Exposición “Senderos de Vida” Parte 1: Ritualidades

Tras una visita al Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, el pasado 5 de abril, pudimos disfrutar de sus exposiciones artísticas temporales. Una de ellas fueron las fotografías de Flor Garduño, que estarán disponibles hasta junio.

La fotógrafa mexicana, egresada de la antigua Academia de San Carlos (UNAM), fue alumna de Kati Horna, de quien se inspiró bastante en sus trabajos y temáticas. Además, ambas compartían intereses similares y Horna influyó mucho en las habilidades expresivas de Flor Garduño. 

La exposición de Garduño, titulada “Senderos de vida”, se dividió en cuatro salas, repartidas estratégicamente entre dos pisos del Museo de Bellas Artes. En esta nota compartiremos las fotografías que más impacto nos causaron (a nivel personal) y un breve comentario al respecto.

Dentro de la sala “Ritualidades”, Garduño nos presenta fotografías que retratan las tradiciones de varias culturas, no solo de México, sino también de todo el mundo. Fotografías que ella misma tomó durante sus muchos viajes, y que cargan con una gran energía simbólica. 

Fotografía titulada “Vivos se los llevaron”, de Flor Garduño.
Fotografía titulada “Dama de honor”, de Flor Garduño.

Esta fotografía nos pareció sorprendente porque desconocíamos que existiera una tradición en la que un hombre de la localidad oaxaqueña se casara con un cocodrilo hembra, a la que incluso visten con ropas tradicionales blancas para boda.

Luego de investigarlo, esto se realiza desde hace siglos en Oaxaca, como muestra de una alianza de paz entre el humano y la naturaleza, para asegurar que tendrán una sana convivencia y que no habrá conflictos.

Fotografía titulada “Encuentro amistoso”, de Flor Garduño.

Nuevamente con la temática de hombre-naturaleza, en “Reencuentro amistoso” se nos muestra un hombre granjero acercándose tranquilamente a un caballo. El hombre respeta los territorios del animal, dejando en claro que sus intenciones son pacíficas y que no pretende atacar o poner en duda su autoridad. 

Algo muy notorio de muchas de las culturas de México o de Latinoamérica incluso, es esa cosmovisión de que la naturaleza es una entidad viva aparte, y que se rige bajo sus propias leyes que deben ser respetadas. Es una filosofía interesante y hasta cierto punto hermosa, una que debería ser más estudiada para que podamos comprender más esa parte de nuestra cultura. 

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