Filosofía estética I: el arte y su capacidad de transmitir lo inefable

En un artículo anterior se mostró las distintas ramas de la filosofía y explicó muy por encima qué es la filosofía estética o del arte. En este se va a ahondar un poco más en este tema, y luego se publicarán otras dos entradas donde se profundizará primero en la filosofía de Platón y luego en la de Aristóteles, así como la visión de ellos acerca de lo estético.

En la filosofía estética, como rama de la filosofía, se estudia qué es el arte como expresión cultural, y también considera la experiencia estética que produce dicho arte en el espectador como una vía válida hacia el conocimiento (de ahí su relación con la epistemología). Es decir, se puede a través del arte experimentar conocimientos, ideas y sensaciones que de otra manera más racional sería muy difícil, mucho más laborioso, o directamente imposible.

Para muchos filósofos, el arte verdadero expresa lo inefable, lo que no puede decirse con palabras (paradójicamente esto incluye la literatura). También suele decirse que una imagen vale más que mil palabras, así que resumiré lo que defiende la filosofía estética con esta imagen:

Igual que no es necesario entender qué es la injusticia cuando se sufre esta, podemos extender ese razonamiento a muchos otros aspectos.

Vamos a dar un repaso a algunos autores que han abordado el tema del arte y la experiencia estética como vía de acceso al conocimiento (o el porqué no lo consideran como tal). Esto implicará explicar muy por encima un poco como es la filosofía de cada autor y cómo se concebía el arte y la filosofía en su época.

Los antiguos griegos

La filosofía occidental nace en la Antigua Grecia el 28 de mayo de 585 a.C., al ser capaz de predecir para tal fecha el sabio Tales de Mileto un eclipse. Mediante el uso de las matemáticas y la lógica, se demuestra que el mundo natural se rige por reglas capaces de ser entendidas por la mente humana y así predecir acontecimientos del futuro, y no por dioses caprichosos e imprevisibles. Es el paso del mito al logos, surgiendo la filosofía (muy de la mano de la ciencia, entonces) como tal.

Tales de Mileto perteneció a los Cosmólogos Presocráticos, y solamente se interesaron acerca de qué originó todo (el arké) y no otras cuestiones como la ética, política o estética. O tal vez sí, pero no ha quedado constancia. Lo importante es que lo explicaron racionalmente y no recurrieron a entes mágicos o sobrenaturales en sus explicaciones, en muchos casos con grandes aciertos o aproximaciones.

Tras ellos vinieron los sofistas, precursores de los actuales abogados, y frente a ellos estaba Sócrates que los detestaba a muerte porque hacían gala de un relativismo moral y uso exacerbadamente falaz de la lógica, que además ponían al servicio del mejor postor. Sócrates pagó con su vida su manera de trolear a sofistas y no-sofistas, pero sentó los cimientos de los dos mayores pilares de la filosofía occidental: Platón (discípulo de Sócrates) y Aristóteles (discípulo de Platón).

En este vídeo de la mano de los geniales Bully Magnets se explica bien quien era en líneas generales este señor:

Platón y Aristóteles, al contrario que sus predecesores griegos, crearon lo que se llama un “sistema completo de filosofía“. Esto quiere decir que sus teorías filosóficas abordan cuestiones metafísicas, ontológicas, epistemológicas y axiológicas; pero además todas ellas tienen raíces en común y están interrelacionadas. Y entendiendo estas, es como comprenderemos mejor también sus puntos de vista en lo relativo a la estética y el arte.

Para explicar mejor a estos dos filósofos esenciales en la cultura occidental, hay que verlos de esta manera:

Platón es un teórico extremo, el primer y mejor representante del idealismo filosófico. Platón es un ratón de biblioteca que piensa sin parar sobre qué es el ideal canónico de todos los entes.

Aristóteles es el gran práctico, es un hombre de acción, el Indiana Jones de la filosofía griega. Además de filósofo, se dedicó en cuerpo y alma (y con gran éxito) a la física, biología, taxonomía, retórica, lógica y astronomía. Y como hombre tan versado, sobre todo, prefiere la experiencia a la idealización abstracta y reflexiva de su maestro Platón.

La escuela de Atenas de Rafael

Pero pasemos de tanta palabrería y veamos mejor como era cada uno, y hagámoslo con un ejemplo estético: el cuadro La Escuela de Atenas, de Rafael de Sanzio:

Este fresco, una obra cumbre del Renacimiento europeo, muestra a los principales autores (filósofos, matemáticos, científicos, políticos…) que influyeron y conformaron el pensamiento occidental como era conocido entonces (y sigue siéndolo actualmente en buena parte).

Podemos ver a los presocráticos (Heráclito con el rostro del artista Miguel Ángel, Parménides, Anaximadro), algún oriental como Averroes, la filósofa neoplatónica Hipatia de Alejandría (con el rostro de la novia del pintor)… etc.

Pero en el centro del cuadro están Platón y Aristóteles. Siendo los dos pilares del pensamiento occidental, no pueden ocupar más que el mayor protagonismo. Platón (con el rostro de Da Vinci, el otro gran artista del Renacimiento y amigo de Rafael) aparece apuntando hacia arriba (refiriéndose así al mundo de las Ideas, adonde apunta toda su filosofía). Sostiene en un brazo el diálogo “El Timeo“, que trata todas sus cuestiones principales (origen del cosmos o cosmogonía, estructura de la materia o física y la naturaleza humana o antropología).

En cambio, Aristóteles le mira como diciendo “Oiga, deje de divagar con ideales y ponga ya los pies en la tierra”, apuntando para ello con la mano al suelo. También este gesto es una manera de señalar la consecuencialidad o teleología, algo característico y esencial en su filosofía (todo tiene una razón y consecuencia). Sostiene con la otra la obra cumbre de su ética: Nicómacus, o ética para Nicómaco (su hijo).

Para saber con más detalle sobre este impresionante obra.

Y cada personaje real o ficticio importante en los cimientos del pensamiento Occidental:

Escuela de Atenas

 

Y es de esto de lo que trata esta entrega y las dos siguientes, que se enfocarán en entender el mundo clásico griego a través de Aristóteles y Platón. El buen arte nos explica de una manera más accesible y emocional (para los ojos atentos y corazones abiertos) la forma de ser de sus artistas y pueblos, de su cultura, nos dicen ideas, sentimientos y conceptos que con puros textos racionales se tardarían libros y libros en explicarlo. Veremos más ejemplos en las siguientes entregas.

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