De cuerdas y más, entrevista a Ismael Estevane

ISMAEL_ESTEVANe3
Violinista, Ismael Estevane


¿Cómo es Ismael, el músico?

Cuando soy músico soy obsesivo, porque es mi vida, así­ de simple, la música es mi vida y el violí­n es el instrumento, claro que cada músico como cada persona es muy singular, y los músicos ciertamente estamos un poco locos.

¿Cómo inicia tu amor por el violí­n?

Desde pequeño, mi mamá me cuenta que desde que era niño yo le pedí­a un violí­n, ella no sabí­a por qué, de hecho mi bisabuelo, me llamo igual que él, era violinista pero yo no me enteré hasta mucho después, y pues mi madre más tarde me comenzó a llevar a conciertos de la filarmónica, de la sinfónica y terminó llevándome cuando tení­a los 12 años al Centro de Estudios Musicales, y comencé con la Maestra Melodí­a Gaytán.

Anteriormente mi mamá me habí­a mostrado todos los instrumentos, piano, otros más, sin embargo mi predilección siempre fue el violí­n, recuerdo que era mi hermana quien me llevaba a las clases y cuando menos lo pensamos también mi hermana se habí­a inscrito en las clases, pero ella iba por el violonchelo, mi hermana ahorita es chelista, así­ como mi cuñado es compositor y director de orquesta.

La música nos envolvió a ambos, de hecho en mi amor por la música recuerdo claramente que yo no podí­a concentrarme bien en la escuela hasta que comencé las clases de violí­n, en el CEM duré 5 años y después me integre al Conservatorio de Chihuahua en el que estuve aproximadamente durante un año con el Maestro Rafael Vardanyan.

¿Cuándo decides tomar la música como profesión?

Fue en el último año de preparatoria, cuando entendí­ que era la música, ser violinista serí­a mi carrera, de hecho antes yo aseguraba que iba a estudiar arquitectura. Fue precisamente en esas fechas que lanzaron una convocatoria  para ser parte de la Filarmónica, y la sorpresa fue que resulté el único seleccionado en violí­n y todaví­a no tení­a ni 18 años, eso me pintó otro panorama, el darme cuenta de lo que habí­a logrado aún sin haber estudiado una carrera como violinista y ya formar parte de un proyecto tan importante, fue interesante el descubrir de lo que era capaz.

¿Cuál es el siguiente paso que diste en tu carrera?

Mi participación en la orquesta duró un año, mientras tanto fui tomando los contactos de violinistas que vení­an y tomaba clases con ellos, y todos ellos me recomendaron a la Maestra rusa, Gellya Dubrova, una excelente maestra, sino es que la mejor.

Todo sucedió cuando a través de internet me di cuenta de que se llevarí­an a cabo audiciones para estudiar bajo la tutela de la profesora, en el Conservatorio de las Rosas,  yo me apresuré y le llamé para concertar la cita, compré mi boleto y viajé hasta Morelia. Es difí­cil ingresar ahí­ y lo logré, fue en el 2007.

¿Qué significó el poder estudiar fuera del estado, en una de las instituciones de mayor renombre?

Michoacán, es cuna de arte y cultura, poder ingresar al Conservatorio de las Rosas me exigió mucha disciplina,  pero no podrí­a haber elegido algo mejor, en cada clase con mi maestra aprendo algo nuevo, todaví­a me falta mucho pero ya tengo grandes experiencias.

Tuve que trabajar muchí­simo en  las cosas más elementales para cimentar todos los aspectos técnicos del instrumentista, debes estudiar muchí­simas horas, el violí­n te da mucho pero te exige muchí­simo, tienes que tener una sensibilidad espectacular, sino la tienes debes desarrollarla.

¿Cuál es tu siguiente meta?

Mi titulación es mi plan a futuro cercano, y después más estudios, ya estuve en los mejores recintos de la república, algo que me llena de orgullo, también pisé tierras extranjeras, pero el camino sigue y los retos por igual.

Mi mensaje para los que sueñan con ser músicos, pintores, escultores, lo que sea, deben luchar por ello, deben apasionarse de su arte, no importa si no tienen apoyo, toquen puertas, sean insistentes y disciplinados.

 

 


Related posts