La pasión por el arte suele ser un vínculo que se arraiga en el corazón desde la más temprana infancia. Para algunos, esa conexión con la creación y la imaginación se manifiesta a través del dibujo, una habilidad que, en palabras del artista, es la semilla que germinó su amor por dar vida a las ideas en el mundo tangible. Sin embargo, fue en la universidad donde esa chispa se transformó en una llama incandescente, donde el conocimiento y la historia del arte despertaron una apreciación más profunda por la labor creativa. Este relato no solo habla de la vocación por el arte, sino también de las dificultades enfrentadas por quienes eligen seguir su pasión en contextos desafiantes.
¿A qué edad descubriste tu pasión por el arte? No sé si llamar pasión a lo que siento por el arte. Desde muy pequeño me gustaba dibujar. No pensaba en el arte concretamente, pero me gustaba poder imaginar algo y poder crearlo en este plano físico, enseñárselo a los adultos y recibir cumplidos. El gusto por la historia del arte y por lo que conlleva crear arte nació en la universidad, allí fue donde me enseñaron el verdadero arte. Me ponían ejemplos extraordinarios, y descubrí un gusto que no había tenido anteriormente. En resumen: el gusto por crear siempre lo he tenido y el gusto por el arte lo desarrollé en la universidad.
¿Por qué decidiste seguir tu pasión a pesar de las adversidades económicas para los artistas en el país? Porque de todos modos, si estudias una ingeniería o alguna otra carrera “prestigiosa”, puede ser difícil conseguir un empleo y decidí mejor disfrutar en este contexto, en esta realidad que nos tocó. Hago lo que me gusta. Si mi destino es batallar, prefiero hacerlo con algo que disfruto.
¿Quiénes consideras que han sido tus mayores influencias? Cuando era niño, las caricaturas, videojuegos, comics. Por ejemplo, los comics me ayudaron a hacer la figura humana más fácilmente. Cada comic es un estudio arduo de anatomía, ya que a los personajes se les ven músculos, huesos definidos como la barbilla. Películas de terror y videojuegos de terror, por la clase de obras que hago. Y en menor medida grandes artistas como Francisco de Goya.
¿Cómo describirías tu estilo? Mi estilo, todos me han dicho que es oscuro. Algunas de las obras que he creado no son con esa intensión, pero todo el mundo me ha dicho que les transmite oscuridad y locura. Realista en cierta medida y algunas veces surrealista. Pero no aplica en todas mis obras, pero en general, a grandes rasgos, sí.
¿Cuál ha sido tu última obra? La última obra que hice es un Robot meditando, ya lo enmarqué. La hice hace algunos días.
¿Qué querías transmitir con esta obra? Últimamente, estoy en una etapa existencial: ¿Cómo un humano puede sobrellevar el trauma de la existencia? Muchos se van por la meditación, que en general es aceptar lo que está pasando, ahorita en la vida, aceptar que estás vivo y dónde estás vivo, tu contexto. Otra cosa importante en el budismo es hacer cosas para bien, ayudar a otros a alcanzar este estado. El hecho de que sea un robot representa para mí la duda: Si un robot es una creación humana, ¿puede hacer cosas que los humanos hacen, como arte, meditar, tener conciencia propia? ¿En dónde están los límites de una forma de vida artificial y natural? ¿Cómo experimentan la vida las diferentes criaturas, animales, insectos, etc.? Me parece algo muy interesante.
¿Cuál es el campo laboral para los artistas plásticos? El campo laboral es muy extenso, pero nada es seguro. Porque no es que estén contratando artistas, no hay un letrero que diga: “Se solicita artista para trabajo de lunes a viernes.” Pero hay muchas cosas en las que se puede aplicar lo artístico, no el arte, tal cual, puesto que no es para todas las áreas, debería, pero eso es otro tema. Ahorita el arte es algo que se deja en segundo plano. El campo laboral para un artista plástico depende ya del artista, de lo que sepa hacer, por ejemplo, no es considerado arte, pero yo ahorita, estoy ayudando en un taller de impresión textil, serigrafía, bordado y cosas por el estilo. Se puede hacer arte con eso, pero el trabajo tal cual no es arte. El artista ya tiene que saber cómo moverse, saber qué quiere aprender, saber cómo guiarse para saber qué es lo que quiere crear. Es difícil entrar en el mundo del arte gracias al elitismo, no aceptan a personas comunes como yo. Aunque mis planes es hacer arte para todos, que sea asequible.
El camino del artista está sembrado de incertidumbres y desafíos. Pero para quienes tienen un anhelo genuino por el arte, la adversidad económica no es una barrera suficiente para detener su búsqueda creativa. El testimonio de este artista no solo refleja su trayectoria personal, sino también ilustra el vasto terreno de oportunidades y desafíos que enfrentan quienes buscan hacer del arte su modo de vida. A pesar de las dificultades, el compromiso con su pasión persiste, guiándolo en un viaje que trasciende las limitaciones y despierta cuestionamientos profundos sobre la esencia misma de la existencia y la creatividad.