ENRIQUETA BASILIO: LA LUZ OLÍMPICA QUE ENCENDIÓ UN LEGADO DE IGUALDAD

En los anales del deporte olímpico, ciertos momentos trascienden las victorias y derrotas, adentrándose en el tejido mismo de la historia. Si bien, uno de estos hechos imperecederos tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de México 68, cuando una joven velocista mexicana llamada Enriqueta Basilio se convirtió en la primera mujer en encender el pebetero olímpico, irradiando un resplandor que aún perdura en la memoria colectiva de la sociedad.

El 12 de octubre de 1968, bajo el escrutinio del Estadio Olímpico Universitario de la UNAM, Enriqueta Basilio escribió su nombre en letras de fuego en la crónica del olimpismo. Su gesta no solo marcó un hito deportivo, sino que también resonó como un símbolo de solidaridad y lucha por la igualdad de género en un momento crucial para los derechos de la mujer en el mundo occidental.

Originaria de Mexicali, Baja California, Basilio forjó su camino en el deporte desde una edad temprana, destacando como campeona en los 80 metros con vallas. Sin embargo, su destino se entrelazó con la historia cuando recibió el encargo de encender la antorcha en las Olimpiadas de su país natal. Un honor que llevó consigo no solo el peso de la tradición olímpica, sino también el de una era marcada por movimientos sociales que clamaban por la igualdad de derechos.

De tal forma que, el camino hacia la gloria olímpica no estuvo exento de obstáculos para Basilio, ya que, la antorcha que debía portar estaba diseñada para hombres, lo que la convirtió en un desafío físico y mental, sin embargo, su determinación y espíritu indomable la llevaron a superar cada adversidad, hasta que finalmente, con su mano enrojecida por el fuego, encendió la llama que iluminaría los corazones de las mujeres de todo el mundo.

Por otro lado, su legado trasciende más allá de ese momento culminante, estando en medio de un clima político tenso, marcado por el movimiento estudiantil del 68, Basilio y sus compañeros atletas decidieron hacer historia en el escenario olímpico, desafiando las adversidades y poniendo en alto el nombre de México.

Aunque su carrera deportiva posterior no alcanzó las alturas de sus hazañas olímpicas, Enriqueta Basilio dejó una huella imborrable en el deporte mexicano y en la lucha por la igualdad de género. Su breve incursión en la política y su posterior reconocimiento internacional, como el nombramiento de un asteroide en su honor, atestiguan la trascendencia de su legado más allá de las pistas de atletismo.

Hoy, mientras recordamos la llama que encendió hace más de medio siglo, la historia de Enriqueta Basilio nos recuerda que el deporte es mucho más que competencia y medallas. Se trata de un campo de batalla donde se libran luchas por la igualdad, la justicia y la solidaridad, siendo en ese campo, donde Basilio brilló como una antorcha de esperanza, iluminando el camino para las generaciones venideras.

Su legado perdura en cada mujer que desafía los límites impuestos por la sociedad, en cada atleta que lucha por la igualdad de oportunidades y en cada corazón que arde con el fuego del cambio. Finalmente, Enriqueta Basilio no solo encendió una llama olímpica, sino que, encendió la chispa de una revolución que aún hoy sigue ardiendo en los corazones de quienes sueñan con un mundo más justo y equitativo.

Enriqueta BasilioImagen tomada de la Revista digital Fundación UNAM
Enriqueta Basilio Imagen tomada de la revista digital Fundación UNAM

“No solo prendí el fuego olímpico, encendí el corazón de las mujeres. Me tocó ese privilegió, como mujer, como representante de la mujer mexicana, como la mujer del mundo”, aseguró Queta Basilio para una entrevista con la UNAM.

Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña

 “Mis padres estaban en la entrada, mi mamá muy nerviosa, yo creo que no me vio porque estaba rezando el rosario, mi hermana tomando fotos. Fue extraordinario, pero no alcanzaba a comprender qué es lo que estaba haciendo yo ahí. Después, te vas dando cuenta, cuando viajas por el mundo y te reconoce alguien, es maravilloso”, relató Basilio en la entrevista con la UNAM.

Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña

“Llegué arriba, encendí y la tiré. Estaba ardiendo, mi mano quedó roja”, recordó en una entrevista otorgada a la Gaceta UNAM, en la que también narró que, finalmente, se creó una antorcha más pequeña y con menos peso, para que ella pudiera cargarla.

Enriqueta Basilio Fototeca, Hemeroteca Y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña

 “Fui parte de esos jóvenes que protestaban, pero tenía esa oportunidad de representar a México como deportista”, comentó en la ya mencionada entrevista con la Gaceta UNAM.

Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña
Enriqueta Basilio, Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vázquez Raña

“Lo hice por la justicia, por la equidad, la solidaridad, la igualdad. No debíamos permitir que nos siguieran rezagando así en el deporte. Estaba muy nerviosa, me tocó un privilegio representar a la mujer mexicana y la mujer del mundo”, recordó en su conversación con la publicación universitaria.

Enriqueta Basilio Imagen tomada de la revista digital Fundación UNAM
Enriqueta Basilio, Imagen tomada de la revista digital Fundación UNAM

 

Bibliografía:

  • Deportes UNAM. Rostros de la UNAM. Revista digital Fundación UNAM. 17 de octubre del 2018.
  • Eligio, Belén. El Sol de México. Gossip. CDMX. 11 de septiembre del 2023.

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