El verdadero sentido de la política
Se vive en el ambiente de nuestra cotidianeidad gran desaliento en cuanto a lo político se refiere; se escucha en reuniones familiares o de amigos, en las aulas o los centros de trabajo, una gran molestia por el actuar de nuestros gobernantes, situación del todo atribuible a la mala actuación de muchos políticos que han desvirtuado a la función pública.
Recordemos que para Hannah Arendt la política es la “… necesidad ineludible para la vida humana, tanto individual como social. Puesto que el hombre no es autárquico, sino que depende en su existencia de otros, el cuidado de esta debe concernir a todos, sin lo cual la convivencia sería imposible.” (Arendt, 1995, P. 67)
Si bien como lo refiere Arendt, la política es una necesidad de la vida humana, ello no debe entenderse en el sentido que su construcción debe darse en forma arbitraria y alejada de los postulados éticos y de una sana convivencia, de lo contrario formaríamos regímenes políticos absolutistas que destruyen las identidades individuales y aún aniquilan a grupos poblacionales.
En ese mismo sentido, Arendt señala como misión y fin de la política el de “…asegurar la vida en el sentido más amplio…” (Arendt, 1995, P.69) haciendo posible al individuo perseguir en paz y tranquilidad sus propios fines y proyectos personales, asegurando a las grandes masas los medios de subsistencia y un mínimo de felicidad, todo ello bajo la premisa de la libertad, está entendida en un trato entre iguales.
Por libertad, Hannah Arendt entiende la liberación de las obligaciones necesarias para vivir, de tal forma que las personas bajo un determinado sistema político pueden tener un tiempo de ocio, y así realizar sus metas personales, emprendiendo el camino al autoconocimiento y la autorrealización.
La importancia de la política radica en que a través de su ejercicio se posibilita la libertad de los individuos, la seguridad en el ámbito público y privado, generando con ello estabilidad en la sociedad, construyéndose elementos que den la posibilidad a sus miembros de buscar y encontrar sus propios fines.
Como se adelantó, este descontento de la ciudadanía con respecto a lo político es del todo atribuible a la clase política, como ejemplo podemos citar el número tan alto de exgobernadores bajo la lupa de la acción de la justicia, ya sean presos, procesados o prófugos.
Estos casos denotan el nivel político que tenemos alejado del todo de la concepción que Hannah Arendt tiene de la política y aquellas funciones que debe de cumplir, por ello más que nunca es necesaria la discusión filosófica de la política y aquello que debe de aportar a la vida cotidiana.
Por lo anterior, debemos buscar los espacios de discusión de aquello que la política debe ser, esto es “…asegurar la vida en el sentido más amplio…” (Arendt, 1995, P.69) de tal forma que lo político propicie en espacio que fomente las posibilidades más elevadas del ser humano, como mecanismo para la convivencia social.
Bibliografía
Arendt, Hanna. ¿Qué es la política? Barcelona: Paidos, 1997. PDF.