Cruz de clavos

A raíz de los feminicidios que se suceden en Chihuahua desde la década de los 90’s, en el año 2000 se erigió una cruz de clavos, la cual en su momento fue destruida por el Gobierno del Estado. En su lugar, se erigió una nueva cruz, que es la que conocemos actualmente, con el fin de recordar a todas las víctimas de feminicidio que se han dado en el estado de Chihuahua.

Es una cruz que reza “Ni una más”. Está montada en una estructura de madera a la cual se le colocaron clavos de apróximadamente 20 cm de largo que se utilizan para los rieles del ferrocarril, en los que se pueden apreciar los nombres y algunas pertenencias de las mujeres asesinadas.

En noviembre del año 2000 se coloca la primera cruz, en aquel entonces, el Grupo 8 de marzo y el activista Jaime García Chávez advirtieron que si se retiraba, iban a poner una del doble del tamaño. En marzo del 2001, el gobierno ordenó quemarla, luego fue robada y posteriormente, ese mismo año se colocó la cruz actual del doble del tamaño, así como la cruz del Puente Internacional de ciudad Juárez.

Dicho lugar se ha vuelto emblemático debido a que cada 8 de marzo grupos de defensa colocan arreglos florales para conmemorar a todas aquellas mujeres que han sido asesinadas. Ha permanecido durante 18 años en la Plaza Hidalgo de la ciudad de Chihuahua y hasta la fecha la preservan como monumento. Además figura como el primer memorial en toda la república con motivo de estos crímenes.

En un inicio fue llamada “La cruz de los 260 clavos” dado el número de feminicidios en aquel entonces. Ha sido también aprovechado para colocar otros monumentos en honor a hechos violentos que se han registrado en la entidad, como la masacre de Creel, ocurrida el 16 de agosto del 2008, en donde 16 personas perdieron la vida. De igual modo se colocó una cruz en honor a todos los abogados que han sido asesinados y a los defensores de los Derechos Humanos.

Se colocó también una cruz en honor a Marisela Escobedo y a Miroslava Breach, ambas asesinadas, aunque en diferentes circunstancias, pero pesar de la libertad por luchar. Fue propuesta por el grupo feminista 8 de marzo, con diseño de Jaime García Chávez y realizada por trabajadores de Aceros de Chihuahua.

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