Crónica: Un dí­a en el Instituto Down de Chihuahua.

sindromeSon las 9 de la mañana, cuando la Lic. Isela González Ortega, una mujer de estatura media y cabello corto, me da la bienvenida a su clase. El salón es pequeño, pero acogedor. Las paredes, pintadas de azul y naranja están decoradoras con fotografí­as de los alumnos. Hay tres ventanas, en las cuales se puede observar un pequeño patio. En un costado del salón se encuentran pegados algunos trabajos realizados por los alumnos. El calendario indica que es viernes. Viernes de educación fí­sica.

En el salón hay 7 mesas, pero solo 2 están ocupadas. Iván, un niño muy calmado me observa desde su banca, se siente intrigado por mi presencia. La segunda banca está ocupada por Karen, una niña tranquila que mira directamente a la puerta del salón en espera de sus demás compañeros.

La maestra indica que la clase dará inicio dentro de poco. Luego de unos minutos, aparece la tercera alumna. Paty sonrí­e a todos a su alrededor. Carismática y extrovertida. Toma asiento delante de Karen, y luego acomoda sus lentes.

Todos esperan en calma, cuando aparece íngel, quien toma el asiento más cercano a la maestra. íngel es un poco más inquieto que sus compañeros. El último alumno en aparecer en Rodrigo, quien ocupa el lugar de la esquina, y quien a llegado un poco tarde ya que estaba en el hospital. Aun quedan 2 lugares restantes, la maestra me explica que los alumnos faltantes se incorporarán luego.

La clase comienza con la maestra revisando la tarea. Uno a uno, los alumnos pasan al escritorio de la maestra para revisar la tarea. Paty está muy contenta porque tiene un cuaderno nuevo. La primera actividad consiste en repasar trazos, la maestra reparte una hoja cada alumno, y después enciende la grabadora, en donde se puede escuchar música clásica. Rodrigo e Iván comienzan rápidamente, pero íngel prefiere jugar con sus tijeras antes de dar inicio. Karen decide acomodar sus colores primero.

La maestra felicita a Iván por su buen desempeño. Todos trabajan, con excepción de Karen que prefiere seguir acomodando sus colores.
Paty es la primera en terminar así­ que la maestra la manda a sacar copias a la oficina. No ha pasado mucho tiempo, pero se puede observar la independencia de Paty en comparación a sus compañeros. Cuando Paty se levanta de su lugar observa una bolsa de Ruffles en el suelo, le pide a la maestra, pero ella le responde que le dará papitas solo durante la hora del refrigerio. Paty, decepcionada, se dirige a la oficina.

Karen termina de acomodar sus colores, pero luego los desordena de nuevo, para así­ volver a empezar. Paty regresa con las copias, y así­ da inicio la segunda actividad de trazado, la cual es terminada rápidamente. Una vez terminada, los alumnos deben recortar la actividad y pegarla en su cuaderno.

Paty no trae sus tijeras, así­ que íngel le presta las suyas luego de triturar toda su hoja. A Karen le gusta usar el pegamento, tanto que la maestra le pide que se detenga. Iván aun no sabe muy cómo usar las tijeras, así­ que la maestra le presta ayuda. Al mismo tiempo, Rodrigo, disfruta de hacerle caras a sus compañeros, cosa que molesta a Karen, quien decide voltear hacia otro lado. íngel y Paty se rí­en.

La maestra les pide silencio, y después manda a íngel a la oficina por las copias de la siguiente actividad. Paty se levanta a borrar el pizarrón. Karen le lanza un beso a Rodrigo. Rodrigo apenas y le presta atención.

Durante la ausencia de íngel, aparecen los 2 alumnos restantes acompañados de otra maestra. Jesús y David son mucho más inquietos que el resto de sus compañeros. La maestra me explica que los dos niños padecen de hiperactividad. Jesús estaba en la clase de cocina, y David estaba en la terapia de habla.

Jesús toma el asiento de adelante, y David toma el asiento que está detrás de Jesús. Una persona más aparece en el salón. El Lic. Héctor Hernández, quien está a cargo de la terapia de habla, la cual consiste en dar rehabilitación a las capacidades lingí¼í­sticas de los niños. Cada niño tiene un horario asignado, Karen, quien tiene el horario de las 10:00 abandona el salón para dar inicio a su sesión. En ese momento regresa íngel con las copias para la segunda actividad

1700394La loterí­a numérica consiste en desarrollar la capacidad para identificar los números. La maestra reparte a sus alumnos unas pocas fichas de botella para que puedan colocarlas en los números que ella va indicando. Antes de dar inicio al juego, la maestra les pregunta los números de manera individual. A Iván se le dificulta articular las palabras, y a íngel se le dificulta cumplir órdenes. Mientras la maestra le pregunta los números a Rodrigo, Jesús en el otro extremo del salón voltea constantemente al lugar de David, quien constantemente grita. La segunda maestra se ve obligada a tomarlo de las manos para que se calme. La maestra Isela trata de explicarme la condición de David: “í”°l recibe ciertas descargas en su cerebro, y eso hace que grite en algunas ocasiones”.

Jesús, quien sigue observando a David desde su lugar, se lastima un dedo con la silla. La maestra Isela lo consuela, y luego le pregunta los números, los cuales identifica rápidamente. Jesús es estimulado con comida, así­ que por cada número que respondí­a correctamente, recibí­a una palomita de maí­z. Paty también es buena identificando los números. La maestra le pregunta los números a David, pero se ve interrumpida porque íngel y Paty se están comiendo las tapas de botella.David grita de nuevo, y eso altera a Jesús que se baja de su silla para sentarse en el suelo. La maestra Isela trata de reincorporarlo a su lugar, pero no lo logra.

David grita más fuerte, y Paty le recuerda el reglamento, el cual está pegado junto a la puerta. Una de las reglas es “No gritar”. David Grita de nuevo y luego agrede a la segunda maestra. Las dos maestra tratan de tranquilizarlo, pero es muy difí­cil, ya que David tiene mucha fuerza en sus manos. Los demás niños observan la escena en silencio. David se calma luego de arrojar sus lentes al suelo. Las maestras lo sueltan, y el permanece tranquilo.

Karen regresa de la terapia de habla, y los siguientes en el horario son íngel y Rodrigo, quienes comparten horario debido a la gran cantidad de alumnos inscritos en el instituto.

La siguiente actividad tiene como propósito identificar derecha e izquierda. La maestra Isela amarra un listón rojo en la mano de derecha de cada alumno. La maestra pide a los alumnos que levanten su mano derecha, y luego la mano izquierda. Jesús, aunque es inquieto, tiene una buena capacidad para identificar los lados, además de tener una buena actitud.

A Iván se le dificulta un poco la actividad, pero luego de intentarlo varias veces, logra poder identificar los lados. La maestra lo felicita. El se siente orgulloso. Paty, al igual que Iván, tiene dificultad al comienzo. Karen identifica los lados al primer intento.

Luego de haber participado todos, la maestra les reparte 2 hojas de maquina a cada niño para que recalquen el contorno de sus manos en ellas. Dibujar manos resulta sencillo para Paty. David  toma uno de los botes de basura que están junto a él y lo arroja directo al pizarrón. La segunda maestra trata de calmarlo, pero en vano. Luego de algunos intentos, por fin logra tomarlo por los brazos. El que lo tomen de las manos tienen un efecto relajante en el. Jesús tiene dificultad para tomas el lápiz, así­ que la maestra lo ayuda a trazar las manos.

La maestra les pide que pinten las manos que dibujaron, y Paty, quien tiene una ligera compulsión por terminar primero, pinta sus manos con lápiz, cosa que molesta a la maestra. La maestra le pide que pinte con colores. En ese momento, Karen, quiere ir al baño, y la maestra Isela se ofrece para acompañarla, pero antes de ir, Karen tiene la necesidad de dejar todo en orden. A Karen le gusta tener todo en orden, pero eso ya lo habí­a deducido al principio, cuando no dejaba de acomodar los colores.

La segunda maestra se distrae, y David aprovecha para lanzar otro bote de basura. La maestra toma la decisión de salir unos minutos al patio con David. Jesús espera tranquilo en su lugar, pero Iván y Paty deciden jugar un poco. Paty se levanta y se dirige al lugar de Iván, y se sienta junto a él. Primero se rí­en un poco, pero luego Paty le da un beso a Iván. El beso no tiene ningún efecto sobre él, pero Paty parece mus satisfecha.

Karen y la maestra Isela regresan del baño, seguidas de David y la segunda maestra. La maestra le pide a Paty que vuelva a su lugar, y ella obedece de maa gana. El maestro encargado de la terapia de habla regresa con íngel y Rodrigo. La maestra me explica que Jesús y David solo conviven unas  cuantas horas a la semana con el grupo, esto porque deben trabajar más individualmente antes de incorporarse a un grupo con más gente. Jesús se va a casa, y David se va con la segunda maestra a otro salón.

Son las 11:00 de la mañana, y el horario indica que es hora de la clase de educación fí­sica. La maestra les da gel antibacterial a los 5 niños, cosa que todos disfrutan. El profesor de educación fí­sica se ha retrasado un poco, a que la maestra sale a buscarlo. Paty decide volver a sentarse con Iván. Empiezan a jugar entre ellos, les divierte imitar sonidos de animales. Karen les pide que guarden silencio al principio, pero luego de que ve que son más que ella, decide uní­rseles. Parecen muy felices.

La maestra regresa en compañí­a del profesor de educación fí­sica, un hombre en buena condición fí­sica y ropa deportiva. El maestro se identifica como Jorge Vaca, Lic. En Educación Fí­sica. El profesor les pie a los niños que se formen en la puerta para salir al patio. Ellos están muy emocionados, quieren jugar a la pelota. El patio no es grande, pero es lo suficientemente espacioso para practicar deportes. Tiene un pequeño carrusel, en donde el maestro se sienta a tomar lista a los alumnos. El profesor le pide a Paty que le ayude a tomar lista ya que está más inquieta que sus compañeros.

Una vez que terminan de tomar lista da inicio el calentamiento. Junto a la cancha de basquetball hay tres mesas, y un bebedero. En el calentamiento los niños se muestran más inquietos que en el salón. Paty no deja de mencionar que quiere usar la pelota de básquet. Al maestro se le dificulta imponer orden. Rodrigo quiere jugar con Karen, y Paty se niega a realizar los ejercicios de calentamiento, así­ que el profe decide castigarla. Paty se sienta en una de las gradas, pero sin dejar de observar el balón.

Iván tampoco quiere realizar los ejercicios, íngel al contrario se muestra más entusiasta que el resto de sus compañeros. El profesor le dice a Paty que podrá usar el balón, pero con la condición de que realice el calentamiento. Paty, motivada, regresa al centro de la cancha.

Parte del calentamiento consiste en caminar con las puntas de los pies de un extremo a otro de la cancha. El profesor lo hace primero, pero parece que ellos no necesitan explicación. Todos lo realizan de buena manera, excepto por Karen, que se detiene después de cada cierto número de pasos.

Una vez que regresan deben repetir la actividad pero esta vez brincando. Les gusta brincar, no pueden dejar de reí­r, pero nuevamente, Karen se detiene cada determinado número de saltos. En ese momento aparecen más alumnos en el patio. Pertenecen a un grupo más avanzado que acaba de regresar de una excursión de la fábrica de “Bimbo”. Todos, o al menos la gran mayorí­a toman asiento en las mesas junto a la cancha.

El resto del calentamiento transcurre de manera normal, excepto por el hecho de que los empujones son muy frecuentes, así­ que el maestro se ve forzado a separarlos en varias ocasiones.  El maestro les propone jugar carreras, idea que parece motivarlos. Les gusta competir, pero no les gusta perder. Mientras corren, el profesor cambia de actividad a “atrapar a el maestro”. Se divierten tratando de alcanzar al maestro, pero después de un tiempo pierden la noción del objetivo y comienzan a atraparse entre sí­, excepto por Karen y Rodrigo, quienes siguen corriendo detrás del profesor.

Una vez que Rodrigo atrapa al profesor, este cambia la actividad a “Atrapar a Rodrigo”. Paty no quiere jugar, sigue insistiendo en que deberí­an jugar a la pelota. íngel logra atrapar a Rodrigo, pero no lo quiere soltar, así­ que el profesor cambia el objetivo a “Atrapar a Paty”. Paty se cae tratando de correr, pero eso no le importo, ella se levanta rápidamente, y sigue corriendo. Paty es rápida, y a sus compañeros les cuesta atraparla, así­ que el profesor cambia la actividad.

Las carreras de costales no los motivan mucho, pero el profesor está decidido a hacerlos participar. El maestro le pide a Paty que pase a competir con íngel, pero esta se resiste, así­ que le pide a Rodrigo que pase en lugar de Paty. Rodrigo se coloca dentro del costal y rápidamente toma la delantera, y íngel se toma su tiempo, y su único objetivo es el de atrapar a Rodrigo.

Las siguientes en competir son Karen y Paty. Karen lanza un beso a sus compañeros cuando escucha su nombre. Paty no quiere jugar, pero el profesor le advierte nuevamente que no podrá usar el balón si no cumple con las actividades.

Las niñas se colocan los costales rápidamente, pero ninguna de ellas parece sentirse segura caminando dentro de un costal. El maestro ayuda constantemente a que los niños tengan más confianza, a si que las anima a que pierdan el miedo, incluso las ayuda a cruzar la cancha.  El maestro les dice que antes de usar el balón deben realizar una actividad más, el se dirige a un armario de dónde saca dos tablas largas de madera que coloca en el suelo. La actividad consiste en cruzar las dos tablas caminando.

íngel es el primero, y parece disfrutarlo, tanto que cuando termina decide caminar sobre los tablones una vez más. Paty, cansada de intentar convencer al profesor de  usar la pelota, decide caminar sobre los tablones. Iván cruza con ayuda del profesor, y al final parece satisfecho de haber caminado sobre las tablas. Todos parecen estar cansados, pero el profesor los recompensa con un juego de basquetball. Todos quieren arrojar la pelota primero, y eso crea problemas Tienen muchas dificultad para respetar los turnos. Todos quieren ir primero. Rodrigo llora porque sus compañeros no lo dejan jugar.

Sindrome-Down_TINIMA20121217_0172_19Todos siguen jugando, el profesor le pide a Rodrigo que se reincorpore al juego, pero este sigue llorando en las gradas. La clase termina a las 12:30, el maestro lleva a íngel, Paty, Iván y Karen al salón. Rodrigo se queda llorando en el patio, y unos minutos regresa el profesor por él. De vuelta en el salón, todos están más entusiasmados pues es la hora del refrigerio. Iván está sentado en su lugar,  y sobre su mesa hay un recipiente con galletas y un jugo. Parece que no tiene hambre, pues no come nada. Karen esta parada cerca de su mesa, sobre la cual hay un jugo de manzana, 3 manzanas pequeñas y una paleta en forma de corazón. La maestra Isela hace un comentario sobre lo apetitosas que lucen las manzanas de Karen.

Los demás niños comen en silencio en sus lugares. Una maestra mas aparece en el salón. Su nombre es Alma, y viene cargando en sus manos a un bebe llamado Paul. A íngel le gustan mucho los bebes, trata de jugar con Paul, pero en sus manos trae unas tijeras, así­ que la maestra Alma no permite que se le acerque mucho.

Las maestras hablan sobre lo que harán el fin de semana mientras los alumnos terminan su refrigerio. Paty termina su comida antes que los demás, así­ que deposita su basura en los contendores de reciclaje, y luego se dirige al lugar de la maestra Isela y le pide los “Ruffles” que esta le habí­a prometido al principio de la clase. Paty toma asiento en su lugar con un puño de “Ruffles”, y permanece callada comiendo. La maestra Alma y el bebe Paul abandonan el salón. La maestra Isela les de permiso de jugar con los juegues del salón una vez que la mayorí­a han terminado con su comida.

Paty quiere jugar a la loterí­a, y reparte una carta a cada uno de sus compañeros, pero ellos realmente no quieren jugar. íngel toma una caja con tarjetas de verbos y regresa a su lugar. Abre la caja y observa los dibujos en las cartas.

La maestra les dice que antes de salir verán un video, así­ que tienen que guardar las cosas que sacaron. Los niños obedecen rápidamente. Paty se resiste un poco, pero finalmente devuelve la loterí­a a su lugar. Karen sigue en su lugar comiendo su paleta en forma de corazón, la maestra le pide que la guarde, pero ella no quiere. Iván observa a Karen esperando a que esta cumpla con la orden de la maestra. La profesora le vuelve a pedir a Karen que guarde la paleta, y decide guardarla luego de observar a  la maestra de manera molesta.

La maestra les pide que acerquen sus sillas al escritorio para que puedan ver el video de cerca. Todos obedecen y se acercan lo más posible al escritorio. El video en la laptop de la maestra es un capitulo de “Dora, la Exploradora” que trata sobre las diferentes estaciones del año. Están muy calmados, observan el video con  mucha atención.

En el video se toca el tema de cuáles son las prendas de vestir más adecuadas para cada estación del año, la maestra trata de reforzar los conocimientos preguntándoles a los alumnos sobre las prendas que ellos usarí­an. Saben que prendas usar durante el invierno, pero las prendas del verano les provocan confusión. íngel se acerca más al monitor de la computadora, y eso molesta a sus compañeros, así­ que la maestra le pide que regrese a su lugar.

Todos están muy atentos al video, apenas y se mueven. Rodrigo quiere ir al baño, pero no se quiere perder el video. Parece que le gusta mucho “Dora, la Exploradora”. Después de unos minutos decide ir al baño corriendo. íngel vuelve a acercarse al monitor de la laptop, acción que molesta mucho a Karen, así­ que la maestra le pide nuevamente que regrese a su lugar. Rodrigo regresa corriendo del baño y toma su lugar nuevamente.

El resto del video transcurre sin interrupciones, la maestra no vuelve a preguntar nada, y los alumnos no vuelven a hacer ningún ruido. Una vez que se termina el video, la maestra coloca la tarea en los cuadernos de los alumnos, y les pide que recojan sus cosas. Todos obedecen en silencio. Una vez que terminan los alumnos se despiden, y la maestra Isela les pide que se formen en la puerta del salón para poder ir a la salida en donde los esperan sus padres.

Y así­ termina otro dí­a de escuela en la vida de un niño con Sí­ndrome de Down.

Agradezco al Instituto Down de Chihuahua que me permitió la entrada a su instalaciones para poder realizar este trabajo periodí­stico.

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