Érase una vez…

Según datos recientes del instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) así como un estudio lanzado por la empresa japonesa Kumon, en México, el 60% de la población infantil tiene graves deficiencias de lectura, especialmente alumnos de nivel primaria. Después del rezago educativo que dejo la pandemia por COVID-19, estos problemas aumentaron, al grado de que la mitad de la población infantil presenta deficiencias, sobre todo en la lectura.

Tiempo antes de que la pandemia llegara a nuestro país, esta situación ya se presentaba en muchos estudiantes, sobre todo en zonas marginadas o rurales, donde la educación tiene difícil acceso, sin embargo, de una u otra forma se le fomentaba para que practicara, pero pocos lo hacían o le daban continuidad para su mejora.

En este artículo conoceremos el objetivo y propósito de Érase Una Vez…, nombrada así porque generalmente las lecturas para pequeños comienzan con esa frase y ellos poco a poco desarrollan historias que hacen volar su imaginación y llevan su mente a soñar en grande, en las niñas, niños, y jóvenes. Estas palabras tienen mucho significado, su mente no tiene límites y cada sueño que tienen pueden hacerlo realidad y que mejor que fomentando dicha actividad, que además de ser un ejercicio mental hará que su léxico se vuelva más amplio, sean grandes conocedores y sus aprendizajes sean constantes pudiendo mejorar sus habilidades lectoras.

Siendo importante hacer ver a nuestras niñas, niños, y jóvenes que el aprender a leer y entender lo que hemos leído nos permita abrir un mundo de oportunidades en la vida real, que dicha actividad no es una obligación, pero es muy significativo tomar un libro obteniendo el placer de leerlo.

Tomando en cuenta que es algo de lo cual enriquecerá la forma que fomentemos la lectura, ya que desde los cinco años nuestro cerebro está facultado para desarrollar la parte lectora, desde aprender a leer y comprender y expresar lo que hemos visto, obviamente cada pequeño tiene gustos totalmente diferentes es por ellos que debemos evaluar las preferencias en el tipo de textos para crearles una fascinación en esta actividad requiriendo el apoyo de las familias.

Con todo esto podemos llegar a la conclusión de que el fomento a la lectura desde casa no tiene comparación, predicar con el ejemplo para que nuestros pequeños sepan y conozcan lo que realmente sepan y conozcan lo que realmente les deje algo y de las mejores inversiones que aremos en ellos.

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