En la entrega de hoy quiero hablarte sobre una lectura que terminé hace poco, darte mi opinión y finalmente decidas si te aventuras a leer el libro o prefieres omitirlo.
Por cierto:
Ahora comencemos, por el principio, la sinopsis.
“¿Y si te diesen un mapa para descubrir quién eres?
¿Seguirías la ruta marcada hasta el final?
Imagina que estás destinada a salvar a tu hermana, pero al final ella muere y la razón de tu existencia se desvanece. Eso es lo que le ocurre a Grace Peterson, la chica que siempre se ha sentido invisible, la que nunca ha salido de Nebraska, la que colecciona palabras y ve pasar los días refugiada en la monotonía. Hasta que llega a sus manos el juego de El mapa de los anhelos y, siguiendo las instrucciones, lo primero que debe hacer es encontrar a alguien llamado Will Tucker, del que nunca ha oído hablar y que está a punto de embarcarse con ella en un viaje directo al corazón, lleno de vulnerabilidades y sueños olvidados, anhelos y afectos inesperados. Pero ¿es posible avanzar cuando los secretos comienzan a pesar demasiado? ¿Quién es quién en esta historia?”
Empezamos fuerte, y de una vez sabemos a lo que nos enfrentamos o por lo menos tenemos una idea. La pérdida de las metas y también el dolo de perder a un ser querido.
Temas con los que es fácil empatizar, ¿Quién no ha tenido una crisis existencial alguna vez en su vida? La historia nos centra en Grace Peterson y como coprotagonista en Will Tucker y déjame decirte que a mí me mintieron, romance hay sí, pero no es ni de cerca un tema importante por lo que habrá poco, también me parece importante denotar que puede ser una lectura por lo menos para mayores de 15 años.
Lucy, la hermana difunta de Grace, decide dejarle como regalo póstumo el mapa de los anhelos, un juego que se describe como una especie de monopoly o carrera al final. Casillas donde habrá cosas que hacer como retomar el deporte que abandonaste a causa de tu hermana enferma que impedía indirectamente tu dedicación para escalar a lo profesional, enfrentarte a tener que conocerte a ti misma cuando habías huido de ello durante años y no saber ni por dónde empezar la lista. Ayudar a tu madre y padre a superar la muerte de su hija, hablar con la amiga que perdiste. Entre otras cosas, todo acompañada de un desconocido que conoció a tu hermana de alguna manera extraña, ya que ella no salía del hospital.
Y claro, entre medias, el sentimiento de extrañesa desaparece, se convierte en una amistad rara y posteriormente PUM, romance.
Y a su vez, llegan frases como:
—Quizá el problema sea que intentes «entender» la vida. No es un rompecabezas, Grace. Créeme, le he dado muchas vueltas. He pensado a menudo en ella como si fuese un juego, pero es un asco porque no hay manual de instrucciones ni táctica que valga y tan solo consiste en lanzar un dado y ver qué números salen.
Otras que son más como:
¿Alguna vez has deseado poner en pausa tu mente? Solo unos instantes de calma antes de retomar el hilo de lo que sea que tuvieses dentro. A veces me canso de mí misma. Me canso de mi cabeza. Me canso de darle vueltas a todo y de imaginar cosas y de vivir dentro de un laberinto infinito lleno de ideas enredadas del que no sé salir.
E incluso cosas como:
Ser el compañero de vida de alguien no es sencillo, porque cada uno se convierte en la persona que mejor conoce al otro y eso implica dejar al descubierto las fortalezas y las debilidades. Los momentos buenos son fáciles, pero los malos… desvelan si el vínculo es fuerte y si se tiene la confianza suficiente como para asumir las imperfecciones.
Es necesario que sepas que el texto está lleno de pesimismo, hasta las últimas páginas. Así que puede llegar a ser tedioso no ver mucho de momentos memorables o fuera de la atmosfera que tiene, pero los hay, pequeños trocitos que hacen la diferencia y puedes ver un poco de avance que finalmente notas al final del libro y que al mirar atrás puedes verlo solo que la situación de los personajes lo opacaba.
A mi parecer, un reflejo de la vida, usualmente no se aprecia lo bueno que pasa porque tiene más peso lo malo, pero tarde o temprano hechas un vistazo atrás y vez esas chispitas que brillaron.
Sobre el ritmo, puedo decir que es sumamente simple de leer, el lenguaje es sencillo y usualmente cuando ingresa una palabra extravagante tiene un sentido, explicar un sentimiento o un estado. Son pocos personajes por lo que no te perderás fácilmente y al contar con 496 páginas se convierte en el libro perfecto para leer en un tiempo libre durante un viaje o descanso.
El tiempo pasó volando porque a pesar de que es pesimista, mantienes el interés sobre las casillas restantes.
No es un libro filosófico sobre el significado de la vida ni nada por el estilo, es una novela juvenil y listo, es obvio que al final se resolverá todo. Pero puedo decir que el final no es de cuento de hadas, como en muchas ocasiones pasa con este tipo de novelas, es un final y ya está. El cierre a una etapa de la vida de los personajes. A mi parecer es lo que tiene que ser, ni más ni menos.
Para cerrar y no extenderme en trivialidades; ¿lo recomiendo? Dependerá de lo que busques, como dije, no es algo profundo y apela a la esencia humana de encontrar respuesta al significado de la vida, además de que al público que va enfocando es aquel que está pasando por esa crisis existencial de los 20. Puede ser un buen descanso entre textos académicos o para antes de dormir. Pero es interesante.
Para cerrar, una última cita.
No olvides que cada instante de tu vida es único e irrepetible.
