EL ESTADO, ¿ES NECESARIO? PARTE 1

EL ESTADO, ¿ES NECESARIO?

PARTE 1

Reflexión sobre el Estado desde la perspectiva de Jonathan Wolff

Estamos acostumbrados a vivir en sociedad, y es muy posible que no seamos conscientes de las razones por las cuales vivimos en una comunidad llamada Estado. En esta ocasión reflexionaremos acerca de la justificación del Estado desde la perspectiva del Jonathan Wolff, quien analiza algunas cuestiones al respecto, entre ellas: ¿Cuáles son las ventajas de tener como forma de gobierno al Estado?, y ¿sería posible otra forma de gobierno?

Imaginar una comunidad donde no hubiera leyes o controles de conducta, es sueño, por esa razón Wolff dice: “Creemos además que la idea de «imponer restricciones» sin el Estado es una ilusión” (Wolff, 2012, p. 53).  Para este autor, es posible que puedan crearse otras formas de gobierno, sin embargo, el Estado se puede justificar de manera positiva, ya que hay varias razones para hacerlo, tales como las siguientes:

El Estado da más beneficios que dificultades para los ciudadanos, ya que el mismo, cuida de los intereses de los súbditos.

El Estado detenta poder para someter a las personas bajo sus leyes, lo que permite tener el control de una sociedad tan diversa.

El Estado mantiene políticas universales que convienen a todos, entre ellas, no permitir el robo, el homicidio, condenar el abuso infantil, no permitir la delincuencia, dar seguridad a la propiedad, etc.

Si bien es cierto, el Estado puede crear leyes inmorales, estas resultan ser necesarias para el bien de la ciudadanía, por ejemplo: si el Estado autoriza la producción de bombas atómicas para proteger su autonomía, eso dará seguridad a sus habitantes porque podrán conservar su paz; algunos Estados autorizan la pena de muerte como solución al problema de delincuencia, otros crean grandes fábricas de armas para mantener su economía. Aunque estas decisiones tomadas por algunos Estados del mundo atropellen la moralidad universal, son necesarias para la seguridad de su Estado. Wolff reconoce que no siempre es moral obedecer al Estado, sin embargo, es la mejor alternativa para vivir.

Mientras tanto, para Locke y los teóricos del Contrato Social es muy valorada la libertad individual, y se considera al Estado como un poder artificial, que por medio de la voluntad de los individuos libres se someten a su autoridad. De igual manera, las instituciones políticas según este modelo tienen que justificarse en términos de la voluntad de los ciudadanos. En otras palabras, lo que la mayoría convenga será bueno para todos.

Por otra parte, el utilitarismo de Jeremy Bentham (1748-1832) considera como valor primario la felicidad, en el cual el Estado es justificable si produce felicidad en la sociedad. Aquí no importa la voluntad, sino la felicidad de todos los habitantes, lo que haría recordar la famosa “frase pan y circo para el pueblo”.

Resulta complicado definir el concepto de “Estado” porque hay muchas variantes de su aplicación; en el caso de las democracias existen muchos matices y eso mismo ocurre con los Estados tiranos. Sin embargo, existen algunas características que permiten similitudes entre los Estados, por ejemplo:

  1. El poder político que tiene como finalidad castigar o violentar a quien no obedezca el acuerdo voluntario. Según Locke (Contrato Social) en el Estado tirano el poder político castiga o violenta de acuerdo a la imposición del mismo. Empero, tanto en la tiranía como la democracia castigan, uno por la desobediencia al acuerdo y otro por la desobediencia a la autoridad.
  2. También los Estados tienen similitudes para proteger a sus ciudadanos de violencia ilegítima, razón por la cual se considera que el Estado tiene el monopolio de la violencia, ya que es el que puede ejecutar violencia y juzgar a cualquiera que haga violencia sin su consentimiento.

Si bien es cierto, estas características no definen al Estado, pero lo identifican como el poder artificial sobre los ciudadanos.

Para Wolff, el Estado es necesario para el bienestar de los ciudadanos, sea este tirano o demócrata. El mismo, solo es el poder artificial que tiene el deber de ayuda a los súbditos a vivir de la mejor manera. El Estado es el órgano que da valor a cada individuo, y lo respalda. Si cada ciudadano se involucra y participa en el fortalecimiento de su Estado, será más beneficiado, de lo contrario se debilitaría y perdería el poder que debe tener. La práctica del malinchismo debilita al Estado y por consecuencia se dañará su autoridad, estoy seguro de que ningún habitante quiera vulnerar su seguridad y bienestar.

Wolf, J. (2012) Filosofía política, una introducción. Editorial Ariel.

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