Nos enfrentamos a la Era de la tecnología digital, donde los niños y adolescentes están siendo absorbidos por los videojuegos en línea; Uno de los riesgos más grandes que corren, son los trastornos por los videojuegos.
Como el psiquiatra Alejandro Maturana explica, es que “Este trastorno deteriora la calidad de vida de quienes lo padecen, ya que es penetrante, persistente y permanente en sus vidas”, especialmente cuando se intenta detener la situación adictiva, provocándose alteraciones conductuales, como por ejemplo, “agitación, tensión y agresividad”,
Los adolescentes se sumergen tanto en el juego, de modo que pierden la noción del tiempo, y por lo tanto dejan de hacer actividades necesarias como lo son, comer, socializar con su familia, incluso ir al baño.
Lo más notorio son sus cambios de conducta, ya que pueden estar muy bien antes de jugar, pero cuando inician la partida se empiezan a poner agresivos, ya sea porque pierden en el juego, o porque les ganan los objetos que necesitan para continuar, y si los llegan a matar se alteran, ya sea porque “los bajan de nivel” o “les quitan los diamantes obtenidos”.
Como el psiquiatra lo dijo, no existe una cura para este padecimiento, pero los padres pueden empezar a intentar conocer, manejar y comprender los videojuegos y así poder orientar a sus hijos para administrar el tiempo dedicado a esta actividad; Esto se debe hacer con relación a otras actividades recreativas y familiares de la vida real.