La poeta rebelde y provocadora: “Pita amor y las excentricidades que desafiaron las normas establecidas”

Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, más conocida como Pita Amor, nació el 30 de mayo de 1918 en un viejo caserón de la calle de Abraham González 66, en la Ciudad de México. Fue la menor de los 7 hijos de Emmanuel Amor Subervielle y Carolina Schmidtlein García Teruel, miembros de una aristocracia.

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Fotografía anónima, Guadalupe Amor, ca. 1950. © (inv. 645052) Secretaría de Cultura.inah.sinafo.fn.mx

Pita amor es considerada una de las precursoras de la liberación femenina en México. Su vida estuvo llena de excentricidades y controversias. A los 17 años, se escapó con José Madrazo, un rico ganadero de 60 años, provocando un gran escándalo familiar.

Fue elogiada por grandes figuras como Alfonso Reyes, Albert Camus y Jean-Paul Sartre. Durante la época mexicana del poeta Pablo Neruda, fue su compañera; él la llamaba “como el canto del agua cristalina que corre, te nombro franca e inmemorial, dulcísima … “. Se dice que era una de las mujeres más bellas de entonces, Diego Rivera la pintó desnuda tres o cuatro veces.

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Imágenes: Tomadas del libro Pita Amor. La undécima musa

Pita trabajó en el cine y teatro antes de llegar a la literatura. Quiénes la conocieron dice que nunca pasaba inadvertida. Sonetista natural, y escribió con obsesión acerca del miedo, la angustia y la soledad. Sus poemas se han escrito siempre en primera persona, han tratado de la vida y su experiencia femenina.

La poesía de Guadalupe amor habla de la angustia de vivir, de Dios, de la nada. “Dentro de mis temas poéticos lo que cuenta menos es el mundo exterior y no se diga ya el físico, mucho menos el histórico”.

Pita amor fue conocida por su irreverencia, excentricidad y absoluta libertad para mostrar su desnudez a la menor provocación, sin pudor ni recato, su vida estuvo llena de excentricidades que le hicieron destacar en su época.

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La coreografía Amor, la Undécima Musa forma parte de la temporada Danza Por la libre del Centro Cultural Los Talleres. Fotos: Cortesía Blanca Charolet / David Flores

Además, tenía un modo de hablar picaresco y una manera única de vestir y lucir tras su arreglo personal en los últimos años de su vida, cuando vendía poemas en plena calle. Su conducta altanera y soberbia, la volvía temible; Siempre decía que ella era una gran poeta y los demás eran meros mortales.

Entre su repertorio de insolencias podemos destacar, cuando le prohibió a su apenas joven sobrina de 22 años usar su apellido materno y se lo dejo bien claro:

“¡No te compares con tu tía de sangre! ¡No te compares con tu tía de fuego!”, dijo –casi gritando– Pita Amor a su sobrina Elena Poniatowska, durante una fiesta en 1954.

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Elena Poniatowska, escritora y periodista mexicana.

–¡No te compares con tu tía de fuego! ¡No te atrevas a parecerte junto a mí, junto a mis vientos huracanados, mis tempestades, mis ríos de lava! ¡Yo soy el sol, muchachita, apenas te aproximes, te carbonizarán mis rayos! ¡Soy un volcán!” –insistía Pita a la periodista francesa.

Tiempo después, Elena estaba en casa y sonó el teléfono. Era Pita.

–¿Eres feliz, corazón? –preguntó la poeta.

– Sí, mucho.

– ¿Dónde puedo conseguir unos zapatos de charol con un moño en forma de mariposa para salir a pisar la tarde antes de que ella me dé siete pisotones?…

La conversación entre tía y sobrina continuó, hasta que la amenaza de Pita volvió a caer sobre la joven comunicadora; aunque en esta ocasión el señalamiento fue más puntual: le prohibió usar su apellido materno (Amor).

–”Tú eres una pinche periodista, yo una diosa”…(Poniatowska, 2000)

En los últimos años de su vida, era reconocida más por sus excentricidades que por su poesía. Sin embargo, quienes la conocieron de cerca sabían que su vida y su obra estaban irremediablemente ligadas.

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Vanguardia

Pita amor fue una mujer que vivió su vida a su manera, sin importarle lo que los demás pensarán de ella. Su excentricidad y su talento para la poesía la convirtió en una figura inolvidable en la historia de la literatura mexicana.

Falleció en la Ciudad de México, el 8 de mayo del 2000 punto su epitafio dice: “Es tan grande la ovación que da el mundo a mi memoria. Que si cantando victoria me alzas en la tumba fría. En la tumba me hundiría bajo el peso de mi gloria.

Bibliografía

Poniatowska, E. (2000). Las siete cabritas. México: Ediciones Era S. A. de C. V.

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