La importancia de nombrar las cosas. Teoría queer

El tema de las letras y etiquetas se ha vuelto asunto de debate, especialmente entre las viejas y nuevas generaciones. Temas como lenguaje inclusivo.

Comenzando por las bases que sustentan todo este artículo: Platón, en su diálogo Crátilo habla de los nombres, y de su correcta forma de ser. En este, Platón presenta dos posturas, una sobre la conexión natural de las cosas y la segunda sobre el uso y las costumbres de las mismas.

En el Crátilo, este mismo defiende la idea de que los nombres son cosa natural, y que ya están ahí y son de tal forma desde un inicio; mientras que Hermógenes asegura que es la utilidad que las personas le dan a dicha cosa lo que le otorga su nombre. 

Platón, mediante la figura de Sócrates, interviene en la discusión de estos dos filósofos, no tomando ningún bando, pero sí diciendo que de tanto darle vueltas al asunto de los nombres y las cosas, no le resultaría extraño que la lengua que ellos hablan en ese momento sea igual a la que hablaban los bárbaros.

Ante esta frase, Sócrates daba entender que, para él, todas las lenguas provienen de una lengua madre inicial, y que con el paso del tiempo fueron adoptando coloquialismos de otras regiones y adaptándose, evolucionando.

Tomando eso en consideración, pareciera ser que el mismo Platón se inclinaba más por la teoría de Hermógenes, sobre que es el uso y las costumbres las que nombran las cosas, de acuerdo a sus necesidades. 

Lo que nos lleva al planteamiento actual: ¿alguna vez has oído a alguien quejarse del lenguaje inclusive, o del porqué hay tantas etiquetas que “se inventan de la nada”?

En una era moderna como la nuestra, cada día surgen situaciones al igual que conceptos diferentes, como el de la teoría queer y sus relativos.

A nosotros los jóvenes que formamos parte de la comunidad LGTBIQ nos compete mucho el debate de ponerle nombre a las cosas, ya que lo que no se nombra, no existe. Y, sin embargo, nosotros existimos.

Que ahora haya tantas etiquetas para identidades y orientaciones sexuales como granos de arena en la playa es prueba de que nuestro mundo está cambiando, creciendo y adaptándose. Y necesitamos de un nombre para lo que sentimos o vivimos, porque es la forma que tenemos de dejar huella de nuestra existencia, nos vuelve una realidad al reconocernos a través de un nombre.

Del mismo modo que una persona cisgénero opta por usar un apodo en vez de su nombre real (ya que este le hace sentirse parte de un grupo y aceptado), una persona transgénero elegirá el nombre con el que se sienta identificado o identificada, y dicho nombre deberá respetarse porque forma parte de su identidad y le convierte en parte de una sociedad. 

Fuentes:

Platón. Crátilo. Instituto de Investigaciones Filológicas, 1988.

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