Alfredo Espinosa, originario de Delicias, es un escritor mexicano nacido en 1954, médico de profesión, es un hombre prolífico, despliega sus dotes en la psiquiatría, la literatura, e incluso incursiona en la pintura y el diseño de interiores (al menos de su fabulosa casa). Es a todas luces un hombre que se ha destacado por su obra poética, narrativa y ensayística. Escribe en Chihuahua, acerca de Chihuahua, por ello es representante literario del País de en Medio, el que existe entre México y Estados Unidos.
Desde la publicación del poemario El corazón a mi piel untado, en 1985, Espinosa no ha dejado de producir y de recibir premios. Hasta la fecha ha publicado una veintena de libros, que incluyen las novelas Infierno grande, Obra negra y El reino en ruinas.
El deliciense plantea que el escritor debe borronear de todo aquello que le toca el corazón, que le sacude y le indigna. El pasado semestre Agosto/Diciembre 2014, expuso como invitado en la Galería de las Humanidades “Bertha A. Falomir” algunos cuadros pictográficos de su propia mano con lo que muestra una nueva faceta del hombre, del médico, poeta y ahora pintor.
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¿Quién es Alfredo Espinoza, el escritor, como se convierte en gran poeta?
Bueno pues soy Alfredo Espinoza, comienzo escribiendo poesía con los primeros rasguños del amor en la adolescencia, ya ve que crueles son las mujeres, entonces con esos rasguños en el corazón, con las gotitas de sangre uno va escribiendo los primeros versos. Siendo yo siempre un poeta maltratado por las musas he tenido herramientas para escribir, gracias a eso mi poesía ha sido fecunda.
Comienzo entonces a mis 16-17 años, escribo sin tener conciencia de que me iba a convertir en un escritor, ni que era poeta, simplemente lo hice porque necesitaba plasmar las emociones que me mecían a sus remolinos, trataba de explicarme y de detener ese vértigo fijando algunas palabras que después creí que eran versos. Ya teniendo más conciencia de que estaba escribiendo fui afinando mi oficio.
¿Usted es un prestigioso psiquiatra, alguna vez estudió literatura?
No, soy médico, pero siempre he sido un gran lector, un lector voraz, la lectura te arma, el que quiera ser escritor tiene que leer, al igual que un hombre desea correr un maratón, tiene que entrenar sin fatiga, para ser escritor se tiene que leer, el entrenamiento es la lectura y el constante escribir, pero sobre todo vivir, no hay que dejar de lado la vida, toda escritura tiene algo de autobiográfico, cuando la autobiografía es traumática porque la vida ha sido generosa contigo, en darte golpes, esos golpes, si los escribes, te sirven de catarsis y ya fuera de ti, dentro de una página le sirven a alguien más, por eso es mágico el encuentro que se da ya en una página entre el lector y el escritor.
¿Cuando comienza como escritor ya en forma?
Fui un escritor tardío, la convicción y la responsabilidad de llamarme escritor fue tardía, porque tenía otras ocupaciones, la escuela de medicina requería toda mi atención, era demasiado lo que tenía que estudiar, no podía distraerme de eso; finalmente cuando me tomo un respiro, mando algunos poemas a uno de los principales diarios de México y la maravillosa sorpresa me llega el domingo, cuando en el suplemento dominical que más admiraba despliega en primera plana uno de mis poemas, hermosa sensación, entonces dije “de aquí soy”.
A partir de ahí, escribí poesía y después mi primera novela vio la luz. en un esfuerzo tremendo, 8 horas escribiendo
¿Doctor, alguien que lo haya influenciado, un familiar?
No en la familia pues después me entero que mi abuelo Espinoza era medio periodista, y que la tía escribía sus prosas de amor, yo lo veía como algo raro, que jocoso eso de que se escribiera poesía, y termine haciéndolo ¿no?
Fundamentalmente hay cosas importantes para que uno se defina como escritor, en mi caso me vi influenciado tremendamente por el maestro Carlos Montemayor, fue mi maestro particularmente hablando de literatura, él fue una figura muy benéfica para mí, yo nunca he estado en talleres, mi escuela, insisto, han sido los libros; poca gente en Chihuahua, en México ha leído lo que yo, sobre todo en poesía.
¿Cómo se escribe un libro, cómo ensayo, poesía, novela?
Es muy complicado leer poesía y escribir poesía es aún más, se requiere de una sensibilidad, sin embargo, la poesía se requiere de entrenamiento de una sensibilidad.
Yo no elegí ser escritor, ni los temas de los que escribo, soy un instrumento del arte, yo no elijo mis temas, los temas me elijen, un ejemplo claro es “Infierno Grande” mi primera novela, me encuentro estudiando psiquiatría en la década de los 80, me doy cuenta en 1983 de que recogen a los locos y los tiran en un homicidio colectivo en el desierto de Alcalá, eso realmente me cimbra, me cuestiono cómo es posible que existan mentes tan siniestras que pueden hacer eso, y yo sensible estudiante de psiquiatría, escribo la novela, una novela de denuncia.
Esa fue mi primera novela, nunca me creí capaz pero lo hice con un impulso muy vigoroso, a partir de ahí ya todo me parece posible, mis novelas son fuertes, en términos de denuncia, de crítica, me considero periodista desde hace mucho tiempo y mis escritos son reflejo de mi pensar, de mi actuar como denunciante. Cumplo así mi labor como escritor, un escritor no es solo un artista, es un intelectual y tenemos deberes ante eso, yo tengo una posición crítica ante el papel de los poderes, cualquiera que este sea y en eso he cumplido con mi responsabilidad.
¿Cómo es ser escritor en el siglo XXI, después de ser escritor en el siglo XX?
La tecnología prospera demasiado en el siglo XXI, modifica de manera radical el oficio de la literatura, estoy hablando de que ya nadie lee periódicos, ya todo mundo está inmerso en el internet y las redes sociales, el libro si bien no va a desaparecer, ha ido mermando sus ventas, su difusión, eso también ha desalentado la creación artística literaria. Yo no soy de las personas que se pregunta cómo llegar a más lectores, como vender más.
¿Cómo es ser escritor en Chihuahua?
Un escritor en Chihuahua debe saber que vive en tierras bárbaras y en tierras bárbaras es muy difícil obtener la sobrevivencia por medio de los productos que crea. Estamos frente a gobiernos que tienen una merma importante en su capacidad intelectual, educativa y cultural, entre más bajo sea el nivel, como estamos viviendo ahora con Duarte, las autoridades consideran que artistas son aquellos que cantan en palenques y que salen en televisión, es tremenda la realidad, de manera que aquellos que sueñen con fama y reconocimiento como escritores sueñan con nada,
un escritor debe ser escritor porque no tiene otra forma de ser, porque es su esencia, lo es porque tiene su pasión desbordada, esta es una carrera de resistencia, la literatura es una forma de vida.
No espero nada aquí de Chihuahua, soy el escritor más fecundo y el más trascendente digamos, aun así no recibo apoyo, tengo a las instituciones en contra, pero eso lo obtengo porque soy un hombre crítico, soy un hombre que continuamente deplora el tipo de gobierno que tenemos, un gobierno que no hace nada por los feminicidios, un gobierno que apesta por los monumentos más horribles de todo México, qué puedes esperar ahí, qué puede esperar un poeta como yo, no obstante soy feliz, edifico cosas, soy muy feliz.
¿Cómo es tu relación con los demás escritores, con los de tu generación?
Mi relación con los escritores es buena, de hecho está por concretarse un libro donde celebro la existencia de mis 30 libros, un libro donde se plasman consideraciones de otros escritores, me llevo bien con los de mi generación, sobre todo.
Cuéntanos de tu nueva faceta, Alfredo el pintor:
Me calmo un poco en la literatura, no estoy ansioso escribiendo nada, simplemente estoy puliendo el instrumento que soy y espero a que llegué la poesía, que es mujer, y por lo tanto es caprichosa y evasiva, yo simplemente abro mi corazón esperando que llegue a mí, y si llega a las tres de la mañana bien y si no, no. Como antes, escribía novela porque aún no llegaba, lo único que tienes que hacer es estar preparado, con las herramientas léxicas con las que la poesía necesita fluir.
En la cuestión de la pintura, yo entendí desde joven que el arte no es el vehículo de la trascendencia sino el instrumento para ser feliz, los cuadros que pinte se pueden vender, pueden llegar lejos o no, sin embargo eso no me interesa, soy feliz pintando, escribiendo, de eso se trata todo, yo hablo con mis cuadros.
Si algo tuvieras que decir:
Hagas lo que hagas hazlo con felicidad, yo alguna vez estuve con un cuadro terrible de influenza, estaba sin fuerzas, pude morir, no sabía cómo salir de esa enfermedad, aprendí entonces que la vida ciertamente se puede ir en cualquier momento, entonces se trata de hacer lo que te hace feliz o de hacer lo que hagas pero con felicidad, yo soy feliz escribiendo, haciendo arte y haciendo el amor con mi mujer, cada quien que elija lo que le haga feliz.