La importancia de la Literatura Celta

La influencia del mundo celta

A quienes, a lo largo del tiempo, han mantenido

encendida la llama del celtismo.

                    Aunque el viento se lleve las palabras,

                las historias narradas llegarán a ser tan viejas

como la luna errante.

-Irlanda, 1889. William Yeats

Fieros en la batalla y amantes de las guerras; así eran los celtas, y así se reflejan en las leyendas que han perdurado hasta nuestros días. Leyendas que se transmitieron oralmente de padres a hijos durante siglos, aunque puestas por escrito mucho después, nos traen ecos de un pasado donde la magia, la valentía, la belleza o el heroísmo formaban parte de lo cotidiano. Desde la conocidísima historia del valiente Rey Arturo y su mesa redonda hasta las –no tan conocidas– hazañas del héroe mítico del Ulster Cuchulain o los apasionantes hechos del guerrero gaélico Finn, narrados por su hijo el bardo Ossian se han vuelto mitos celtas que han viajado por el mundo con la finalidad de perdurar en la eternidad.

Otros mitos célticos también han llegado, ya distorsionados por el tiempo, a Occidente en forma de películas (como “La espada en la piedra” de Disney, “Tristán e Isolda de Kevin Reynolds o  las películas de “Astérix”), series (como “The Celts”, de 1985 o “Las nieblas de  Avalón” de TNT), poemas (como los de W.B. Yeats, J.M. Synge o Lady Gregory por mencionar algunos), famosos símbolos celtas (como los conocidísimos nudos celtas tan populares en los tatuajes) tan usados en colgantes o amuletos de la suerte e incluso en la música (como “Melin- Bard of the Unseen” de Kayak, “King Arthur and the Round Table” de Non Firmato o “Excalibur, la légende du roi Arthur de Fabricce Aboulker” por mencionar algunas).

La cultura celta se expandió hasta nuestra actualidad y no somos capaces de reconocer estos elementos celtas. Por ello, es importante conocer la cultura celta porque muchas de las historias que nos “rodean” están basadas totalmente en esta cultura. Por ejemplo, el famoso trébol de tres hojas de la suerte es un símbolo celta. Conocido como “Shamrock” (planta de verano) el trébol de tres hojas era un símbolo de poder y protección, los celtas creían que el numero tres era sagrado y por tanto, también todo aquello que venía en traídas. La cultura popular afirma que San Patricio (otro elemento irlandés que se festeja por el mundo el día 17 de marzo) utilizó el trébol de tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad a los paganos y así convertirlos al cristianismo.

Otro ejemplo que puedo mencionar son los duendes (leprechun) que cuidan su caldera de oro al final del arcoíris, estos seres feéricos originalmente habitaban en Irlanda pero han llegado hasta Occidente como leyenda y aunque nadie los ha visto realmente, todos saben quiénes son los duendes de cabello y barbas anaranjadas. Según la leyenda si alguien logra fijar su mirada sobre un duende, éste no puede escapar, pero en el momento en que se retira la mirada, desaparece. Todos recordamos la vestimenta verde y el sombrero que caracteriza a un duende, de hecho, se dice que van vestidos de verde ya que estos seres dan suerte y por eso cuando alguien menciona a los leprechaun se recuerda a un trébol, incluso el cereal Lucky Charms tiene de mascota un duende con un trébol en su sombrero.

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Hay una cantidad de elementos celtas en nuestra propia cultura, pero hay que hacer una pausa obligada para contar la historia de los Celtas y entender cómo un pueblo que los griegos llegaron a llamar hiperbóreos en el 500 a. C. ha perdurado gracias a sus mitos en pleno 2023.

Historia de los Celtas

Primero, hay que entender que, y según la obra Los Celtas del español Manuel Yañez Solana que, “Los antiguos celtas no escribieron su historia porque se lo prohibieron los druidas, que eran sus sacerdotes-brujos. Por eso lo que conocemos de ellos nos ha llegado a través de escritores griegos, romanos y de otras nacionalidades (Yañez Solana, 2006, pág. 9)”. Aquí hay una historia interesante que nos menciona Ramón Sainero en su obra Los grandes mitos celtas y su influencia en la literatura, Sainero nos cuenta que:

Filidh, druidh y bard, son los nombres con los que se conocía a los guardianes de la sabiduría celta de un reino o de un clan. El Filidh era el poeta supremo, no solamente componía poesía sino también guardaba en su memoria los hechos históricos y las leyes de su pueblo, y oralmente la trasmitía al pueblo y a los poetas que a su muerte debían ocupar su lugar. (Sainero Sánchez, 1998, p. 6).

Así es como se transmitían las historias entre los celtas, pero esto se complica por la incompletud epistémica; oralmente se puede perder muchos datos importantes, es por ello que su historia se ha vuelto algo confuso, incluso para los actuales especialistas, pero gracias a las excavaciones arqueológicas, las ruinas y los recuerdos orales de los herederos de los celtas, junto con infinidad de informes de gentes imparciales nos han permitido conocer y reconstruir una magnifica historia que no deja de estar merodeando en nuestra actualidad como un recuerdo de lo que fue uno de los mejores pueblos que tuvo la Historia.

Lo que sí sabemos es que los llamados celtas históricos, entendidos tradicionalmente como el grupo de sociedades tribales de Europa, compartieron una cultura material iniciada en la primera Edad de Hierro (1200-400 a. C.) en torno a los Alpes (periodo Hallstatt) y más tarde en el hierro tardío (periodo La Tene). En la obra Breve Historia de los Celtas de Manuel Velazco escribe que, según los investigadores más rigurosos,

El mundo proto-celta afloró en las estepas rusas hace unos 3.000 años. Por tanto, mientras aún resonaban los ecos de Troya y Homero escribía la épica de dicho acontecimiento, nuestros amigos celtas se asentaban en Hallstatt (Austria), ofreciendo los primeros esbozos sobre una cultura llamada a perdurar (Velazco, 2009).

La cultura Hallstatt recibe su nombre del cementerio de Hallstatt, en Austria, Europa central. Esta cultura celta eran gentes que trabajaban el hierro con habilidad y buenos jinetes. Estableciera una industria de explotación de las minas de sal y un imperio comercial. Una rica elite de jefes vivía en asentamientos fortificados en la cima de colinas y era enterrada con muchas de sus posesiones: armas, joyas, carros y otros bienes de lujo.
Con posterioridad al siglo V a.C. cesaron los ricos enterramientos y la cultura Hallstatt declinó con rapidez. Después surgió la cultura de La Tène, llamada así por un poblado junto a un lago en Suiza, que tenía centros de poder en la zona al norte de la región de Hallstatt. Los guerreros celtas que cruzaron los Alpes en el siglo IV a.C. procedían de la cultura de La Tène.

Además, Los celtas fueron expandiéndose por toda Europa haciendo que la cultura Celta tuviera varios lugares de asentamiento con sus propios problemas y sus propias historias. Aquí un gráfico de los principales territorios celtas en Europa.

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Fig. 1.1. Expansión de los pueblos célticos en Europa

En su obra Mitos y Leyendas celtas de T.W. Rolleston describe a los verdaderos celtas como una raza alta y rubia, aguerrida e imperiosa, y cuyo lugar de origen,

(hasta donde podemos rastrearlo) se hallaba cerca de las fuentes del Danubio y que extendieron su dominio a través de la conquista y de la infiltración pacífica por Europa central, la Galia, Hispania y las Islas británicas. No exterminaron a los pobladores originales de estas regiones —razas paleolíticas y neolíticas, constructores de dólmenes y trabajadores del bronce—, pero les impusieron su lengua, sus artes y sus tradiciones y tomaron a su vez mucho de ellos (Rolleston, 1911, p. 10)

Estas combinaciones (entre los habitantes colonizados y los celtas) fueron, lentamente, haciendo desaparecer la raza pura de los Celtas; al mezclar su sangre con estos habitantes fueron perdiendo esa fiereza que los caracterizaba originalmente, haciendo que con el tiempo la cultura celta desapareciera casi en su totalidad, aunque actualmente se ha comprobado por pruebas de ADN que muchas personas aún conservan esa descendencia celta.

La cultura celta es una especie de combinación de dioses, leyendas, ritos, poesía, canticos, religión y arte totalmente únicos en ellos. Existen un conjunto de manuscritos que explican los eventos más relevantes de la mitología celta como el Ciclo Ulster o Materia de Irlanda, El Ciclo Ossiánico o Baladas de Ossian y el Ciclo de Arturo o Materia de Bretaña. Estos tres ciclos, sirvieron de base para que una serie de poetas de renombre escribieran obras basándose totalmente en los aconteceres de los personajes legendarios que protagonizaron estos ciclos. Es curioso que hubo personas que se preocuparon por escribir sobre los Celtas dando a conocer su legado y que otros poetas tomaran estos mismos escritos para volver a revivir la cultura Celta mediante obras que, actualmente, son fáciles de conseguir. En este punto entra en acción la Literatura.

La Literatura y los Celtas

Estos personajes milenarios que se presentan en la cultura Celta siguen siendo una fuente de inspiración para escritores, poetas, cineastas o cantantes. Estos personajes han sobrevivido al tiempo, han entrado a formar parte del imaginario popular y como menciona Ramón Sainero en su obra Los grandes mitos celtas y su influencia en la literatura:

La literatura celta, pese a ser poco conocida, eminentemente por la dificultad de comprensión de la lengua en que ha sido escrita, ha influido poderosamente en la historia de algunos capítulos de la poesía europea. La primitiva literatura celta, con su riqueza temática, ha servido de base para que poetas franceses, ingleses, alemanes, españoles, irlandeses, escoceses y de otras nacionalidades escribieran en las lenguas de sus países una serie de poemas cuya trama central era la de los primitivos celtas (Sainero Sánchez, 1998, p.5).

Y para Finalizar

La cultura Celta tiene tantos elementos que explicarlos todos se vuelve una acción titanica pero la ventaja es que actualmente podemos acercarnos a la cultura mediante música celta disponible en YouTube, series en las distintas plataformas digitales o visitando los lugares más emblematicos de la Cultura como Irlanda, Gran Bretaña o Galicia. Hay mucho material disponible en Internet para conocer mejor esta cultura. Ahora hay que estar pendientes, nunca sabremos cuando nos puede estar vigilando un leprechaun.

Bibliografía

-Rolleston, T. (1911). Mitos y Leyendas celtas. (J. A. Vitier, Trad.) Turner Noema.

-Sainero Sánchez, R. (1998). Los grandes mitos celtas y su influencia en la literatura. Barcelona, España: Edicomunicación, s. a.

-Velazco, M. (2009). Breve Historia de los Celtas (Primera ed.). (S. Rodríguez, Ed.) Madrid, España: Nowtilus, S.L.

-Yañez Solana, M. (2006). Los Celtas. Barcelona, España: M. E. EDITORES, S. L.

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