Crónica de un asesinato.

Era una mañana soleada cuando recién empieza la primavera, todo parecí­a ir muy bien, se despertó un domingo como a las 11 de la mañana, desayunó un platillo riquí­simo hecho por su mamá, sin saber que podrí­a ser el último, luego se puso a cortarse el pelo e hizo un cambio de peinado que era de notarse a quien lo conocí­a, después entró a la regadera para tomar una ducha, se vistió, agarró camino en camión rumbo a la casa de su tí­a, en la colonia Mermo, después le marcó a un primo-hermano, para que pasaran por él a casa de su tí­a materna; “para luego” vení­an por él sus tres primos, hijos de las hermanas de su padre.

Se pasearon un rato, siendo que iban muy apretados en la pick-up, llegaron a una tienda de conveniencia para comprar algunas bebidas embriagantes, siguieron circulando en una pick-up por las colonias del sur de la ciudad,  cuando, al parecer, los rumores después del incidente decí­an que alguien los seguí­a desde minutos antes en un automóvil Aveo color gris.

Pararon el automotor en la casa de sus primos, los cuates, que también vení­an incómodos por el poco espacio en la pick-up, para no estar del lado que pegaba el sol decidieron moverse de lugar, junto al canal de desagí¼e que atraviesa la colonia; ahí­ se veí­a mucha tranquilidad, hay un árbol muy viejo que da buena sombra, estaba un clima soleado pero no sofocado, total todo parecí­a un dí­a de tranquilidad y convivencia, después paso un rato siguieron en la charla y uno de los que estaban presentes, afirmó intranquilo, ¡como que ese carro ya pasó varias veces!, ¿no creen?,  los demás que se encontraban en el lugar no le tomaron mucha importancia , pues pensaron ¿a mí­ qué?, yo no tengo pendientes ni deudas con nadie, luego pasó un carro color gris hacia bajo de donde ellos se encontraban, allá más a lo lejos se alcanzó a ver que el carro se devolví­a rumbo a donde se encontraban, en aquel lugar cálido y tranquilo, al momento que llegan al lugar se miran los vidrios del vehí­culo abajo  y tres hombres en el interior del automotor, uno con arma larga, otro con arma corta y uno al volante del carro en el que vení­an.

Foto de: http://revistamundoforense.com/las-manchas-hematicas/
Foto de: http://revistamundoforense.com/las-manchas-hematicas/

Comenzaron a disparar hacia ellos, cada quien intento salvar su vida, cada uno corrió en un rumbo diferente; uno quedó tirado en el lugar cálido y tranquilo, en el cual solo poní­a “pecho tierra” para evitar los balazos, uno se arrastró por aquel canal de desagí¼e, por lo que antes de huir trataba de cubrirse con la pick-up en la que habí­an estado paseando, después se desplazó por todo el desagí¼e para así­ salir a la calle vecina, después vio un camión y corrió hacia las llantas que tienen un rin enorme de acero que servirí­a de armadura para las balas, otro corrió por el mismo canal pero luego se refugió bajo unas tarimas de madera, para así­ tratar de ocultarse de los asesinos que intentaban arrebatarle la vida y el otro trato de refugiarse en la casa de uno de sus vecinos sin consultar su acceso, cada uno corrí­a por sus vidas.

Después toda la vida pasaba por sus mentes, veí­an venir la muerte, sale uno de los afectados y comienza a buscar a los demás para ver si se encontraban bien; el que se habí­a quedado tendido en el lugar, sin poder huir, fue baleado varias veces en el cuerpo, el que se refugió bajo las tarimas tení­a algunos rozones y un balazo en su pierna, el que se metió a casa de sus vecinos quedó tendido dentro de ella, donde también se veí­a poco pálido, con sangre en la espalda y pecho y el otro solo tení­a raspones de cuando intento escapar de los asesinos.

Se escuchaban sirenas policiacas, que vení­an al lugar de la tragedia, llegaron y acordonaron el área, para luego proceder con la investigación, llegó la prensa para hacer el reporte por medios de comunicación impresos  y digitales, también llegaron los paramédicos de URGE (Unidad de Rescate del Gobierno del Estado) en la que abordaron a algunos de los afectados y fueron trasladados al Hospital General de Chihuahua, donde lamentablemente, uno murió, y el otro que fue hospitalizado, quedó solo con raspones de consideración, fue interrogado por los policí­as estatales y el otro que se hospitalizó estuvo una semana en observación y cirugí­as hasta que se recuperó.

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