La tendencia temática de los poetas de la generación del 27 se caracterizó por una búsqueda de renovación en la poesía española. Los poetas de esta generación experimentaron con diferentes estilos y formas poéticas, pero en general, sus temas se centraron en la naturaleza, la introspección, la mitología, la historia y la tradición española. Con la misma intensidad se interesaron por temas sociales y políticos, así como por la exploración del lenguaje y la forma poética en sí misma. La generación del 27 se caracterizó por una búsqueda de la belleza y un intento de recuperar y renovar la poesía española perdida durante la Primera Guerra Mundial y los años de la dictadura de Primo de Rivera; pero tratando temas sociales en boga como la Guerra Civil Española y las atrocidades acontecidas en ese período.
En el presente trabajo reflexionaremos sobre este violento conflicto del siglo XX y el arte creado en estos momentos. A su vez, analizaré poética y contextualmente, tres poemas del gran y mártir escritor Miguel Hernández; textos hechos a partir de vivir y mirar en el campo de batalla, con el propósito de no quedarse callado y dejar esa huella, escrita con la sangre de los que no estuvieron para contarlo.
SOBRE EL CONTEXTO
La Guerra Civil Española fue un conflicto armado que se desarrolló entre 1936 y 1939, en el que se enfrentaron dos bandos: el republicano, liderado por el Gobierno de la Segunda República Española, y el franquista, liderado por el general Francisco Franco. Durante este período, se produjo una gran cantidad de obras literarias, incluyendo poesía, que reflejaron los horrores y las pasiones que vivieron los españoles en aquellos momentos.
La poesía de la Guerra Civil Española se caracterizó por su compromiso político y social, además de su defensa de la libertad y la democracia. Muchxs escritorxs se unieron a las filas republicanas, y sus obras reflejaron toda la brutalidad del conflicto.
Uno de los poetas más destacados de la Guerra Civil Española fue Federico García Lorca, quien fue ejecutado por el bando franquista en 1936. Su poesía se caracterizó por su lenguaje poético, su musicalidad y su sensibilidad humana, y se convirtió en un símbolo de la lucha contra el fascismo. Otro poeta importante de la Guerra Civil Española fue Antonio Machado, quien apoyó al bando republicano y escribió poesía comprometida con la justicia social y la democracia. Su obra reflejó la angustia, la desesperación y el dolor que sufrió la sociedad española durante el conflicto. Además, otros poetas como Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti o del que se profundizará en este ensayo: Miguel Hernández. Artistas que de igual forma dejaron evidencia sangrante de la Guerra Civil dentro de esta poesía española. Sus obras reflejan la crueldad de la guerra, la lucha por la libertad y la defensa de los derechos humanos.
La Guerra Civil Española fue un período oscuro y doloroso en la historia de España, pero también supuso un momento de intensa creatividad literaria, pues la poesía que surgió en esos momentos se convirtió en una voz de resistencia y esperanza.
SOBRE EL AUTOR
Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela, España. Desde una edad temprana, mostró un gran interés por la literatura, y comenzó a escribir poesía incluso antes de terminar la escuela primaria. Su formación educativa fue breve, y tuvo que trabajar para ayudar a su familia. No obstante, tuvo la suerte de conocer a uno de los principales poetas de la Generación del 27, Ramón Sijé, quien se convirtió en su mentor y amigo.
En 1934, Hernández publicó su primer libro de poesía, “Perito en Lunas”, que fue muy bien recibido por la crítica. Sin embargo, la Guerra Civil española estalló en 1936, y se unió al bando republicano. Al finalizar la guerra, fue capturado por el bando franquista, encarcelado y torturado. Durante su tiempo en prisión, escribió algunos de sus poemas más famosos, incluyendo El rayo que no cesa y las Nanas de la cebolla.
Finalmente, murió de tuberculosis en la cárcel en 1942, a los 31 años. Su obra poética es muy reconocida por el uso de imágenes intensas y simbolismo, así como por su capacidad para expresar la belleza y el sufrimiento humanos. Sus temas favoritos incluyen el amor, la muerte, la naturaleza y la cultura española. Además, tenía una gran capacidad para expresar sus opiniones políticas y sociales en sus poemas, que a menudo eran considerados subversivos por el régimen franquista. Fue enterrado en el nicho número mil nueve del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el 30 de marzo. Su poesía es desgarradora, emotiva y llena de pasión. La obra poética de Miguel Hernández es considerada uno de los máximos exponentes de la poesía española del siglo XX.
SOBRE LA OBRA
Como modelo de expresión artística, la poesía ha sido definida durante mucho tiempo como una forma de arte que permite a las personas comunicar ideas y emociones complejas de una manera más enriquecedora que la simple comunicación verbal. En tiempos de guerra, la poesía ha sido un recurso importante para muchas personas, tanto como formas de protesta política como para honrar a los que han perdido la vida o luchado en el frente. Esta disciplina literaria es importante en tiempos de conflicto porque puede ayudar a las personas a procesar emociones y a encontrar consuelo, esperanza en momentos difíciles. En los campos de batalla, donde las experiencias pueden ser brutales y las emociones intensas, la poesía puede ser una forma de arte que proporcione una conexión humana en medio de la violencia y la crueldad. Pueden ser una expresión poderosa de la lucha contra la opresión y la injusticia, al tiempo que se promueve la paz y se celebra a los héroes y mártires que luchan por la libertad.
El poemario “El hombre acecha” es una obra cumbre de Miguel Hernández, escrita durante su estancia en la prisión de Alicante en 1938. En estas condiciones adversas, escribió algunos de los poemas más representativos de su obra que, a su vez, reflejan la realidad social, política y emocional que atravesaba España en la época de la Guerra Civil. En estos versos, el español logra plasmar con gran maestría la complejidad de la vida y las injusticias sociales. El poemario es una obra profundamente humana, que trasciende la individualidad del poeta para transformarse en una voz colectiva que lucha contra el dolor y la opresión. La crítica distingue en el libro cuatro grupos de poemas: combativos, sociales, políticos y de aflicción (según los investigadores Leopoldo Luis y Jorge Urrutia). Algunos de estos poemas, como Rusia y La fábrica-ciudad, están fuertemente inspirados en su viaje a la Unión Soviética, como parte de la comisión que representaba a España en el V Festival del Teatro Soviético. (Pineda, 2017)
El hombre acecha, dedicado a Pablo Neruda, es un libro marcado por el dolor y la desesperanza ante la inminente derrota del bando republicano en la Guerra Civil. El libro iba a ser publicado en 1939, pero la edición fue destruida por las tropas franquistas y solo se conservaron dos copias sin encuadernar. Consta de diecinueve poemas, con un tono más intimista y donde van ganando importancia los endecasílabos y alejandrinos sobre los versos más cortos. Es una poesía elaborada, más estructurada que su libro anterior, Viento del pueblo; que se inicia y se cierra con dos poemas titulados “Canción primera” y “Canción última”, donde se hace ya presente el tema del dolor y de la muerte, que marcará la poesía de sus últimos años. (Pineda, 2017)
En este libro percibimos a un poeta desanimado, fatigado, vulnerado, afligido por la muerte de su hijo. El lenguaje es sobrio, directo, con menos elementos surrealistas como en su poesía anterior; parece burlesco, derrotado, como si se estuvieran esfumando los dejos de fe que llevaba en el alma. Los poemas que componen esta obra, según el investigador Ramón Fernández en su libro: El hombre acecha, como eje de la poesía de guerra, nos dice, fue escrito en los momentos más duros de su vida dentro de la guerra, sobre todo en el invierno y en el abandono de la esperanza. Es el libro de un hombre traumatizado por la guerra, la lleva dentro aunque parece estar calmado, “ha visto la bestia en la que se transforma el hombre, ha sido privado de su familia, de la libertad.” (Fernández Palmeral, 2004).
ANÁLISIS DE LOS POEMAS
Llamo al toro de España
Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Despiértate del todo, que te veo dormido,
un pedazo del pecho y otro de la cabeza:
que aún no te has despertado como despierta un toro
cuando se le acomete con traiciones lobunas.
Levántate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto,
enarbola tu frente con las rotundas hachas,
con las dos herramientas de asustar a los astros,
de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera, más toro que otras veces,
en España más toro, toro, que en otras partes.
Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta
por las plazas de España, sobre su astral arena.
A desollarte vivo vienen lobos y águilas
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue
hasta tus atributos de varón abundante,
esa mano felina que pretende arrancártelos
de cuajo, impunemente: patalearlos, toro.
Víbrate.
No te van a absorber la sangre de riqueza,
no te arrebatarán los ojos minerales.
La piel donde recoge resplandor el lucero
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.
Revuélvete.
Es como si quisieran quitar la piel al sol,
al torrente la espuma con uña y picotazo.
No te van a castrar, poder tan masculino
que fecundas la piedra: no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás
si no es para escarbar sangre y furia en la arena,
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas,
abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado,
y en el granito fiero paciste la fiereza:
revuélvete en el alma de todos los que han visto
la luz primera en esta península ultrajada.
Revuélvete.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos,
este toro que dentro de nosotros habita:
partido en dos mitades, con una mataría
y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
De la airada cabeza que fortalece el mundo,
del cuello como un bloque de titanes en marcha,
brotará la victoria como un ancho bramido
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.
Sálvate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate.
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate.
Atorbellínate, toro: revuélvete.
Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
Este poema en especial, como su título lleva, es una llamada a la fuerza y el espíritu de lucha del toro bravo, que sabemos es símbolo de España, de resistencia frente a la opresión. Está escrito con excelente musicalidad, de plegaria y dolor, de entusiasmo y motivación.
La descripción del toro como un “poder tan masculino que fecunda la piedra” y como un ser que no retrocede ante el peligro, sino que se lanza con “decisión de rayo”, evoca la imagen de una criatura indomable y valiente. Dentro de este concepto, también se sugiere al toro como un elemento vital de la identidad española, que su belleza y fuerza son motivo de envidia o deseo de los enemigos del país. En muchas de las imágenes del poema, como cuando se describe al toro que despliega su frente como “hachas” o su piel como una fuente de luz, es como si el animal fuera algo más que una simple criatura, una encarnación del espíritu nacional.
Al final, el poema invoca al toro mitológico para que despierte y se defienda de aquellos que buscan destruirlo. La repetición constante de los imperativos “esgrímete”, “yérguete”, “revuélvete”, “aborde y desencadena”, sugiere que el toro debe estar siempre en estado de alerta y dispuesto a luchar. Pero el poema también deja claro que el toro no solo debe luchar por sí mismo, sino por toda España, un país “ultrajado” que necesita la protección del toro bravo para sobrevivir. En general, el poema es un canto a la masculinidad y la virilidad del animal, una criatura que representa no solo la fuerza física, sino también la valentía, la determinación y el espíritu de lucha del pueblo, que son esenciales para la supervivencia nacional.
Pueblo
Pero ¿qué son las armas: qué pueden, quién ha dicho?
Signo de cobardía son: las armas mejores
aquellas que contienen el proyectil de hueso son.
Mírate las manos.
Las ametralladoras, los aeroplanos, pueblo:
todos los armamentos son nada colocados
delante de la terca bravura que resopla
en tu esqueleto fijo.
Porque un cañón no puede lo que pueden diez dedos:
porque le falta el fuego que en los brazos dispara
un corazón que viene distribuyendo chorros
hasta grabar un hombre.
Poco valen las armas que la sangre no nutre
ante un pueblo de pómulos noblemente dispuestos,
poco valen las armas: les falta voz y frente,
les sobra estruendo y humo.
Poco podrán las armas: les falta corazón.
Separarán de pronto dos cuerpos abrazados,
pero los cuatro brazos avanzarán buscándose
enamoradamente.
Arrasarán un hombre, desclavarán de un vientre
un niño todo lleno de porvenir y sombra,
pero, tras los pedazos y la explosión, la madre
seguirá siendo madre.
Pueblo, chorro que quieren cegar, estrangular,
y salta ante las armas más alto, más potente:
no te estrangularán porque les faltan dedos,
porque te basta sangre.
Las armas son un signo de impotencia: los hombres
se defienden y vencen con el hueso ante todo.
Mirad estas palabras donde me ahondo y dejo
fósforo emocionado.
Un hombre desarmado siempre es un firme bloque:
sabe que no es estéril su firmeza, y resiste.
Y los pueblos se salvan por la fuerza que sopla
desde todos sus muertos.
El poema es un sensible llamado a la valentía y a la resistencia del pueblo ante las armas, símbolo de la cobardía y la impotencia. El poeta desmitifica la idea de que las armas son el medio más efectivo para lograr la victoria, en cambio, resalta la importancia de la fuerza de voluntad y la firmeza de carácter. Hernández utiliza imágenes poderosas para destacar la superioridad del ser humano ante los armamentos. Las manos como medio de defensa son mencionadas en contraposición a las ametralladoras y los aviones; se destaca que los dedos tienen más poder que un cañón. En estos versos, la valentía y el amor son más poderosos que la fuerza destructiva de las armas, ya que a pesar de su uso, la madre sigue siendo madre y los brazos siguen buscándose enamoradamente. La importancia de la sangre, como símbolo de la vida y la resistencia, es visible en este poema, aunque las armas puedan causar daño, no pueden detener la fuerza de un pueblo decidido a luchar por sus ideales. En este sentido, el poeta llama al pueblo a resistir, a mantenerse firme ante la opresión y la violencia.
Canción última
Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
Este poema está lleno de profundidad emocional y misteriosa belleza. Comienza con una imagen poética vívida en la descripción de una casa adornada con los colores de las pasiones más intensas y las más profundas desgracias. El poema en sí mismo es una expresión de estas pasiones, una declaración de la vida llena de altibajos que el poeta siente.
Luego, el texto da un giro hacia la tristeza y el dolor, al mencionar la “desierta mesa” o la “ruinosa cama”, que parecen estar esperando el regreso de alguien que nunca volverá. Pero incluso en medio de la tristeza, contiene una promesa de esperanza y redención, como se ve en los “besos” que florecen sobre las almohadas y la “sábana” que envuelve a los cuerpos. Este es un poema de la vida y de la muerte, del amor y del odio, de la alegría y de la tristeza; un poema que celebra la complejidad de la experiencia humana.
CONCLUSIÓN
En lo personal, siempre me parte el alma leer la obra de este escritor que es y será siempre de mis favoritxs. Es muy importante comprender y tener conocimiento de los artistas que han acaecido en momentos de gran importancia histórica y de dolor humano, pues nos ayuda a sensibilizarnos en este espacio duro llamado “el mundo del hombre ambicioso”. La poesía de Hernández es profundamente evocadora y emotiva, con imágenes que se quedan en la mente del lector mucho después de terminar de leer. Con “Canción última”, nos muestra una vez más su habilidad para capturar la esencia del mundo que le rodea y para transformar sus propias emociones en una obra de arte duradera. Este texto es una celebración de la vida, incluso en la cara de la muerte, y un testimonio de la perseverancia del espíritu humano; un texto perfecto para terminar este poemario, que es un manifiesto de los sentimientos que abordaban a muchos españoles en esta época violenta.
En épocas de guerra, de conflicto, la poesía puede también actuar como una voz disidente contra la propaganda en los mensajes controvertidos que a menudo se difunden durante los períodos de dificultad. Los poetas pueden desempeñarse como una forma de protesta embellecida contra la guerra y la violencia, proporcionando una cobertura alternativa a la que ofrecen los principales medios de comunicación. La poesía, y el arte, claro; en este sentido, puede ser una forma de subvertir el sistema y dar voz a los oprimidos. Es por eso que en definitiva es importante en tiempos de guerra, porque puede ofrecer una forma de rebelión creativa y artística contra la violencia, la tristeza y el dolor; ofrecer una perspectiva basada en la empatía, la reflexión ética y, en última instancia, un recurso de conexión cargada de expresión.
BIBLIOGRAFÍA
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Fernández Palmeral, Ramón. (2004) El hombre acecha, como eje de la poesía de guerra. Editorial Palmeral, y Notas de conferencia 2014. Disponibles en: http://mhernandez-palmeral.blogspot.com/2015/12/apuntes-sobre-el-hombre-acecha.html y enhttps://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-hombre-acecha-como-eje-de-la-poesa-de-guerra-0/html/0092133a-82b2-11df-acc7-002185ce6064_11.html
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Cascales, Francisco. (S.F) Imágenes y símbolos en la poesía de Miguel Hernández. Disponible en: https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/26359/1/Im%C3%A1genes%20y%20s%C3%ADmbolos%20en%20la%20poes%C3%ADa%20de%20Miguel%20Hern%C3%A1ndez.pdf
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