La obra conocida comúnmente como “el libro de Baldor” o “El Álgebra de Baldor” es uno de los textos de matemáticas más conocidos en el mundo de habla hispana, puede ser que lo hayas empleado en secundaria o en preparatoria. Debido a la naturaleza un tanto impopular de las matemáticas entre la sociedad en general, particularmente del álgebra, es común que se bromee con que se trata de un “libro de terror.” Esto es, desde luego, solo una anécdota si acaso un tanto curiosa o chistosa, pero cabe resaltar que, para empezar, su autor, Aurelio Baldor, es uno de los matemáticos más importantes de Latinoamérica, y no es quien aparece en la portada.
Para comenzar, Aurelio Baldor no es quien aparece en la portada de su obra, pues como se puede apreciar en la esquina inferior derecha, el hombre árabe del turbante se trata de Al-Juarismi, a quien se le atribuye la invención del Álgebra. Asimismo, cabe resaltar que, pese a las bromas, la simplicidad y elegancia con la que Baldor explica el álgebra es simplemente maravillosa, razón por la cual esta obra lleva nada menos que ¡79 años en el mercado! Y hasta la fecha no hay ninguno que lo supere, al menos no en esta rama de las matemáticas. Quizá la clave de su éxito resida principalmente en la enorme cantidad de ejercicios con los que cuenta (5790 en total), sus comprensibles explicaciones y sencillos ejemplos, así como sus introducciones históricas, pues, aunque estas sean meras semblanzas, Aurelio Baldor fue pionero en anexar la historia de las matemáticas en los libros de texto de esta asignatura, además de que el texto tiene una muy agradable presentación que facilita el trabajo, tal como señala el profesor bajacaliforniano José Alejandro Andalón Estrada, quien difunde sus conocimientos en el canal de youtube llamado “math2me.”
Aurelio Baldor, como prominente intelectual cubano que fue durante el régimen de Fulgencio Batista, vivía cómodamente en su lujosa residencia, había fundado el Colegio Baldor, donde lo más común era que solo la clase alta tuviese acceso a este, y es que, en lo general, la educación en Cuba durante el gobierno proamericano de Batista la educación era básicamente un privilegio. De hecho, no era infrecuente que se engañase a los padres de alguna jovencita con que se le becaría para que estudiase, pero que finalmente fuese esclavizada sexualmente por la clase dominante. Es en este contexto en que estalla la Revolución Cubana con el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio 1953, encabezada por los hermanos Raúl y Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos, y entre los cuales se hallaba el coahuilense de origen hondureño Alfonso Guillén Zelaya. La historia se pone un tanto más nebuloso con respecto a este último, pues hay testimonios de que asistió al Colegio Baldor, al menos por un tiempo, lo cual es de extrañarse, pues Cienfuegos no era ni por asomo de clase alta. El mismo Che Guevara escribiría en su Guerra de Guerrillas, que Fidel Castro diría al respecto de él: “No tenía la cultura de los libros, tenía a inteligencia natural del pueblo.”
No obstante, estas conjeturas, no es difícil encontrarse a quien afirme (las pruebas están al final de este texto) que cuando Raúl y Fidel quisieron ejecutar a Aurelio Baldor por representar los valores opuestos por los que luchaba la Revolución, tras de hecho haberle expropiado sus propiedades, Camilo Cienfuegos los detuvo y le proporcionó un salvoconducto que lo protegiese de los revolucionarios. Por lo que, aparentemente, Baldor pudo vivir más tiempo en La Habana, por supuesto, sin los privilegios que su trabajo como intelectual le habían permitido hasta ese momento, aunque, tras la misteriosa muerte de Camilo Cienfuegos el 28 de octubre de 1959 (mismo año en que triunfó la revolución y tras poco tiempo de haber dado uno de sus más icónicos discursos) Baldor dejó de sentirse seguro, por lo que se trasladó a la Ciudad de México y, posteriormente, a los Estados Unidos de América, donde siguió ejerciendo como matemático. No es muy probable que Cienfuegos haya estudiado en el Colegio Baldor, pero sí que haya defendido su vida, quizá por simple admiración o visión de que un matemático de ese calibre, con ese nivel de enseñanza, sería por demás útil a una Revolución que se proponía a educar al pueblo cubano.
Pocos libros de texto logran permear tan profundamente en la historia, pues estos suelen ser substituidos con el tiempo, las matemáticas gozan del privilegio de, al ser formales, es muchísimo menos frecuente que sean refutadas una vez que son probadas, pero la genialidad de Álgebra de Baldor no solo reside en su rigor matemático, sino en la elegancia que alcanza, pues prominentes representantes de esta disciplina como Leonhard Euler o Karl Friedrich Gauss, estarían de acuerdo en que las matemáticas deben ser primero ciertas, luego bellas, y Baldor consigue esto. Finalmente, y acaso el punto más importante, es la pedagogía que sigue Baldor, pues no es que el libro de Baldor sea difícil de entender, ¡Difícil sería no entenderlo! El entendimiento del álgebra en el continente americano estará siempre en deuda con este autor y este gran clásico.
Y aquí el vídeo de José Andalón Estrada en su canal math2me:
Referencias:
Testimonios del supuesto paso de Cienfuegos por el Colegio Baldor, y de su disposición para protegerlo:
http://revista-ariel.org/index.php?option=com_content&view=article&id=921:el-loco&catid=48:desarrollo-humano&Itemid=82
https://medium.com/…/baldor-el-matem%C3%A1tico-cubano-a…