llevaron a aventurarme por los interminables pasillos, acariciando cada tela a mi paso. Estaba fascinado, hasta que me di cuenta de que no podía ver a mi mamá por ninguna parte. De repente, lo que había comenzado como una aventura emocionante se convirtió en una experiencia inquietante. Los pasillos, que antes me parecían un mundo por descubrir, ahora se sentían como un laberinto sin fin.
Llamé a mi mamá, pero mi voz se perdía entre las capas y capas de tela que me rodeaban. El temor comenzó a instalarse en mi pecho, mezclado con la incertidumbre de estar solo en ese vasto mundo de colores y texturas. Después de lo que me pareció una eternidad, finalmente escuché una voz familiar. Era mi mamá, llamándome con una mezcla de alivio y preocupación en su tono. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia la dirección de su voz. Cuando finalmente salí de aquel laberinto de telas y la vi al final del pasillo, me lancé a sus brazos. En ese momento, me di cuenta de cuánto había extrañado su presencia en medio de mi pequeña pero intensa aventura.
Lo que podría parecer una simple anécdota se transformó, a través de los ojos de un niño, en una experiencia llena de emociones: la mezcla de desesperación y la sensación de aventura en un lugar tan cotidiano como Parisina. Esos momentos de exploración y posterior reencuentro con mi mamá dejaron una huella imborrable en mi memoria.
Un agradecimiento especial a Rodrigo Originales por compartir esta entrañable historia.