La Historia marca que el 9 de marzo de 1916 Francisco Villa dirigió el único ataque a los Estados Unidos que algún grupo latinoamericano haya realizado jamás, esto al haber incursionado en Columbus, Nuevo México. Desde entonces, los historiadores han estado discutiendo por qué Villa decidió ejecutar esta declaración de guerra, y más aún, por qué eligió como objetivo este poblado tan escaso en riquezas. Las razones son múltiples, pero pueden resumirse, en una palabra: venganza, y sobre por qué Columbus, es posible que no haya sido el propio Centauro del Norte quien planeara el mencionado ataque, sino uno de sus subalternos, el claroscuro Candelario Cervantes.
Se trata de un personaje poco conocido fuera de Namiquipa, pero de trascendencia fundamental en el ataque a Columbus y durante la Expedición Punitiva. Candelario fue uno de los Dorados, y luchó a su lado desde el primer día de la Revolución, hasta que las balas estadounidenses le arrebataron la vida. Su fidelidad al Centauro fue tal que se permaneció con Villa aun después de la derrota definitiva de la División del Norte y la disolución del ejército revolucionario en esta ciudad. Tras lo que planeó el famoso ataque, siendo parte de la escolta personal de Villa, Cervantes tuvo la oportunidad de influir en las decisiones del legendario General. Según el cronista Alberto Calzadíaz Barrera, Cervantes ya conocía bien el pueblo, además de que tenía razones para creer que en el banco de dicho poblado había una fuerte cantidad de dinero, la cual Candelario buscaba que se apropiasen ¡como si de una película de vaqueros se tratase!
Desde luego, Villa sí que buscaba atacar a los Estados Unidos, pero la decisión de que fuera Columbus la tomó Candelario Cervantes, al menos esto muestran diversas fuentes históricas, tanto orales por parte de los descendientes de Candelario, como notas periodísticas de la época, inclusive reportes militares y telegramas del Ejército estadounidense. Según historiadores como Rubén Osorio y Friedrich Katz, Villa había puesto a Cervantes a cargo de reclutar a los hombres, y cuando Villa buscó echarse para atrás, Cervantes lo convenció de seguir adelante, llevando a cabo un fracaso militar, que se convirtió en una legendaria hazaña.