La Carrera Espacial

Cuando pensamos en la Carrera Espacial, la cual tuvo lugar en el contexto de la Guerra Fría, solemos pensar en el alunizaje de 1969, cuando Neil Armstrong, al ser el primer ser humano en pisar la luna, pronunció las míticas palabras de: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad,” aunque en un mundo tan dividido por cuestiones ideológicas, repartido de una forma bipolar entre un bloque socialista y uno capitalista, fue más bien un triunfo para los Estados Unidos, pero, aunque en ocasiones solemos escuchar expresiones como “el socialismo no funciona,” o la simple idea de que la ciencia y la tecnología solo pueden florecer bajo un sistema socioeconómico de libre mercado, la Unión Soviética, primera nación en el mundo en implantar un sistema político socialista, tuvo varias victorias en la carrera espacial antes de que Estados Unidos se apuntara ese triunfo.

Más extraño aún es que, pese a uno de los puntos que más se le ha criticado a la Revolución Rusa en retrospectiva, es que se haya implementado (o intentado implementar según algunas personas) el marxismo en una sociedad que se consideraba sumamente “atrasada,” es decir, que a principios del siglo XX seguía siendo una sociedad casi completamente agrícola, encontrándose en una posición similar a la de Francia antes de su propia Revolución y, en mi opinión, en un estado menos modernizado e industrializado que el de México, donde el gobierno de Porfirio Díaz había realizado un gran trabajo llevando el capitalismo de la Europa Occidental y de los Estados Unidos al suelo mexicano, claramente una de las razones por las que ahí inició, de hecho, una Revolución del tipo social incluso antes que en Rusia. Aunque muchos celebran, también, que el socialismo haya llevado a Rusia de ser una de las naciones más “atrasadas” de Europa, a lo que es hoy, aunque se debate si Rusia se pueda considerar actualmente como una nación de primer mundo.

Pero sorprende aún más conocer que el proyecto espacial ruso, no comenzó con la Unión Soviética, al menos no teóricamente, sino en la misma Rusia zarista que Vladimir Lenin derrocó al mando de los bolcheviques. El primer científico que trabajó en este tipo de investigación en el país más grande del mundo, señala Asif A. Siddiqi, fue escrito por un académico autodidacta sordo de nombre Konstantin Eduardovich Tsiolkovskiy, cuyo trabajo más importante se tituló: “Exploration of the Universe with Rocket-Propelled Vehicles,” publicado en 1903 en San Petersburgo. De entre sus hallazgos dilucidó que los seres humanos podíamos viajar al espacio exterior con cohetes propulsados por un líquido, además de que estos podían llevar cargamentos de cualquier tamaño siempre y cuando se mantuvieran en balance con el tamaño del cohete, por tanto, a esta relación se le conoce como la Ecuación de Tsiolkovskiy.

Es bien sabido que, durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania era la primera potencia militar a nivel global, pero tras la decisión de Hitler de invadir a la Unión Soviética llegó la debacle para el bando fascista de la más grande conflagración de la Historia (tanto es así que los rusos la llaman “la Gran Guerra Patriótica”) aunque los Estados Unidos, principalmente a través de Hollywood, han buscado mostrarse a ellos mismos como los salvadores de la humanidad del nacionalsocialismo (nazismo) fueron los soviéticos quienes repelieron a los alemanes de su territorio y terminaron por ocupar Berlín, plantando la bandera de la Unión Soviética en el Reichstag alemán, probablemente la más grande victoria del comunismo en la Historia.

No obstante, dado que los Estados Unidos sí tuvieron participación en la guerra, y de hecho entraron el mismo año en que Alemania invadió a la U.R.S.S., tras el propio ataque japonés a Pearl Harbor (que no se puede comparar en absoluto con la Operación Barbarroja sobre la cual Alemania atacó a la Unión Soviética) y cuya principal contribución fue el reconocido Día-D, o el Desembarco en Normandía, Francia, los estadounidenses reclamaron su botín de guerra, al igual que la Unión Soviética, dando así inicio a la Guerra Fría. Lo que en pocas ocasiones se comenta es que los estadounidenses ofrecieron asilo político a centenares de ingenieros nazis, y los acogieron en la NASA, científicos que habían producido los cohetes V-1 y V-2, armas balísticas que eran lo más parecido a un cohete espacial que existía en la época. También hubo nazis refugiados en Argentina, de entre los cuales el más notable, o mejor dicho infame, fue Josef Mengele, pero no hay indicios para creer que los hubiese en la U.R.S.S., seguramente debido al odio que los alemanes despertaron en los rusos.

El día de hoy, y particularmente en México, la vacuna rusa Sputnik V recuerda al éxito soviético al poner el primer satélite espacial en órbita el 4 de octubre de 1957, llamado simplemente Sputnik. Pero la cosa no terminaba ahí, pues el mismo ingeniero encargado de ponerlo en órbita, Sergei Korolev, había creado una nave que podía llevar a un ser vivo al espacio sideral, en dicha nave es donde el primer ser viviente viajó, la famosísima perrita Laika, pero desafortunadamente murió al regresar a la tierra. EUA no se quedó de brazos cruzados, y lanzó en tan solo 4 meses su primer satélite, llamado Explorer I, el cual era inferior al Sputnik. En una publicación del año pasado, hablamos sobre la creación de la NASA, cuya función era la de superar a los soviéticos en la carrera espacial, y que al mismo tiempo servía como una fachada que hiciera parecer que los propósitos de Estados Unidos eran meramente científicos, y no una carrera militar con la U.R.S.S., a pesar de que todos los astronautas involucrados fueron militares, con una sola excepción.

En 1961 llegó el primer hombre al espacio, un hijo de un campesino, lo cual insufló de orgullo y de honor a los soviéticos, desmoralizando increíblemente a los estadounidenses, el nombre del primer astronauta, o cosmonauta, como le llamaban los soviéticos, fue Yuri Gagarin. Otro orgullo del sovietismo fue la primera mujer en el espacio, Valentina Tereschkova, en 1963, en una nave de la serie Vostock. Fue hasta 1961 que los estadounidenses se coronaron con el triunfo de llevar a los primeros hombres a la luna, pero fue tan solo este último el único éxito espacial que consiguieron frente a los estadounidenses.

Referencias:
La Guerra Fría y la Carrera Espacial. Un Breve Análisis Histórico – Juan Manuel León Millán.
Challenge to Apollo: The Soviet Union and the Space Race, 1945-1974 – Asif A. Siddiqi.

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