En a.C., un pastor de Éfeso incendió el templo de Artemisa (diosa Artemisa o Diana) considerada una de las siete maravillas del mundo, el incendiario respondía al nombre de Eróstrato; cuando fue interrogado sobre su acción, confesó bajo tortura que su único fin fue lograr fama a cualquier precio. Al descubrirse la intención del incendio, se prohibió bajo pena de muerte el registro del nombre de este para las generaciones futuras, lo cual, evidentemente, no bastó para borrar de la historia ni el nombre ni tampoco la acción.
Qué quería Eróstrato: seguro pasar a la historia y lo logró.
Las anteriores líneas hacen de introducción del presente trabajo y nos dan cuenta de la necesidad que tiene el ser humano de permanecer y de contar la historia, ante esta necesidad podemos destacar las posturas de Nietzche y de José Ortega y Gasset que aparecen como opuestas.
Por lo que hace a Nietzche, critica el pensamiento histórico, entendido como la idea de que para comprender perfectamente algo es necesario hacer historia, una recolección de hechos y con ellos desentrañar como se conformó un acontecimiento. Cuestiona la cultura histórica que predomina en su época, en relación en cómo funciona y como es útil para la vida, esto es, que tan importante es para un pueblo o para un individuo un tipo de saber que le ayude a vivir su vida más plena y desarrollarse de una mejor manera, se cuestiona hasta qué punto la historia destruye la vida, por tener siempre la mirada puesta en el pasado, para el filósofo alemán esa mirada destruye a las sociedades y a lo que podemos hacer con nuestra propia existencia.
Señala que existen tres formas de hacer historia: Monumental, la cual pertenece a los activos y fuertes; Anticuaria, pertenece a los conservadores y a los que veneran; Crítica, es la fuerza que se emplea para romper con el pasado, ya que cada época anterior es digna de ser crítica y sentenciada.
Por lo que hace a la Monumental y la Anticuario, refiere que son formas que destruyen la vida, puesto que no ofrecen nada al presente, la primera de ellas reseña una serie de personajes o episodios grandiosos de aquellos que se han ido dejando de lado los pequeños acontecimientos o momentos que dieron lugar a la historia monumental; por lo que hace a la forma Anticuaria, señala que destruyen la vida porque no todos los momentos son dignos de veneración, dejando de lado una cantidad de acontecimientos importantes para formar la historia.
Por lo que hace a la forma crítica, ella no tiene como criterios los grandes momentos ni los momentos maravillosos, en ella se hace un recuento de todos aquellos pequeños momentos o momentos anónimos que nadie puede apropiarse de ellos y tiene como principal característica el olvido y a través de ese olvido hacer algo nuevo.
Por su parte, Ortega y Gasset postula que la fe en la razón religiosa fue sustituida por la fe en la razón encauzada hacia el mundo físico, el hombre descubre que el mundo posee una estructura racional, es decir, que la realidad tiene una organización coincidente con la del intelecto humano, en principio como una razón basada en las matemáticas.
Como un segundo momento señala Ortega que la ciencia física no puede dar respuesta a lo que es el ser humano, los portentos, en principio inagotables, de las ciencias naturales se detendrán siempre ante la extraña realidad que es la vida humana. Ante la imposibilidad de la razón física para descubrir lo humano, aparecen las llamadas ciencias del espíritu, entre ellas, las ciencias morales o de la cultura.
Llega el punto en el cual la razón naturalista no logra aclarar lo humano, para Ortega, el pasado “…lo habrá como presente y actuando ahora en nosotros..” de tal forma que la razón histórica vuelve inteligible la vida “…nada pueda estar verdaderamente claro en historia mientras no está toda ella clara…”
Las posturas tanto de Nietzche como de Ortega aparecen opuestas, uno de ellos señala que la historia en la forma en la cual es estudiada destruye la vida, para el otro la historia constituye la vida misma; la historia, dos visiones, a manera de conclusión podemos decir que destruiremos nuestra vida si nos volcamos al pasado sin reflexionar en nuestro presente, por otra parte, la visión judío-cristiana del tiempo nos robará la vida si no vivimos nuestra existencia presente creyendo que la verdadera esta después de nuestra muerte.
Bibliografía.
Nietzsche, F. Sobre la utilidad y el perjuicio de la historia para la vida.
Ortega y Gasset, José. Historia como sistema
Ferrater Mora, J., Cuatro Visiones de la Historia Universal