Autoridad moral vs autoridad lógica

01-eurodiputado
József Szajer es el perfecto ejemplo del político que sigue la regla: “haz lo que digo, pero no lo que hago”

El 4 de diciembre de 2020 saltó una noticia a la prensa que inició un escándalo en la cámara de diputados de la Unión Europea y, por consiguiente, en su respectivo continente. En plena pandemia mundial y tras aprobarse leyes de contingencia que obligaba a todos los ciudadanos a permanecer en sus casas aislados, el diputado húngaro József Szájer era detenido en Bruselas junto a varios hombres por participar en una orgía gay (algunas fuentes indican que era tipo gangbang). Al parecer, el político se hirió las manos tratando de escapar por un desagüe y además portaba una pastilla de éxtasis que no reconocía haber comprado o guardado.

Dejando en primer lugar que cada quien es libre de hacer con su vida privada lo que quiera, el asunto era escandaloso por dos motivos: el primero porque este político había votado a favor de las medidas de restricción por la pandemia, y el segundo es que pertenecía al partido ultraconservador (algunos lo tildan de extrema derecha) Fidesz, con Víktor Orban a la cabeza.

Tanto el partido como el político referido eran conocidos en su Hungría natal por políticas opuestas a intereses del colectivo LGTB. El propio Szájer había colaborado a redactar la nueva constitución húngara de 2011 al lanzar una enmienda que dejara claro que el matrimonio solo era posible entre hombre y mujer, dejando fuera otras opciones más igualitarias.

Más tarde se supo que de los veinticinco detenidos, había varios diplomáticos aparte del eurodiputado. Ante este hecho, con diversas repercusiones políticas, muchos votantes y no votantes se mostraron engañados: las autoridades políticas se mostraban, una vez más, dispuestas a aprobar leyes y restricciones para todos que luego no tenían intención de cumplir en persona. O mostrar en la legislación una actitud conservadora, pero en privado desatarse por caminos que criticaban frontalmente. Hipocresía en estado puro.

Pero en ese momento tan crítico de encierros y contingencia que todos pasamos recientemente como pudimos, este escándalo también sirvió para dar alas a grupos negacionistas del COVID que señalaban el hecho como una “prueba irrefutable de que ni ellos mismos [los políticos] se lo creen [la necesariedad del encierro o la existencia del propio virus]”.

Una situación similar sucede cuando el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) se reúne cada año en la ciudad suiza de Davos. Líderes económicos y financieros, políticos y funcionarios de alto nivel, artistas y personalidades de todo tipo se juntan para ver los retos a corto y largo plazo de alcance mundial, así como establecer metas y planes.

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Aeropuerto de Davos inundado de jets privados durante una de las sesiones del WEF

Durante alguna de estas sesiones anuales, emitieron informes en los que llamaban a gobiernos a tomar políticas que desincentiven más el uso del automóvil, así como a fomentar el transporte público. Es obvio que se abusa de este medio de transporte que es responsable de una buena parte de las emisiones de CO₂ mundiales. Pero tras ver la imagen del aeropuerto de Davos, surgen inevitablemente twits como este reflejando la hipocresía de dichos “líderes”:

02-Twit Davos
¿Será que el CO2 de los jets privados no es contaminante?

No faltaron los conspiranoicos negacionistas del cambio climático (como tal o en la vertiente de su origen humano) que, como en el ejemplo del político conservador, aprovecharon para soltar su discurso. Pero siguiendo con el WEF y relacionado con la ecología y cambio climático, otra publicación suya se volvió meme viral:

04-No tendrás nada
Una imagen vale más que mil palabras

 

El contexto de la foto era que desde ya debemos cambiar nuestra mentalidad acerca de qué es la riqueza, ya que hay que abandonar el paradigma que se instauró desde los 50s con el sueño americano. La felicidad ya no se va a basar en el “tanto tienes, tanto vales”, y en vez de acumular capital y bienes en propiedad, es probable que se recurra mucho más en el futuro cercano a figuras jurídicas como el arrendamiento. Ante un mundo con recursos más escasos por la sobrepoblación humana o la contaminación que causa ésta, las restricciones en nuestro modo de vida parecen inevitables, y ante ello es necesario una filosofía de vida menos hedonista y más estoica o espartana. Un preludio a una economía decrecentista podemos decir, totalmente opuesta a la que desde siempre se ha tenido.

Sin embargo, el problema con la imagen es en primer lugar su origen: una organización gestionada por élites económicas que van en jet privado a sus reuniones. Pero en segundo lugar, la persona gramatical de la frase cambia totalmente el análisis hermenéutico del texto: segunda persona del singular ([tú] no tendrás) en vez de la primera del plural ([nosotros] no tendremos).

Seguramente, si hubieran puesto “tendremos menos pero seremos más felices” no habría pasado de lo anecdótico, pero la frase, tal cual está redactada, está dando a entender que “los de abajo” serán poseedores de nada (no menos), mientras que ellos, “los de arriba” nos seguirán pidiendo ser felices con nada que ya ellos se encargan de disfrutar la vida a la antigua, en sus jets privados y coches eléctricos de lujo. ¿Mala interpretación o desliz revelador?

Como sea, este tipo de dobles baremos dan pie (otra vez) a los conspiranoicos para crear a través de RRSS la sensación de que vivimos en un mundo controlado por élites (lo cual no es necesariamente incorrecto) que buscan hacernos vivir en una sociedad distópica similar a la de Huxley en Un mundo feliz o a la de Orwell en 1984.

05-Orwell vs Huxley
(Hacer click para ver más grande) ¿Y tú, cual crees que es más acertado?

¿Pero qué tiene que decir el pensamiento crítico acerca de todo ésto? Pensar críticamente implica que sin deshacerse de las emociones (algo imposible siendo humano), no te dejes llevar únicamente por ellas. Es inevitable ante toda esta hipocresía mostrada sentirse engañado, frustrado y decepcionado con el mensajero, pero lo importante para un pensador crítico siempre debe ser el mensaje y no su portador.

Analizando fríamente cada hecho, que el político ultraconservador hungaro se saltara las restricciones sanitarias o fuese un gay de closet no quiere decir que así suceda con el resto. La casi totalidad de los políticos de la UE respetaron las leyes de emergencia que aprobaron, y es bastante probable que lleven una vida personal acorde a su discurso político. Además, las medidas estaban avaladas por la comunidad científica (aunque no exentas de matices y polémicas). El aislamiento era necesario, le pese a quien le pese.

Lo mismo puede decirse respecto a las propuestas del WEF: el mercado energético urge desde ayer una reforma estructural y total. Desde electrificar más, fomentar las renovables y el transporte público, construir ciudades menos extensas y un largo etcétera, hasta por supuesto desincentivar el abuso (que no uso) del automóvil como transporte privado. Por mucho que el mensaje provenga (en parte) de un grupo de gente que llega a dicha reunión en un jet privado, la razón del argumento es válida (aunque se pueda matizar la manera de implementarse estas medidas, por supuesto).

Y el mensaje de no ser feliz con nada es más de lo mismo: el paradigma establecido por el consumismo exacerbado por el capitalismo no nos lleva más que al desastre ecológico. Una manera más austera de vivir es necesario en favor precisamente de los más desfavorecidos, pero sobre todo del planeta en el que vivimos. Y con ello, se va a requerir de una filosofía de vida no distinta, sino radicalmente opuesta de la que se ha tenido en los últimos doscientos años en los países más desarrollados. Este es sin duda uno de los mayores retos de la humanidad y no es del futuro, sino de nuestro presente.

Ante estos cambios tan fuertes de paradigmas, es inevitable que surja una resistencia, violenta, argumentalmente e incluso más. Ya lo decía Arthur Schopenhauer:

06-Schopehauer
¿Estamos en la primera o segunda fase? ¿para cuando la tercera?

Sin embargo, para que estos cambios de paradigmas (sociales, económicos e incluso políticos) sean exitosos, no va a bastar con la autoridad lógica: va a ser necesaria también la moral. Maquiavelo, como se vio en su respectivo artículo, era claro al respecto: un líder debe (al menos) aparentar cumplir con lo que promete o pide a sus gobernados. Y Platón y Aristóteles señalarían que no solo las apariencias, sino las formas y el trasfondo debe ser parejo a cualquier discurso.

Aunque hay mucho de falaz y emocional en reclamar por lo mismo a quien te reclama, es también totalmente lógico exigir que los fuertes cambios que necesitamos sean para todos, sin excepciones. Lo contrario implicará que distopías como las de Huxley y Orwell no estén tan lejanas, pero lo peor es que dichas medidas no tendrán el resultado debido porque nadie estará dispuesto a tomarlas si los líderes son unos hipócritas. Y es aquí y ahora cuando deberemos de ser más cuidadosos que nunca con nuestro derecho a voto, o quizá incluso a acabar las falsamente llamadas democracias para crear unos sistemas de gobierno más directos y menos representativos si dichos cargos carecen de autoridad moral.

En cualquiera de los dos posibles casos, la filosofía y el pensamiento crítico jugarán un papel esencial, y de ahí la importancia de que nuestros jóvenes y no tan jóvenes se instruyan de verdad en esta práctica y no en la teoría, como solo hacen los sistemas educativos actuales y muy por encima. ¿Lo veremos algún día?

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