Situada en centro-sur del estado, en el Municipio de Saucillo, La Mina de Naica, es la principal productora de plomo de México. El primer descubrimiento minero en la zona se dio en 1794, cuando se denunció la primera veta de mineral pero el verdadero auge comenzó en 1828, cuando Santiago Scopelli realizó la denuncia de un mineral en la zona lo que conllevó a la fundación del pueblo, que rápidamente creció en población, se fundó la Compañía Minera de Naica y en 1911 alcanzó la categoría de Municipio, debido a su importancia, sin embargo, con la Revolución Mexicana, se paralizaron las actividades mineras, y al casi abandono del pueblo, que ante esto fue suprimido como municipio e incoporado al de Saucillo.
Las cavidades contienen cristales gigantes de yeso facetados y transparentes hasta once metros de longitud. Los cristales crecieron a partir de í¯¬”šuidos de baja salinidad a una temperatura de unos 54 °C, ligeramente por debajo de la temperatura a la que la solubilidad de la anhidrita (CaSO4) igual a la del yeso. Las composiciones isotópicas del azufre y del oxígeno medidas en los cristales de yeso son compatibles con la cristalización del yeso a partir de aguas enriquecidas en sulfato cálcico resultantes de la disolución de anhidrita previamente precipitada durante la mineralización hidrotermal tardía. Estas consideraciones sugieren que estos megacristales se formaron mediante un mecanismo autoalimentado controlado por la transición de fase en disolución anhidrita/yeso.
La Cueva de los Cristales de Naica se encuentra a 300 metros bajo tierra. Poblada de espectaculares y enormes cristales de selenita o “piedra de la luna”, nos muestra su gran belleza, en un ambiente donde la apariencia de hielo contrasta -en la profundidad- con altas temperaturas.