5. ANÉCDOTAS DE UN VECINO

De compras

Es bastante común hacer visitas a las tiendas en busca de artículos tan simples como dulces o bebidas. Esta rutina se ha integrado a nuestra vida cotidiana, y generalmente no esperamos que ocurran eventos extraordinarios en esos espacios tan familiares. No obstante, en ocasiones, experiencias fuera de lo común pueden surgir, generando risas al recordar las anécdotas.

En mi área de residencia, vivo en las proximidades de una tienda de conveniencia llamada “Deli”. Frecuentemente, solía visitar este lugar al menos una vez por semana, ya sea para satisfacer un antojo personal o para adquirir alimentos para mi mascota. Un día, acudía a la tienda como de costumbre, motivado por el calor, con la intención de comprar una bebida. Me dirigí hacia la sección de refrigeradores y me detuve frente a uno en particular que tenía un pequeño estante de plástico adherido a la puerta con ventosas. Detrás de mí, un señor esperaba su turno para tomar un producto ubicado en el mismo lugar que el que yo deseaba alcanzar. Al abrir la puerta y extender mi brazo para agarrar mi bebida, el estante de plástico se desprendió, cayendo al suelo y esparciendo por todas partes los dulces que contenía. El señor me miró sorprendido, y rápidamente me apresuré a recoger todo antes de que alguien viniera a reprenderme. Después de completar la tarea, pagué mis compras y regresé a casa.

Al día siguiente, mi madre me envió nuevamente a la tienda para comprar un sobre de comida para mi perro, así como un jugo que se encontraba en la misma nevera que el día anterior. Al pararme frente al mismo refrigerador y abrir la puerta, la tapa inferior se desprendió y se rompió al jalar la puerta. Sin siquiera haber abierto completamente la puerta, asustado, la cerré rápidamente, intenté acomodar la pieza rota y me fui sin comprar nada. Más tarde, en la misma semana, regresé a la tienda, ya que olvidé comprar el sobre para mi perro, y noté que la nevera que había estado desmontando tenía un letrero que decía “fuera de servicio”. No estoy seguro de si fui yo quien la averió, pero la coincidencia me resultó bastante divertida.

Un agradecimiento especial a Juan Martín por esta gran historia.

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