Para conocer la educación católica hay que conocer a los católicos. Cristo su fundador habló y preparó a sus colaboradores, maestros en la fe, en la vida, en un mundo en paz por la fuerza de las legiones romanas. Lo importante del mensaje era saber si este había sido captado por sus escuchas o solo había sido almacenado como otra de sus tantas ideologías. Legalistas, ritualistas o moralistas; no generadoras de vida. Como el budismo que es una ascesis puramente humana a base de ejercicios de dominio mental—corporal, para lograr estados psíquicos superiores; o moralistas, como el Islam que amputa la mano del ladrón, preocupada por vengar al ofendido no redentora del ofensor; o la ritualista judía, que pretende alcanzar la perfección con ceremonias, disciplina, abluciones y sacrificios olvidando la fe, el amor a Dios y el amor al prójimo.
La vida, la más grande universidad, es la que nos va a demostrar en la historia actual cuál ha sido la eficacia del mandamiento divino: “Vayan, enseñen a todo el mundo lo que yo les he enseñado”.
Si ese primer colegio apostólico que Cristo el maestro formó, era capaz de resolver los problemas de la sociedad, o la vida, o era solamente una doctrina desencarnada buscando un paraíso perdido, eludiendo los compromisos reales, refugiándose en un misticismo elitista siendo opio del pueblo, como en naciones donde tienen la más grande ganadería y no pueden comer carne.
El mismo año de la muerte de Cristo se le dio la prueba del fuego ante la comunidad naciente, se presentó la discriminación racial—económica. Las viudas Greco—Cristianas (de una minoría étnica) no eran atendidas por la comunidad Judeo—Cristiana predominante.
El colegio apostólico se reúne. Tenía dos opciones decidir, que se casaran para que las mantuvieran, pues no era de su incumbencia los problemas sociales; sino buscar el reino de los cielos, o meterse de líderes revolucionarios donde la fuerza y el poder solucionan todos los problemas, sin embargo, el dilema fue resuelto magistralmente, el colegio apostólico se reunió en asamblea plenaria y crearon un cuerpo especializado (los diáconos) id est, servidores para atender las necesidades de los pobres y ellos dedicarse a la enseñanza y oración.
Lumbreras del pensamiento cristiano iluminaron los primeros siglos de la era cristiana. San Juan Crisóstomo desterrado tres veces por la emperatriz bizantina por denunciarla de tener bacinicas de plata mientras los pobres del imperio no tenían alimentos.
San Agustín que después iluminará con su pensamiento y sus enseñanzas a una Europa entera, muere en Hipona entre su pueblo asediado por la invasión de los bárbaros y es aquí cuando al derrumbarse el imperio romano, la iglesia convierte cada convento en una escuela.
Civilizó a los nómadas bárbaros. Las letras, las artes, la agricultura, florecieron en esos nuevos pueblos. Se estructuró la filosofía perenne; San Agustín cristianiza el platonismo y Santo Tomás a Aristóteles, las letras crean los poemas y obras en la literatura mundial; el master de la clerecía, cántica a Santa María en España “La divina comedia”, obra maestra de la literatura universal en Italia.
En la música se va desarrollando de la simplicidad de la monodia a la perfección armónica de la polifonía. Ninguna cultura de ningún país en ninguna época (con perdón de los materialistas; ha hecho nada superior).
En la arquitectura las catedrales góticas son un monumento a la fe, laboriosidad, cultura de un continente que pasó de bárbaro a civilizado, sus acueductos, universidades, conventos, seminarios, colegios, logran este objetivo.
Los más preclaros maestros logran una simbiosis maravillosa de razón y fe. San Ignacio de Loyola, Santa Teresa De Jesús, San Juan De La Cruz inundan con sus colegios el mundo conocido y los apenas descubiertos.
Los colegios Jesuitas, las universidades legiones de hombres ilustres en el mundo científico, artístico, filosófico, en un esfuerzo por tener enhiesta la antorcha de la fe y del saber, cuando el protestantismo escindía a la iglesia, no hay rama del saber que no se abocaran para rescatarla para la gloria de Dios y de sus hijos, aunque tuvieran que heredar la cruz del destierro, de la calumnia y de la muerte.
En nuestra patria, de los pioneros de esta educación católica fue Fray Pedro De Gante, en cincuenta años; la primera de todas, San José de los Naturales, con mil indígenas, junto a cada capilla levantó una escuela.
Vasco De Quiroga que funda hospitales, talleres, escuelas en la región michoacana. La cultura, laboriosidad y riqueza de ese pueblo trescientos años después demuestra la eficiencia de la escuela católica.
Santa Cruz De Tlatelolco, San Juan De Letrán, San Ildefonso, San Pedro y San Pablo, Santa María de todos los Santos, conventos y seminarios, fueron los precursores de la Real y Pontificia Universidad de México.
Pléyades de hombres ilustres, dedican su vida a rescatar a nuestro pueblo de la ignorancia, Fray Alonso De La Vera Cruz, que hizo de su convento una universidad entendieron que ser católico era rescatar todos los dones de Dios y usufructuarlos en beneficio de la humanidad “Si me amas apacienta a mis ovejas (Juan 21,15-17)”, cristalizaron su amor en obras, no en un afecto estéril sino en amor efectivo, poniendo toda su mente, su voluntad, su fuerza, su corazón, en su superación personal y colectiva.
Frutos de esas escuelas, son desde los indígenas Fernando De Alba Tezozomoc, autor de la crónica mexicayotl, Fernando de Alba Ixtlilxochitl, que escribió historia chichimeca y relación de pobladores sobre el mundo antiguo de México hasta los criollos. Bernardo de Valbuena, escribió la grandeza mexicana.
Juan Ruiz De Alarcón, autor de “La verdad sospechosa” y “Las paredes oyen”, Sor Juana Inés De La Cruz, Galeón entre chalupas; los acueductos, catedrales, conventos, hospitales, orfanatorios, colegios y Universidades, dan cuenta de la obra civilizadora de la educación católica.
¿Cuál es pues la misión de la escuela católica? El robotizar como en la actualidad proliferan, escuelas robotizadoras de estudiantes programados para obedecer, callar y no pensar, aptos para pagar deudas eternas endilgadas por dioses con pies de barro pero con olimpos ciclópeos con lagos, hipódromos y casinos. Alumnos consecuentes de regímenes totalitarios, en donde la libertad de decidir les es vetada, suprimiéndoles sus universidades dejándoles huérfanos de oportunidades en donde es más fácil abrir una cantina que una escuela; un casino que un conservatorio.
Este es el reto de la formación católica mater et magistra el crear hombres capaces de formar una sociedad donde se hagan realidad el primer mandamiento de Cristo, de hace 2022 años, amaras a Dios y amaras a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22, 37-39) de hecho no de derecho, formar nuevos buenos samaritano y no ritualistas maestros de la ley ante la invasión de los nuevos bárbaros en las que valen más los personajes del NUEVO ORDEN MUNDIAL, que las personas POBRES Y DESAMPARADAS o pesan más Los EMPRESARIOS que los DESEMPLEADOS, la ambición del PODER que EL RESPETO A LA DIGNIDAD HUMANA, la justicia en el respeto a la vida de ecologistas que la deforestación y muerte de flora y fauna, autodestruyendo la salud humana con diferentes cepas de COVID, mostrándose como cobardes que tiran la piedra y esconden la mano, declarándoles una guerra biológica a nuestra humanidad.
El dinero y la traición, eliminando igual que hace dos mil años a las voces de profetas que gritan en el desierto enderecen sus caminos con la justicia y la verdad (Mateo 3, 2-3), este es el reto de la doctrina de Cristo y de su Iglesia si son eficientes en nuestra época ante los nuevos dioses Júpiter Tronantes de crear en nuestro siglo una obra de educación o de barbarie.