Filósofo griego, uno de los más importantes de Grecia y de toda la historia de la filosofía universal, nació en Atenas (472 a. C -399 a. C).
Sócrates se ocupa de buscar la verdad del conocimiento en el mismo ser humano, mientras que los presocráticos buscaron la verdad del origen de todas las cosas, observando todo lo que había fuera del ser humano como lo es la naturaleza.
Sócrates fue maestro de Platón, no hay textos propios de Sócrates, la mayoría de la información que tenemos de Sócrates es a través de Platón, Sócrates era hijo de un padre escultor y de una madre partera. Se casó con una mujer llamada Jantipa y tuvo tres hijos, con ella llamados: Lamprocles, Sofronisco y Menexeno. Su esposa era una mujer de muy mal carácter, siempre se enojaba con Sócrates y le reprochaba de todo, se dice que Sócrates era mucho más grande que ella, que le llevaba aproximadamente 40 años.
Se cuenta que hubo una ocasión en que su esposa lo insultó y que le arrojó una palangana con agua en la cabeza, y quedó empapado, Sócrates ya estaba acostumbrado con este tipo de conductas de su esposa, Sócrates les dijo a sus amigos que presenciaron la escena: “Es natural que tras los truenos venga la lluvia” (Sócrates). Ocupó una frase metafórica, tal vez representando a los truenos con el enojo de su esposa, y el hecho de que lo mojo con la palangana representando a la lluvia. Y de manera directa es una frase con mucha lógica porque la mayoría de las veces que truena es porque viene la lluvia o al mismo tiempo que truena, llueve, bueno, que en ocasiones puede presentarse tormentas y no llover, pero es más inusual.
También es una frase que me recuerda a un dicho muy usado actualmente, que dice “después de la tormenta llega la calma” que se usa cuando estamos pasando por momentos difíciles, pero que, con el hecho de decir que viene la calma, es que esos momentos difíciles terminarán y llegará la calma en nuestra vida. Las dos frases son muy parecidas, tal vez relacionándolo con esta última frase, los truenos son los momentos difíciles que pasa Sócrates con el carácter de su esposa y la lluvia significaba calma o algo positivo para Sócrates, en aquel tiempo.
Sócrates buscaba el conocimiento verdadero a través de una serie de preguntas sobre la virtud, la belleza, el bien y el mal. Habitaba en él una divinidad interna llamada “Daimon” que lo persuadía para tomar decisiones, el “Daimon” era una voz interior, una divinidad que lo asesoraba en todas las decisiones que tomaba a través de sus meditaciones.
A Sócrates le interesaba persuadir tanto a Jóvenes como a viejos con diferentes temas basados siempre en el bien y el mal, y enseñándoles a concientizarse sobre temas morales.
Por ejemplo, decía que “debemos de cuidar menos nuestro cuerpo y nuestras riquezas y, por el contrario, debemos de cuidar más nuestra alma” (Sócrates). En la actualidad nos seguimos preocupando por nuestro cuerpo, y está bien cuando es por nuestra salud y para sentirnos mejor emocionalmente, pero no, cuando es de manera obsesiva en donde nos podemos hacer daño a nosotros mismos. También nos preocupamos mucho por el dinero y este hecho hace que el hombre cometa muchos errores que terminan en delitos. Nos damos cuenta de que tiene razón Sócrates porque no nos preocupamos en cuidar nuestro interior o nuestra alma, como dice él: siendo mejores personas, mejorando nuestras acciones con los demás, cambiando nuestros pensamientos de manera positiva y siempre actuando conforme a la templanza, la verdad, la moral y la justicia.
En otra frase de Sócrates decía “la justicia no proviene de la riqueza, sino que la justicia es la que hace que la riqueza o cualquier otra cosa, tanto en lo privado como en lo público, se convierta en algo bueno para los seres humanos” (Sócrates). Él enseñaba a los hombres que siempre deben de ser justos, decía que si somos justos, la riqueza vendrá a nosotros, y que a través de la justicia nos convertimos en hombres buenos. Porque la justicia no nace de la riqueza, más bien es al revés la riqueza se da por medio de la justicia. Considero que la riqueza a la que se refiere Sócrates es la riqueza del alma o a la riqueza interior, porque para él, si somos bondadosos y nos conducimos siempre por el bien y la verdad, entonces tenemos riqueza emocional, como puede ser la felicidad y la paz interior.
Sócrates también nos dejó una frase célebre que decía “Yo solo sé que no sé nada” (Sócrates), que significa que siempre hay algo nuevo que aprender, ya que es tan inmenso el conocimiento que nos falta mucho por saber, y que, por lo tanto, lo que sabemos se convierte simbólicamente en nada, en comparación con lo que nos falta conocer.
Esta frase surgió porque el oráculo de Delfos dijo que no había nadie más sabio que Sócrates. Y él mismo reconoció que no sabía nada. El oráculo de Delfos Griego era un recinto sagrado consagrado por el Dios Apolo y fue uno de los principales oráculos de la Antigua Grecia. A través del oráculo se hacían consultas a los Dioses sobre preguntas concernientes al futuro y ahí mismo recibían las respuestas y estás respuestas debían de saberse interpretar.
Método Socrático la Mayéutica
La palabra mayéutica viene del griego de la palabra “Maieutikós” que significa parto.
En griego también quiere decir obstetricia, que es la ciencia que se encarga del parto, y uno se preguntaría que tiene en común la palabra parto son Sócrates, pero tiene mucho en común con Sócrates, porque, así como en los partos, la partera ayuda a que nazcan los bebés, Sócrates ayudaba a que los hombres nazcan al conocimiento verdadero.
Sócrates no daba su opinión directamente, sino que hacía preguntas y preguntas hasta que la otra persona se daba cuenta de su propia ignorancia y así lograba que los demás llegaran aclarar o determinar sus propias conclusiones. Solía buscar hombres que se nombraban sabios para interrogarlos, como los políticos, los poetas o los artesanos, para hacerles preguntas y demostrarles que realmente no sabían nada.
Siempre quería que los hombres fueran mejores, enseñando el valor y la templanza: el valor, para que el individuo tenga dominio y control de sus actos, logrando tener un equilibrio, y la templanza, para que el individuo sepa mantener la calma en situaciones difíciles y sepa disfrutar de manera moderada de los placeres de la vida sin caer en excesos.
Por medio de las preguntas, Sócrates también enseñaba principios morales. Se dice que Sócrates ayudaba a los demás mostrando su ignorancia para que los otros tratarán de ser mejores y sacarán sus virtudes en busca del conocimiento, ya que ni el más sabio lo sabe todo.
Para Sócrates, si una persona sabe actuar de forma correcta, no lo haría de la manera incorrecta, porque ya sabe diferenciar entre lo bueno y lo malo, puesto que, si siempre se dirige de la manera correcta, siempre lo hará. Pero también están los intereses del hombre, los cuales pueden cambiar la forma de actuar aún sabiendo cuál es lo correcto.
Sócrates reconoce a los que obran mal con intención sabiendo que es malo, pero aun así los defiende diciendo que no saben lo que es malo. Es malo tener un comportamiento vicioso porque sus consecuencias son perjudiciales y pueden poner en mal estado nuestra alma y nuestro cuerpo. Por lo tanto, aquellos que actúan mal lo hacen por ignorancia y no por maldad. El ser humano es bueno por naturaleza, solo que actúa con maldad porque desconoce la verdad.
Ya que, si estamos enfermos o tenemos vicios en nuestra alma, estamos enfermos moralmente, y si estamos enfermos de nuestro cuerpo, al igual estamos enfermos, pero físicamente, por lo cual Sócrates termina diciendo que los vicios son perjudiciales y las virtudes son beneficiosas.
Muerte de Sócrates
Hay un diálogo escrito por Platón llamado Apología de Sócrates que menciona el proceso de Sócrates en el que fue acusado injustamente y cómo fue que él se defendió con sus propios argumentos en los cuales no utilizó palabras rebuscadas, ni hermosos discursos para lograr convencerlos de que lo absolvieran, siempre actuó defendiendo ante todo la verdad y la justicia.
Sócrates fue declarado culpable y aseguró que no tenía miedo a la muerte, que, de hecho, prefería morir, que vivir sin poder hacer aquello, por lo que los Dioses lo habían puesto ahí, para él la muerte era solamente la separación del cuerpo con el alma, y esto es un bien para el alma porque el cuerpo nos induce a cometer errores.
Sus acusaciones fueron por: Corromper a la juventud, no creer en los Dioses de la polis (comunidad política de la antigua Grecia), y creer en Dioses nuevos, ante lo cual él se defendió ante el jurado, pero aun así fue sentenciado a muerte a sus 70 años.
Bibliografía
Rowe, Christopher. Introducción a la ética griega. México: Fondo de Cultura Económica, 1976. Digital.