La sinestesia, definida como un fenómeno sensorial en el que un estímulo que normalmente afecta un solo sentido, desencadena percepciones en distintos de ellos, es una muestra de la maravilla del cerebro humano y sus límites. Las personas sinestesicas experimentan de manera involuntaria un mundo distinto al de las personas normales; un sinestésico puede “ver” sonidos, “oír” sabores y colores, “probar” números, colores, o formas, entre otras experiencias sensoriales. Esta heterogeneidad en los sentidos cambia la manera en que el humano entiende e interactúa con el mundo.
La sinestesia pone en cuestión la manera en la que el humano percibe, construye y entiende el mundo desde sus sentidos y su percepción. La sinestesia es una condición particular cuyo origen certero se desconoce, sin embargo, se piensa que en un inicio, todos nuestros sentidos están combinados, es decir que al nacer todos somos sinestésicos, sin embargo, conforme nos desarrollamos, las áreas del cerebro se especializan y los sentidos se “aíslan” los unos de los otros, y eso tiene un sentido evolutivo: nuestros sentidos están diseñados para ayudarnos a sobrevivir en el mundo, no para que “saboreemos” colores.
Se estima que aproximadamente del 3 al 5% de los humanos tienen una condición sinestésica. Aunque cada sinestesia es distinta, existen unas más comúnes que otras, por ejemplo: grafema-color. En este tipo de sinestesia las formas como letras y números son asociadas a algún color, por ejemplo, la letra “A” puede ser percibida como roja, mientras que el color “3” como amarillo.
Otros tipos de sinestesia son los siguientes:
Cromestesia. Se relacionan sonidos y colores.
Auditiva-táctil. Se producen sensaciones físicas al momento de escuchar ciertos sonidos.
Sonido-color. Se producen la percepción de un color al tener estímulos auditivos.
La sinestesia parece ser una condición particularmente beneficiosa para los artistas, y esto no está lejos de la realidad, numerosos son los músicos, escritores, pintores, escultores, etc., que han utilizado la sinestesia (de manea consciente o no) para su producción artística.
Entre los casos más destacados e interesantes se encuentra el del pintor abstracto ruso Vasily Kandisnky, quien tenía una sinestesia en la que él percibía sonidos a través de las formas, es decir, sus pinturas eran para él una obra musical al mismo tiempo que pictórica. Se dice también que Franz Liszt, uno de los más grandes compositores y pianistas de la historia, les pedía a los músicos tocar “más rosa” durante los conciertos.
Otro ejemplo importante es Vincent Van Gogh, pintor holandés con un interés particular hacia el color, interés que podemos ver de manera evidente en sus obras. Para él el color representaba algo más que un elemento visual.
La sinestesia no siempre ha sido entendida como algo positivo, sino que se ha pensado que las personas con esta condición eran locos de remate, que alucinaban o que vivían en un mundo de fantasía. Sin embargo, con el paso de los años y los avances científicos, la medicina se interesó cada vez más por estas personas y su manera particular de percibir el mundo.
Distintos estudios apuntan a que las personas sinestésicas tienen más o distintas conexiones neuronales que el resto del mundo y se cree que es en estas conexiones que ocurre el cruzamiento de los sentidos. Es interesante notar que distintas drogas pueden lograr efectos sinestésicos al alterar el modo en que nuestro cerebro funciona.
La sinestesia plantea importantes cuestionamientos acerca de la percepción humana y su labor en entender el mundo. La subjetividad de la realidad se vuelve más compleja al combinar sentidos que deberían estar idealmente aislados; para complicar más este punto y la sinestesia en general, esta puede ser aprendida, es decir, es posible enseñar al cerebro a pensar sinestésicamente, por lo que el papel de la subjetividad, la conciencia y la percepción es algo que aún estamos lejos de comprender.
Los invito a mirar el siguiente video en el que podemos entrar en el papel de una violinista sinestésica que percibe colores al momento de escuchar música o tocar su instrumento.
Y tú, querido lector, ¿tienes algún tipo de sinestesia?