Equipos con aficiones en contra del fascismo, el racismo, la homofobia y el clasismo.

Muchas personas consideran el fútbol como un deporte carente de cualidades y que sirve como medio para manipular a las masas. Se podría decir que esta es una visión parcialmente cierta, ya que no se puede olvidar cómo los regímenes totalitarios en Europa del siglo XX utilizaron este deporte para exaltar los valores de sus naciones y buscar mostrar una supuesta superioridad. Sin embargo, al mismo tiempo, el fútbol, además de entretener, es un medio que sirve para que las personas convivan, se organicen, y resistan diversas amenazas. Este es el carácter político del fútbol e históricamente han existido aficiones que luchan para visibilizar la opresión que los aqueja y defienden los derechos humanos, principalmente vinculados a los barrios obreros. Los aficionados antifascistas reprochan la discriminación, la xenofobia y luchan por la diversidad. Tienen una manera distinta de entender el fútbol y se enfrentan al totalitarismo y los nacionalismos que resurgen en todo el mundo.

Aficionados del Rayo Vallecano.
Aficionados del Rayo Vallecano.

Los Bukanero del Rayo

El barrio de Vallecas, en Madrid, España, se distingue por su carácter popular y obrero. En este lugar, el club Rayo Vallecano tiene su hogar y compite en la máxima categoría del fútbol español. Aunque el club no se destaca particularmente en lo deportivo como uno de los más laureados del país ibérico, cuenta con una afición apasionada que se involucra activamente en aspectos sociales y políticos, lo que lo distingue de otros ultras. El colectivo más destacado del Rayo es el de los “Bukaneros”, quienes han estado animando a su equipo en las buenas y en las malas. Nacen en 1992 y desde sus inicios cimentaron los pilares del colectivo que perduran hasta la actualidad, los cuales se oponen al racismo, la represión y el negocio del fútbol. Lo que destaca de los “Bukaneros” es su participación en actividades políticas y comunitarias, además de asistir a los partidos de fútbol. Durante los partidos del Rayo y fuera de ellos, es común ver las mantas y banderas de los “Bukaneros” con mensajes que van desde el apoyo a la lucha obrera, hasta la oposición al capitalismo, al patriarcado y a los desalojos, entre otros.

Pancarta de rayistas.
Pancarta de rayistas.

En el año 2014, una señora de 85 años, llamada Carmen, tenía una deuda de más de 70,000 euros. Esto ocurrió después de que su hijo la pusiera como aval de un préstamo, lo que dio como resultado la pérdida de la casa donde había vivido durante más de 50 años. El equipo del Rayo Vallecano se solidarizó con su situación y decidió pagarle un alquiler a la señora mientras viva. Los “Bukaneros”, también hicieron su parte desplegando mantas en el estadio en apoyo a Carmen.

Pancarta de los Bukaneros.
Pancarta de los Bukaneros.

El Celtic y la Brigada Verde

El Celtic de Escocia cuenta con “La Brigada Verde”, un grupo de aficionados conocidos por su compromiso con las causas independentistas, debido a su origen que los liga con inmigrantes irlandeses que fundaron el club. Estos seguidores respaldan el republicanismo y el nacionalismo irlandés, así como la justicia y la libertad. En el 2023, “la Brigada Verde” mostró su solidaridad con la causa palestina exhibiendo su bandera durante un partido de la Liga de Campeones entre el Celtic y el Atlético de Madrid, a pesar de que la UEFA prohíbe mostrar causas políticas en los estadios. Posteriormente, la UEFA sancionó al club escocés. Pero, “La Brigada Verde” consideran que tiene el derecho a expresar su apoyo a causas justas.

Aficionados de “La Brigada Verde” con la bandera Palestina.

St. Pauli, el club de izquierda

El Fútbol Club San Pauli de Hamburgo, Alemania, es conocido a nivel internacional por ser un club que apoya causas de izquierda, tales como la lucha contra el fascismo, el racismo, la homofobia y el clasismo. Esto ha hecho que el club gane seguidores en todo el mundo, y a pesar de que juega en la segunda categoría del fútbol alemán, su afición no deja de alentarlos en cada partido. En un mundo futbolístico donde el dinero es lo más importante y a la afición solamente le interesa que su equipo gane a como dé lugar, el St. Pauli nos muestra que otro fútbol es posible, uno donde primen valores como la solidaridad, el respeto y la fraternidad. En el Millerntor-Stadion, que es su estadio, se promueve la diversidad y la inclusión, y la afición muestra esto mediante cánticos y banderas. Un aspecto destacable de St. Pauli es que fue el primer equipo en Europa dirigido por un presidente abiertamente homosexual, Corny Littmann, quien ocupó este cargo de 2002 a 2010. Esto ejemplifica que hay una congruencia en el club y la afición con lo que dicen y hacen.

Aficionados del St. Pauli.
Aficionados del St. Pauli.

Las personas que disfrutan del fútbol también pueden comprometerse con proyectos que contribuyan a la construcción de comunidades inclusivas, donde los demás puedan ser y expresarse sin temor a ser juzgados o violentados. Los ejemplos de los “Bukaneros”, “La Brigada Verde” y el St. Pauli nos enseñan que, de manera organizada, se puede aportar un granito de arena a causas que merecen ser visibilizadas y escuchadas. Aunque estas aficiones puedan tener áreas de mejora, es innegable que a través de sus acciones buscan comunicar un mensaje positivo que es respaldado por personas de todo el mundo.

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