México acaba de vivir un proceso democrático que ha transformado el mapa político del país, Estados que antes se veían color rojo ahora se ven pintado de azul, pero poca importancia se ha dado a un hecho indiscutible, este cambio tiene como uno de sus sustentos la sangre de periodistas y la persecución e intimidación a la libertad de prensa en el país.
La Organización Internacional Freedom House, califica a México, como uno de los países más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. El acoso, la intimidación, la violencia física y la autocensura, son comunes denominadores en áreas del país en las que el crimen organizado tiene fuerte presencia.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su informe de 2015, sobre la Libertad de Prensa, al hacer referencia a México, menciona casos específicos de violencia contra periodistas como:
El secuestro de Bernardo Cano en Iguala o el caso de una periodista de “TV Sureste” en Veracruz, que fue secuestrada y agredida sexualmente; también se describe el caso de Enrique Juárez Torres, secuestrado en su propia oficina y luego conducido a una camioneta en donde fue golpeado y amenazado por dos sujetos, en la ciudad de Matamoros, en el Estado de Tamaulipas, este, por temor, decidió dejar de publicar en su periódico noticias relacionadas con el crimen organizado y cuatro periodistas renunciaron a su periódico, ante el miedo de ser víctimas de la violencia.
En el mismo Estado de Tamaulipas, la sede de Televisa fue atacada en dos ocasiones con explosivos; por otra parte, en Puebla, la casa de la periodista Alejandra Corona, de “El Heraldo de Puebla”, fue objeto de disparos; este periódico se caracterizó por las críticas al entonces Gobernador Rafael Moreno Valles, unas semanas antes varios de sus compañeros fueron abordados en la calle y recibieron amenazas; en el Estado de Veracruz, el periodista Karlo Reyes, fue agredido por efectivos de las fuerzas civiles y el 22 de octubre en la ciudad de Xalapa, individuos armados entraron a la casa del periodista Raymundo Martínez, quien el año anterior había sido víctima de ataques, amenazaron y golpearon a la esposa del comunicador y se llevaron material de trabajo de este.
Durante las elecciones de ese año, los ataques a los medios de comunicación, como agresiones físicas, robo de equipos, intimidaciones para borrar material, ataques cibernéticos y amenazas, fueron el común denominador en varios Estados, entre los que destacan Guerrero y Veracruz.
La Comisión Interamericana hace también mención específica al caso de Carmen Aristegui, quien fue desplazada de su espacio en la radio, luego de haber denunciado el conflicto de intereses del Presidente Peña Nieto y la mansión a nombre de su esposa, junto a Carmen fueron también desalojados del espacio de comunicación, en la radiodifusora MVS, el equipo de colaboradores de la periodista.
Los comunicadores que fueron asesinados el año pasado en México, son: José Moisés Sánchez Cerezo, Abel Manuel Bautista, Raymundo Armando Saldaña Morales, Juan Mendoza Delgado, Filadelfo Sánchez y Rubén Espinoza.
Este año han sido asesinados: Marcos Hernández Bautista, Anabel Flores Salazar, Manuel Torres González, Moisés Dagdug Lutzow y Francisco Pacheco Beltrán.
Aristóteles en su libro “La Política”, menciona que el principio fundamental sobre el que se sustenta la democracia es la libertad, porque en ella todos los ciudadanos pueden mandar y obedecer. Montesquieu, más de 20 siglos después, pensaba que la democracia es aquella en la que el poder del gobierno reside en todo el pueblo y Locke veía a la democracia en la imagen del pueblo reunido en una asamblea y expresándose sobre las cosas del gobierno.
Son esos, los antecedentes de la democracia actual, la que, para ser efectiva, debe basarse en una sociedad con el conocimiento que brota de la deliberación de los asuntos públicos; para que esto se dé es esencial que los ciudadanos cuenten con información amplia y veraz sobre los acontecimientos que le rodean, pero sobre todo en el actuar político, pues es este conocimiento el que puede dar la posibilidad de tomar decisiones correctas al momento de intervenir en los procesos democráticos.
La Libertad de Expresión, que se refleja en su modalidad de Libertad de Imprenta, implica la posibilidad de difundir las ideas a través de los medios masivos de comunicación y esta difusión de ideas es la que permite el proceso democrático a que me he referido en las líneas anteriores.
México, acaba de pasar por unas elecciones en las que la sociedad decidió dar un giro en la forma como se maneja el poder y, para mí, no cabe duda que en mucho influyó el periodismo valiente que, aun a riesgo de su vida y de su integridad física, ha denunciado los malos manejos y la corrupción de la clase política.
Es por eso que a través de estas líneas quiero rendir homenaje a esos periodistas valientes y, sobre todo, a aquellos que han ofrendado su vida en la búsqueda de la dignidad que a la profesión le otorga la libertad de comunicar.