México y su mancha en la historia de 1968.

Hace 46 años, México quedó marcado por el resto de la historia, al perpetrarse una de las masacres más sangrientas en contra de estudiantes de diversas universidades del centro y norte del paí­s que protagonizaban un movimiento en contra del gobierno de Gustavo Dí­az Ordaz.

Dos de octubre de 1968 es la fecha en que centenas de estudiantes fueron asesinados por miembros de un grupo paramilitar -denominado Batallón Olimpia-, el Ejército mexicano y la DFS en las inmediaciones de la plaza de las tres culturas en Tlatelolco, Ciudad de México quienes, por orden directa del presidente de la república en turno, abrieron fuego contra aproximadamente 10 mil personas que se encontraban en un mitin en la misma plaza. Entre los cuales se encontraban estudiantes, obreros, y ancianos sentados en el suelo, vendedores ambulantes, amas de casa con niños en brazos, habitantes de la Unidad, transeúntes que se detuvieron a curiosear, los habituales mirones y muchas personas que vinieron a darse una “asomadita”. Elena Poniatowska, en su conocido libro La noche de Tlatelolco (1971), sostiene que “Oficialmente las autoridades manejaron una cifra de no más de 50 muertos por la masacre. Sin embargo testigos del hecho afirman que fueron más de 300 personas asesinadas aquella tarde en que estudiantes pacifistas fueron reprimidos por los altos niveles de gobierno”.

El movimiento que se en el año de 1968 en nuestro paí­s comenzó un 22 de julio del mismo año con una pelea entre dos grupos de estudiantes. Un juego de futbol americano en la plaza de la ciudadela que derivó en una batalla campal entre alumnos de una vocacional del Instituto del Politécnico Nacional (IPN) y de una preparatoria incorporada a la Universidad Nacional; la trifulca fue disuelta por el cuerpo de granaderos de la policí­a capitalina por la fuerza para posteriormente invadir las instalaciones de la vocacional dos y golpear a los alumnos.

El dí­a 26 de julio dos manifestaciones se dieron a lugar en las calles cercanas al centro de la ciudad; las cuales fueron disipados por la policí­a montada y los granaderos. A lo que los estudiantes respondieron quemando autobuses.

El gobierno encarceló a alrededor de mil estudiantes después de derribar la puerta de la preparatoria 1, ubicada en San Ildefonso. A una semana de comenzado el conflicto se hablaba de 400 lesionados.

En Ciudad Universitaria (CU) el rector Javier Barros Sierra pronunció un discurso contra la ocupación de los planteles universitarios por el ejército.

A raí­z de los sucesos, el dos de agosto, los estudiantes manifestantes crearon el Consejo Nacional de Huelga (CNH) conformado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ENAH y Chapingo. Posteriormente se unieron a ellos los estados de Yucatán Coahuila, Morelia, Guerrero, Nuevo León, Chihuahua, Veracruz, Puebla, Sinaloa e Hidalgo.
El CNH realizó un pliego petitorio, en el cual, se solicita libertad a los presos polí­ticos,  destitución de generales (Luis Cueto Ramí­rez, Raúl Mendiola y del teniente coronel Armando Frí­as), extinción del cuerpo de granaderos, derogación de los artí­culos 145 y 145 bis del código penal (delito de disolución social), indemnización a las familias de los muertos y a los heridos ví­ctimas de las agresiones en los actos represivos iniciados el viernes 26 de julio, deslinde de las responsabilidades de los actos de represión y vandalismo realizados por las autoridades a través de los policí­as, los granaderos y el ejército.

2 de octubre no se olvida.

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