RIUS: el genio crítico de la historieta mexicana

Eduardo del Río García, más conocido como RIUS, es una figura fundamental en la cultura mexicana, pues destacó por su aguda crítica social y su talento para la historieta. A través de su obra, logró una simbiosis única entre humor, educación y activismo, dejando un legado indeleble en la conciencia colectiva de México.

Nacido el 20 de junio de 1934 en Zamora, Michoacán, comenzó su carrera como dibujante en los años 50, colaborando con diversas revistas y periódicos. Su estilo, caracterizado por una línea sencilla, pero eficaz, se complementó con una aguda capacidad de análisis, que utilizó para abordar temas de política, religión, economía y cultura popular. Esto lo convirtió en un pionero de la historieta como medio de reflexión crítica en un país donde las élites controlaban la mayor parte de la información.

Rius Mono

Una de sus obras más emblemáticas es Los Supermachos, publicada por primera vez en 1965. A través del pueblo ficticio de San Garabato, el autor presentó una sátira mordaz de la política mexicana, utilizando personajes arquetípicos que reflejaban las dinámicas de poder y las injusticias sociales. Su capacidad para transmitir mensajes complejos de manera accesible y humorística le ganó una amplia base de lectores.

En 1969, RIUS lanzó Los Agachados, otra historieta con un enfoque similar, pero con una visión aún más crítica y educativa. En ella, abordó temas como la corrupción, el imperialismo, el comunismo y el capitalismo, siempre desde una perspectiva que invitaba al lector a cuestionar el statu quo.

A lo largo de su carrera publicó más de 100 libros, muchos de ellos auténticos manuales de conciencia social. Títulos como Cuba para principiantes, La panza es primero y Manual del perfecto ateo no solo fueron éxitos de ventas, sino que se convirtieron en herramientas de formación para varias generaciones de mexicanos.

RIUS no solo fue un caricaturista, sino un educador popular. Su obra permitió a miles de personas acceder a ideas y conceptos que de otro modo les habrían sido inaccesibles. Con su estilo desenfadado y didáctico, fue capaz de desentrañar las complejidades de la política y la sociedad, convirtiendo la historieta en un vehículo para el cambio social.

Eduardo del Río falleció el 8 de agosto de 2017, dejando un vacío imposible de llenar en el ámbito de la crítica social en México. Sin embargo, su legado sigue vivo en sus libros, que continúan siendo leídos y estudiados por nuevas generaciones. A través de su obra, RIUS nos enseñó que la risa y el pensamiento crítico pueden, y deben, ir de la mano.

El autor no fue solo un caricaturista, sino un maestro de la sátira que, a través de su ingenio y compromiso, iluminó las sombras de la realidad mexicana.

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