Templo del Sagrado Corazón de Jesús en Chihuahua

La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, sin duda es uno de los templos religiosos más conocidos de la ciudad de Chihuahua, al igual que la Catedral, Cristo Rey y el templo de Nuestra Señora de la Soledad, por mencionar sólo algunos.

Pero esta parroquia, en su inicio, no era como lo conocemos hoy dí­a, éste es el resultado de una idea que el padre Pedro Delgado tuvo de hacer una iglesia, en el año de 1909. Desde el principio el nombre que ese templo llevarí­a serí­a el Sagrado Corazón de JesúsFachada_del_templo_del_Sagrado_Corazon

Comenzando todo en una pequeña capilla que logró hacer gracias a que el señor Enrique Creel le cedió un pequeño local y el padre Delgado construyó ahí­ la primera parte de lo que al final serí­a el templo que hoy conocemos, esto fue en el barrio del Pací­fico, la cual se encontraba en la calle 26 y Penitenciaria.

El local fue adaptado rápidamente para poder llevar a cabo el culto religioso, pero para que esto fuera posible hubo unas ganas inmensas por parte de un grupo de mujeres que le pidieron al entonces obispo Don Nicolás Pérez Cavilan, el permiso para el culto religioso. Algunas de estas mujeres fueron Ramona N. de Duran, Dolores A. de Anchando y Juliana M. de Piña.

La cantidad de fieles que se daban cita a esta capilla creció de una manera inesperada por lo cual algunos otros padres como Gabriel Morfin, Benjamí­n Silva y Samuel Gilmori, los cuales estaban o se desempeñaban en el Santuario de Guadalupe, al ver la devoción y buena voluntad de aquella gente del barrio del Pací­fico, estos se daban el tiempo y así­ iban muy seguido a ayudar al padre Delgado.

A partir de eso y al ver la gran respuesta de los fieles religiosos, una década después se propuso una idea de construir un templo mas grande, pero hasta el año de 1919, es decir veinte años después de que el padre Delgado tuviera la idea de crear el templo, el reverendo padre José Marí­a Maya, superior de los religiosos de Chihuahua,  convocó a los vecinos  con el fin de que formaran  una junta  directiva que se encargara de coordinar las acciones del templo.

P52986274ero pese a lo que se esperaba, esta primer propuesta fue rechazada, luego se propuso un cambio de templo a uno de más grande y para lograr esto se tuvo que proceder hasta finales de junio de 1921, integrándose un comité que incrementara los fondos, esta nueva idea fue considerada por el Obispo Antonio Guí­zar.

Luego lo que se necesitó fue un espacio en el cual empezar la nueva ubicación del templo de mayor capacidad,  ese mismo año de 1921, la Sra. Rosa Terrazas de Muñoz regaló un terreno con unas dimensiones de un poco más de 40 metros de largo por casi 20 metros de ancho. Ya al tener el espacio en el cual se trabajarí­a, se creó una mesa directiva que tuvo como presidente al reverendo  José Marí­a Maya,  Marí­a Luján de Terrazas, vicepresidenta; Antonia López de Ortí­z, tesorera; Eva Márquez y Profesora Ester Urueta, secretaria; Marí­a Anchando, pro-secretaria; vocales, Elena Muñoz, Rosa Terrazas de Muñoz, Carmen Elí­as de Gutiérrez y Marí­a Prieto de Falomir. Además participaron Elena Fernández, Margarita Prieto, Marí­a Luisa Sisniega, Guadalupe Guí­zar Valencia y Ana Olivares.

El presupuesto principal fue de $150,000.00 pesos, el proyecto comenzó el 31 de agosto de 1921, ese dí­a se colocó la primera piedra y la proyección del Sagrado Corazón a las 6:00 de la mañana, oficiando el Obispo Antonio Guí­zar en una capilla improvisada bajo una enorme enramada y enseguida el reverendo padre Amaya celebró un a misa ante la entusiasmada participación de un gran contingente de fieles, para entonces la obra quedo en manos del ingeniero José Arguelles y el Arquitecto F. Triboullier que contaron con el apoyo de los ingenieros Enrique Esperón y Juan Ortí­z.

La conclusión de la obra se atribuye a los años entre 1940 y  1945, y se convirtió en el templo que hoy conocemos, pero como nos dimos cuenta este resultado se logró por medio de que mucha gente se involucró en este  proyecto, dejando así­ una “joya”  de lo que viene siendo nuestro patrimonio cultural, este templo tiene ya más de 70 años albergando esperanzas,  ilusiones y los sueños de los chihuahuenses.

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