Las calaveritas son composiciones en verso tradicionales mexicanas y se escriben cuando se acerca el del Día de Muertos. Antiguamente conocidos como panteones, estos versos nacieron en el siglo XIX. Las primeras calaveras fueron publicadas en 1879, en el periódico El Socialista, de Guadalajara.
Un ejemplo de una calverita, escrita por José Guadalupe Posada:
Quien quiera gozar de veras
y divertirse un ratón,
venga con las calaveras
a gozar en el panteón.
Literatos distinguidos
en la hediondez encontré
en gusanos confundidos,
sin ellos saber porqué.
Y en gran tropel apiñados
Los vendedores corrían
contentos y entusiasmados
por el negocio que hacían.
Cereros de sacristía
que roban la cera al rato,
que con mucha sangre fría
se echan el sufragio al plato.
Por lo general para escribir una calaverita se plantean situaciones imaginarias con un toque humorístico donde un personaje se encuentra con la muerte y esta se lo lleva al otro mundo. Casi siempre una calaverita tiene cuatro estrofas de cuatro versos, llamadas cuartetos y cada uno de estos versos mide ocho sílabas porque es la métrica usada en la poesía popular. Otra característica importante es que debe rimar para que sea más entretenida al leerla o recitarla y para darle un efecto cómico se pueden utilizar ironías y evitar un lenguaje formal.
Ahora que lo sabes ¡Dedícale una calaverita a tu persona favorita!