El legendario músico Tijuanense Javier Batiz nos deja ver al hombre detrás del rockstar.
Su larga cabellera no esconde las huellas de más de medio siglo de rock and Roll.
A sus setenta años de edad, el legendario músico tijuanense Javier Batiz ve pasar el tiempo entre música, amigos, admiradores y muchos recuerdos.
Desde sus inicios en 1957 el jovencito Batiz ya impresionaba a quienes lo escuchaban tocar la guitarra. Heredero musical de los grandes bluseros americanos, el Batiz de aquellos años soñaba con que en México se tocará igual, en una época en que la juventud sólo consumía arreglos sencillos o traducciones de éxitos del pop estadounidense.
Como buen fronterizo el rebelde Javier cantaba en inglés, tocaba como los grandes e influenció a toda una generación de músicos capitalinos de la década del sesenta, a quienes sacudió con su melena y estridencias rocanroleras.
“Yo he tocado en los mejores escenarios de México, desde Bellas Artes hasta la Alameda, los mejores teatros de varios estados“Viví treinta y seis años en el Distrito Federal, me fui de 16 o 17 años allá, ya tengo 20 años aquí. Extraño a mis hijas que viven allá, a mis amigos, los extraño pero sigo adelante”.
Delgado, moreno y siempre amable, Javier vive en una modesta casa de más de 90 años de antigí¼edad, propiedad de su familia, ubicada en el centro de la ciudad y que toda su vida ha sido su hogar, refugio y estudio.
“He viajado por muchos lados y llego a mi ciudad y llego a las tradiciones que tenemos aquí y la música que nació aquí, mi música es muy singular, muy significativa de Tijuana y muy representativa de Tijuana y entonces donde quiera que voy (dicen), ¡ah! mira así tocan en Tijuana, pues sí, así tocamos en Tijuana, el sonido Tijuana”. Dice orgulloso.
Maestro de Maestros
Desde pequeño, Javier alentaba a sus vecinos y amigos a formar grupos musicales como los que veían en las películas americanas. Siempre con disposición a transmitir los pocos conocimientos que tenía, enseñó a sus amigos a tocar instrumentos y así formó los TJ´S en 1959, grupo que fue reconocido a nivel local y en la vecina ciudad de San Diego, California.
También llamado brujo del rock, Javier siempre se ha distinguido por su carisma y paciencia para enseñar a cientos de jóvenes. Músicos importantes como Carlos Santana y Fito de la Parra (Canned Heat) recibieron lecciones de Batiz.
“Los traía aquí a la casa, Carlos (Santana) se sentaba ahí donde estás tú, me dice señalando un pequeño espacio en el suelo de madera de la sala de su casa”. Cuenta Javier.
A pesar de su apretada agenda, Javier Batiz se sigue dando el tiempo para transmitir sus conocimientos, actualmente una veintena de adolescentes llegan por las tardes a su casa, y esperan a que les abra un antiguo garaje habilitado como escuela de música.
Así vive Javier Batiz, un hombre sencillo que vivió la fama, que no envidia el éxito de muchos de sus alumnos, que sigue trabajando, que viaja constantemente, que ama profundamente a Tijuana y que hizo de la música su gran pasión.