Pertenecer a un espacio determinado se ha convertido en una incesante búsqueda por elegir el lugar que pretendemos habitar, migrando a las grandes ciudades dentro del mismo país o yendo a otro que ofrezca nuevas oportunidades para nuestro desarrollo humano.
En muchas ocasiones esto representa un signo de lucha constante por vivir ahí donde creemos pertenecer y, sin saber por qué ni cómo, terminamos siendo parte de ese fenómeno metropolitano.
Las metrópolis son ciudades que han tenido un desarrollo trascendental en su infraestructura en ámbitos de importancia para el desarrollo humano. Esta es la razón que las convierte en una atractiva influencia para quienes buscamos mejores oportunidades laborales en nuestra pretensión de mejorar nuestra condición de vida.
De acuerdo con Pérez Torres, la planificación de las ciudades en el mundo nació de la competencia multidimensional entre diversos sectores económicos y empresariales en regiones y ciudades que fueron beneficiando a las corporaciones internacionales.
Con la pretensión de comprender mejor el espacio que habitamos, y para evitar confusiones conceptuales, recurrimos a Pérez Torres, quien al hablar de metropolización insiste que debe ser entendida como un proceso que produce una ciudad cualitativamente distinta al anterior modelo de ciudad industrial.
Con la aparición de la Ciudad Industrial en el siglo XIX, el tamaño de las ciudades fue creciendo de manera insospechada gracias a sus avances tecnológicos, y en función de su crecimiento en aspectos como la comunicación y la forma de transportarse, pero, sobre todo, en los aportes en materia de ingeniería para el desarrollo de la construcción de edificios y obras civiles.
Para Pérez Torres, la concepción moderna de metrópolis es solo para pocas ciudades con grandes conglomerados urbanos que generalmente influyen sobre ciertas áreas y además constituyen símbolos de la modernidad con avances tecnológicos que se convierten en sedes de poder económico.
Estas metrópolis se han convertido en atractivos imprescindibles del imaginario social en la literatura y el cine. Por ejemplo, en la película “Manhattan” de Woody Allen se rinde tributo a Nueva York, a sus calles y edificios más famosos, desde el Empire State, el Building y el Chrysler, como íconos arquitectónicos de la gran manzana a finales de los 70, los cuales se suceden una y otra vez en planos en blanco y negro.
Según Pérez Torres, las megaciudades son las metrópolis más pobladas del mundo, donde se integran dinámicas mundiales como procesos de innovación, intercambios culturales, principales eventos y acontecimientos de orden mundial.
Cito de Pérez Torres:
La hipótesis de la “Ciudad mundial” de Friedmann es un paso importante en la literatura sobre las metrópolis, debido a que distingue la importancia que tienen las ciudades por sus funciones y no solo por su tamaño. Con base en lo anterior, es interesante reflexionar que, si bien la Zona Metropolitana del Valle de México actualmente es la quinta megaciudad en tamaño a nivel mundial, solo ocupa un lugar secundario dentro de la jerarquía de las ciudades mundiales, sin llegar a ser una ciudad global.
Las enormes concentraciones de población que hay en nuestras ciudades se debe a que somos un país en desarrollo. En esta dinámica donde las megaciudades van en aumento, la ONU estimaba en 2006 que para el año 2025 la mayoría de ellas estarán ubicadas en países en desarrollo. Su concepto las define, de acuerdo con Pérez Torres, como grandes concentraciones de población del mundo.
La Zona Metropolitana del Valle de México tiene como centro de atención a la Ciudad de México, la cual, de acuerdo con Pérez Torres, es concebida como una metrópolis con una dimensión de carácter funcional, con una posición privilegiada no solo en su carácter urbano, sino en su relación con otros asentamientos de base económica distinta que necesitan de los bienes que provee la ciudad principal.
Cito a Aguilar, Adrián Guillermo:
Las ciudades chicas están constituyéndose en un elemento básico del poli-centrismo en la periferia metropolitana y desempeñan varias funciones importantes como núcleos urbanos emergentes: abastecen de mano de obra barata a la mega-ciudad; proveen de un amplio rango de bienes y servicios a su periferia rural; y en varios grados sirven de ciudades satélites a la gran ciudad y su economía metropolitana.
En México, las zonas metropolitanas más importantes muestran un crecimiento bastante evidente con respecto al resto de las ciudades pequeñas. Así, para Pérez Torres, la metropolización se ha identificado por lo general con la idea de la conversión de una ciudad a metrópolis, para lo cual se necesita de la expansión de un área urbana dentro de territorios político-administrativos, donde el concepto intenta delimitar el fenómeno de metropolización en función de una zona o área metropolitana que puede ser entendida de manera distinta en otros países del mundo.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
Aguilar, Adrián Guillermo (Coordinador), Las grandes aglomeraciones y su periferia regional. Experiencias en Latinoamérica y España, Instituto de Geografía – UNAM, CONACYT, Miguel Ángel Porrúa Editor, 2006, México, 379 pp.
Pérez Torres, Daniel Enrique, Las Zonas Metropolitanas de México. Estructuración Urbana, Gobierno y Gobernanza, UAM, 2013, 318 pp.
Fotografía de Fernando Luna Arce, Forbes México.