Joaquin Sabina es un cantautor, pintor y poeta español; Sin duda alguna, un artista en toda la extensión de la palabra.
Su música, que suena como poesía, provoca a los románticos soñar aún estando despiertos. Más de uno se ha identificado con sus letras y más de uno ha tardado en olvidar a esa persona amada, 19 días y 500 noches.
Las mujeres, el amor, la pasión y el desamor; Son temas que resaltan en la discografía del viejo trovador.
Las letras de Joaquin Sabina representan la frase perfecta para dedicar a esa persona que ya no está a nuestro lado. Cada frase contiene una carga de nostalgia y añoranza por el pasado que hará recordar aquellos momentos en los que la vida parecía detenerse para amar más lento. Hoy todo pasa más rápido, pero recordar es volver a vivir, y con estas canciones, siempre recordarás.
Es por ello, que ¨El Humanista¨ ha recopilado las mejores frases de la obra de Sabina.
- Y me envenenan los besos que voy dando; y sin embargo cuando duermo sin ti, contigo sueño. (Sin embargo)
- Dos no es igual que uno más uno; y el lunes, al café del desayuno, vuelve la guerra fría, y al cielo de tu boca el purgatorio, y al dormitorio el pan de cada día. (Sin embargo)
- Las amarguras no son amargas, cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo. (Por el Boulevar de los sueños rotos)
- No dormir era más dulce que soñar, y envejecer con dignidad, una blasfemia. (Leningrado)
- Tú con boina, yo con barba, ¡viva el Che! (Leningrado)
- De tanto ser felices, se me olvidó quererte. (Postdata)
- Cuando me abandonaste bordé un puente de plata. Ni tu eras para tanto, ni yo soy para ti. (Postdata)
- Hubo un error de cálculo, pensé. Nosotros dos. (Postdata)
- Cuando te haya olvidado aun te echaré de menos, y alzaré la penúltima copa a tu salud. (Postdata)
- Ni soy un libro abierto, ni quién tú te imaginas. Lloro con las más cursis películas de amor. (Lo niego todo)
- Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, estas cenizas no juegan con fuego, este ciego no mira para atrás. (Nos sobran los motivos)
- Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, una vez me contó un amigo común que la vio, donde habita el olvido. (Donde habita el olvido)
- Los besos que perdí por no saber decir, ¨te necesito¨. (Donde habita el olvido)
- Puedo ponerme digno y decir, toma mi direccion, cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas. (A la orilla de la chimenea)
- Yo no quiero París con aguacero ni Venecia sin tí. (Contigo)
- Tanto la quería, que tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. (19 días y 500 noches)
- Y tal vez no tengamos más noches así; y tal vez no seas tú, la mujer de mi vida. (Si amanece por fin)
- El agua apaga el fuego, y al ardor los años. Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. (Amor se llama el juego)
- Y cada vez peor, y cada vez más rotos. Y cada vez más tú, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros. (Amor se llama el juego)
- Si se te olvidan las bragas en mis últimos jardines, te regalo una biznaga de jazmines. (Canción de primavera)
- Ayer te quise por amor al arte, hoy por delicadeza. (Por delicadeza)
- Si me quieres querer, quiéreme hoy, porque sabes que estoy desangrándome de ganas. (Por algo será)
- Si quieres olvidarme, olvídame, pero no me des más besos de Judas. (Por algo será)
- No sé por qué razón, dentro de mí estalla una tormenta cuando me cuentan de ti. (Márchate de mi vida)
- Los besos que jamás me diste queman todavía. (Dirección Granada)
- Acuérdate de olvidarte de mi. (Azul)