La adicción es definida como el consumo frecuente de sustancias, aun sabiendo las represalias o contradicciones negativas que ocasionan. El consumo excesivo de estas sustancias modifica y altera el funcionamiento del cerebro y su estructura, llevando a la persona a tener conductas autodestructivas y peligrosas.
Se le llama adicción, ya que el consumo de estas sustancias altera el cerebro, en especial el área de decisiones y el área de control inhibitorio, esto lleva a la persona a dedicar gran parte del tiempo a la búsqueda y consumo de la sustancia, estos factores hacen que sea difícil dejar de consumir la sustancia y cada vez la adicción aumenta en ser progresiva y mortal.
En el caso del consumo de tabaco, las personas que consumen son por escapar de su realidad y encontrar una fuga a su estrés y ansiedad. La adicción es un tema difícil de tratar, ya que son personas que, aunque muchas veces quieren dejar el consumo de sustancias, no pueden por el simple hecho de que su mente ya está acostumbrada a ese estímulo externo qué le trae grandes cantidades de dopamina a su cerebro.
Sabemos que el cigarrillo de tabaco contiene nicotina y muchas sustancias químicas cancerígenas que son dañinas para fumadores y no fumadores. Fumar puede conducir a la adicción a la nicotina y causar distintos tipos de cáncer, así como aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y pulmonares (por mencionar solo algunas), además, el tabaquismo es responsable de 8 millones de muertes cada año.
Aun sabiendo todos los efectos negativos para la salud, el alto grado de adicción de la nicotina, el hecho de ser una droga socialmente aceptada y de fácil accesibilidad, lo convierten en una de las drogas más peligrosas, las personas hoy en día pueden fumar casi en cualquier lugar sin ningún problema, de hecho aquellos lugares que tienen restricciones han creado una área de fumadores, esto no sucede porque a la sociedad le cause algún problema convivir con un fumador, sino porque el aroma genera incomodidad y también problemas de salud en los no fumadores, pero no es un tema de discriminación o prejuicios como si sucede en con drogas.
Estudios realizados afirman que la nicotina del tabaco es más adictiva que la cocaína y la heroína, esto se debe al incremento de la producción de dopamina resultado de su rápida acción, al inhalar, el humo tarda solo siete segundos en llegar al cerebro e inmediatamente se activa la producción de dopamina que activa áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa, este impacto al cerebro es lo que provoca la adicción, y se maximiza en su repetición, pues al inicio un cigarrillo basta para activar la sensación de recompensa, sin embargo, en las siguientes ocasiones necesitará aumentar la dosis, es decir, se necesitarán dos o tres cigarrillos para alcanzarla, y poco a poco se incrementa el consumo.
Es por lo anterior que también la abstinencia se equipara a la de los consumidores de drogas duras o sintéticas, por ello es tan difícil dejar de fumar y los que lo han intentado tienen miedo a los síntomas que se experimentan durante la abstinencia. Afortunadamente, en la actualidad existen medicamentos que ayudan en el proceso de recuperación, se trata de fármacos que imitan la acción de la nicotina, sustituyéndola en la fijación en los receptores de las células nerviosas, disminuyendo con ello la inquietud por fumar.
Por supuesto, las adicciones son un tema de grados y complejidades diversos, admiro a las personas que dicen, “Un día lo decidí y jamás volví a fumar o consumir”. Sin embargo, la dependencia tiene un origen, enganche y desarrollo diferente en cada persona, y por ello su recuperación también es variada. Buscar ayuda profesional es importante cuando se quiere salir de la adicción.
BIBLIOGRAFÍA:
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