La violencia doméstica (no) existe

La violencia doméstica es un tema que se ha abordado en diferentes ocasiones y desde distintos puntos de vista, hay quienes incluso están cansados de leer o escuchar sobre esta situación, o peor aún aquellos que dudan de la existencia de dicha problemática. Con la pandemia del 2020, los ciudadanos del mundo se vieron obligados a hacer cuarentena en diferentes periodos de tiempo, en el caso particular de Chihuahua inició en marzo del 2020 y a más de un año de su comienzo seguimos condicionados en nuestro hogar.

La manera en la que ambos temas se relacionan es que debido a la cuarentena obligatoria el número de casos de violencia doméstica aumentaron en un 60% aunque las personas dejaron de asistir a los sitios de ayuda, el problema seguía ahí y no se podía hacer mucho. A pesar de esto, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aseguró en diversas ocasiones que no ocurría nada, desinformando a los ciudadanos:

“El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo durante su conferencia matutina que los conservadores quieren mostrar a su gobierno como contrario al feminismo, y aseguró que durante el confinamiento por coronavirus hubo reencuentro y no violencia intrafamiliar. Las declaraciones fueron hechas después de presentar las recientes cifras de homicidios en el país.” (CNN, mayo 2020).

Se dice que el mes con más violencia doméstica fue mayo del 2020, además que las llamadas de emergencia y las búsquedas en Google sobre el tema aumentaron exponencialmente desde el inicio de la pandemia:

“Aunque las llamadas de auxilio no son suficientes para determinar con certeza la tendencia de violencia doméstica, sí son un referente para monitorear el impacto de la crisis económica y sanitaria al interior de los hogares. De acuerdo con las cifras oficiales reportadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), sólo en marzo las llamadas procedentes incrementaron 23% respecto de febrero. Por su parte, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública reportó un aumento de 32% en este mismo lapso sólo en la Ciudad de México.

 Adicionalmente, los datos reportados por el Consejo Ciudadano arrojaron que sólo en los primeros siete días de abril ya se habían reportado cerca del 50% del total de llamadas registradas en el mes previo y que el principal agresor era identificado como la pareja, novio o esposo. Estas cifras alertaron a las organizaciones, instituciones y colectivos sobre una tendencia al alza de la violencia dentro de los hogares.”(El Economista, mayo 2020)

Sin embargo, nuevamente el presidente durante su conferencia mañanera, de algún día de mayo del 2020, contradijo los datos de su propio gabinete:

“Pero el presidente de México le restó importancia al anuncio realizado por su propio gabinete, sugiriendo, sin evidencia, que la mayoría de las llamadas de auxilio no eran más que bromas.

“El noventa por ciento de esas llamadas que te sirven a ti de base son falsas”, dijo el presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando le preguntaron sobre el aumento de las llamadas en una reciente conferencia de prensa. “Esto sucede lo mismo en las llamadas que recibe el metro sobre sabotajes, sobre bombas”.” (The New York Times, mayo 2020).

El máximo mandatario asegura que el país está en paz y no hay de qué preocuparse, según él la violencia no está generalizada pero los medios lo hacen ver como si fuera un problema más grande de lo que es.

El subsecretario General Adjunto de la ONU y Director Regional de América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva, publicó un artículo por medio de la página digital de la UNDP en noviembre del 2020 que se titula “¿No hay lugar más seguro que el hogar?: el aumento de en la violencia doméstica y de género durante los confinamientos por COVID-19 en ALC”. Dando a entender que el tema seguía vigente y preocupando a diversas organizaciones:

“Sin embargo, aunque las órdenes de quedarse en casa pueden ser necesarias para mantener a las personas a salvo del virus, también pueden poner inadvertidamente a otros en mayor peligro de otros riesgos mortales—como el peligro de la violencia doméstica y de género. Como señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, a principios de abril, luego de su llamado a un alto el fuego global para enfocarse en abordar la pandemia: “La violencia no se limita al campo de batalla. Para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor donde deberían estar más seguras. En sus propios hogares… Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para suprimir el COVID-19. Pero pueden atrapar a mujeres con parejas abusivas.”

Los niveles más altos de estrés social y económico debido a la pandemia combinados con la movilidad restringida fuera del hogar y el acceso reducido a los servicios han creado una olla a presión para potenciales abusos. En América Latina y el Caribe, donde la violencia de género ya estaba muy extendida antes de la pandemia y donde se han prolongado las estrictas órdenes de permanencia en el hogar, esto es particularmente preocupante.” (undp.org, noviembre 2020).

En Chihuahua hubo un alarmante incremento del 100% en los casos durante el inicio del año 2021:

“…el Instituto Chihuahuense de las Mujeres aumentó en más del 100 por ciento el número atenciones prestadas en casos de violencia, al pasar de un promedio de 10 mil en los años anteriores, a más de 21 mil.

De acuerdo con la dependencia, esta situación se atribuye al confinamiento de las familias en los hogares a causa de la pandemia de COVID-19.

Del total de casos atendidos de violencia contra las mujeres, 9 mil 743 (43%) fueron por agresiones de tipo psicológico, patrimonial 7 mil 237 casos (32%), física 4 mil 342 casos (20%), sexual 941 casos (4%) y económica 211 casos (0.2%).

En el periodo de marzo a diciembre, se recibieron 4 mil 547 casos de nuevo ingreso, cifra que incrementó en relación con el mismo lapso de 2019, cuando se recibió a 2 mil 730 usuarias.” (Gobierno de Chihuahua, enero 2021).

Para confirmar la información acerca de la violencia doméstica en el estado de Chihuahua, se le consultó a una psicóloga de apellido Delgado, quien pidió que su nombre no fuera revelado para no afectar a alguna persona con la que estaba trabajando:

¿Qué puede decir acerca del aumento de violencia durante el confinamiento por Covid?

Debido al encierro obligatorio hubo una disminución de atención ya que el seguimiento de forma presencial fue suspendido debido a la pandemia; se tomaron otras estrategias como prestar el servicio por llamada, vídeo llamada, con el uso de plataformas digitales (Zoom, Meet, etc.), sin embargo el  aumento fue preocupante, varios casos activos presentaron retroceso en su avance y a los nuevos registros se les tuvo que dar respuesta en velocidad más lenta de la esperada.

Al principio de la pandemia se estancó el número de atenidos porque estos mismos no asistían, por lo que el gran despunte se vio en mayo y desde ahí aumentó mes por mes hasta el 2021, en comparación con otros años, hasta un 60% más.

En sí, la violencia no disminuyó realmente con la congregación de las familias en casa, se trató de crear un imagen muy romántica de la convivencia, lamentablemente no siempre era así y las personas que antes podían salir a la escuela, trabajo o hacer otras actividades para estar lejos de la situación de riesgo tuvieron que permanecer en casa y esto desencadenó el aumento de la violencia, además generó gran estrés por la falta de trabajos o situación económica delicada y por ende buscaban una forma de liberar su ansiedad o temores y en su mayoría lo desahogaba con la familia o pareja.

Quiero decir que la violencia es un fenómeno con muchas aristas, con la nueva normalidad puede ser que las familias vuelvan poco a poco a sus rutinas y al no estar entre cuatro paredes pudiese disminuir un poco, sin embargo en cuestión de la nueva normalidad es erróneo pensar que será la salida definitiva del problema. Lo que le puede poner fin es concientizar a las personas sobre la situación y educar a los hijos para que rompan los patrones de violencia.

¿Cuáles son las variantes de violencia que se han vivido durante el Covid y cómo podemos reconocerlas?

La violencia doméstica, tiene diferentes variantes como física, emocional y sexual, está última sobre todo en niños y adolescentes, en todas sus modalidades (sexting, abusos, tocamientos, violaciones).

En cuanto a la violencia física es más fácil de detectar ya que es directamente en el cuerpo como moretones, o golpes. Existe también la que a simple vista no se ve, como las heridas internas pero en general es más sencillo reconocer a una víctima de este tipo de violencia.

Por otro lado, la violencia psicológica (emocional) tiene que ver con manifestaciones verbales, como groserías, humillación, no tomar en cuenta a la persona, anular su valor. Finalmente la sexual es lo relacionado a las partes íntimas de la víctima.

Existe también la violencia económica que consiste en que la persona sea privada del dinero que por derecho es suyo (por ejemplo cuando trabaja y se le quita el dinero) o ya sea que no reciba alguna pensión que le corresponde.

Por último se encuentra la violencia patrimonial es cuando privan a la víctima de las propiedades o de tener decisión sobre las cosas del hogar.

Las víctimas de violencia doméstica se pueden reconocer por diferentes vertientes, si es el aspecto físico puede ser con las constantes manifestaciones de violencia en su cuerpo, que las víctimas tengan la mirada hacia abajo, que estén más alerta de su entorno. En violencia emocional se consideran síntomas como: alejamiento de la socialización, ansiedad, depresión, pueden manifestar deseos suicidas, fobias, miedo irracional a cierto tipo de explicaciones.

También hay consideraciones de salud; una víctima puede sufrir dolores de cabeza constantes, gastritis, colitis, etc. En el aspecto sexual también hay señales tales como recurrentes infecciones de transmisión sexual, miedo al contacto físico.

Depende mucho de lo que la víctima está viviendo, por ejemplo algunas personas no pueden decidir en qué gastar su dinero o tienen que pedir permiso para hacerlo, en otros casos no pueden salir de casa por no saber qué actividad quieren realizar, preocupación extrema. Estas son las principales señales de que alguien vive una situación de violencia.

En el caso de los niños y adolescentes se puede notar cuando se tiene un cambio radical en su personalidad, aunque no reciba violencia como tal, también es afectado por el ambiente en el que se desenvuelve; el miedo a personas especificas puede ser señal de violencia sexual al igual que un retroceso en su control de esfínteres y que en sus partes íntimas tengan alguna irritación o algo por el estilo. Los adolescentes suelen bajar de calificaciones repentinamente o desahogar sus emociones con amigos, pareja, adicciones, inquietud, etc.

¿Qué similitudes hay entre los casos?

Cada uno tiene sus particularidades y se subdividen en áreas de atención según el tipo de violencia que se detecte en cada víctima o del nivel de riesgo de la misma.

Por ejemplo, los casos antes activos en 2020 hay quienes siguieron asistiendo como los que por diferentes motivos, por ejemplo falta de dinero, cambio de domicilio, poco tiempo disponible, etc., no lo hicieron. La violencia es una situación de constante cambio, algunos dejan de acudir, otros acudían y regresaron y hay muchos casos nuevos.

El semáforo epidemiológico influyó demasiado en la forma de trabajar, durante el semáforo rojo muchas personas se cuidaban y por ende no asistían; el aforo en los lugares de asistencia disminuyó por esa razón. Gracias a las nuevas estrategias de atención se pudo retomar el trabajo- tanto casos nuevos como viejos- pero gracias a las medidas del gobierno se pudo sentir el cambio en la estrategia de trabajo.

¿Qué es lo más difícil de trabajar en esta situación?

Lo más difícil de trabajar con el tema de violencia es la seguridad de la víctima, ya que las personas que los agreden no quieren que asistían a terapias o en busca de ayuda, por lo que se manejan muchos procesos para protegerlos a ellos e incluso a los que les dan la ayuda, ya que se pueden ver amenazados por la misma cuestión. También el ayudar a los afectados a trazar un plan de vida fuera de su situación para que se visualicen libres y recuperen la confianza, el autoestima, su valor y, en algunos casos, sus ganas de vivir.

Otro cuidado a considerar es la salud del paciente, ya que las heridas deben sanar o los problemas antes mencionados (infecciones, enfermedades, etc.) deben ser tratados a la par de lo psicológico. Se debe tener un equilibrio entre todas las áreas.

A modo de reflexión y conclusión dijo: “La forma de erradicar la violencia sería que desde la formación de niños y niñas se incluyan los temas de perspectiva de género, los temas de atención a la violencia; en adolescentes que se vean temas preventivos de la violencia y educación sexual. Ir eliminando los estándares machistas sobre las actividades “exclusivas de un género y el otro”, y sobre todo dejar de relacionar el pedir ayuda con algo malo como “vas al psicólogo porque estás loco” “para que vas al psicólogo si tú no tienes problemas” “hay gente que está peor que tu” entre otras, hay que enseñarle a los hijos que no pasa nada al ir de forma preventiva porque sienten que algo está mal. La atención es muy importante.”

Luego de entrevistar a la psicóloga Delgado, quien es experta en el tema desde su formación profesional; se le hicieron preguntas a una víctima de violencia doméstica cuyo nombre no será mencionado para respetar su confidencialidad.

¿Cuándo se dio cuenta que era víctima de violencia?

La verdad mi pareja siempre se comportaba de manera agresiva conmigo, desde que éramos novios pero yo lo justificaba diciendo que así era su personalidad. Fue en mayo o junio del 2020, no recuerdo, que él tuvo que hacer cuarentena en el trabajo y empezamos a pasar los dos tiempo completo en la casa, de ahí me humillaba, me insultaba y fue hasta que me golpeó que me di cuenta que no era normal ese trato hacia mi persona.

¿Pidió ayuda de inmediato?

Al principio no, yo pensé que cuando él volviera al trabajo se iba a calmar la situación. Además que me daba miedo que se diera cuenta y me golpeará más.

Fue apenas como en abril de este año que fui a buscar ayuda porque no aguanté la situación.

¿Fue víctima de cuantos tipos de violencia?

Yo creía que la violencia eran golpes nada más, pero ya cuando me explicaron todos los tipos de violencia, bueno a mí me dijeron 5 pero desconozco si hay más; ya con eso me di cuenta que vivía los cinco.

La psicológica fue obvio con eso de los insultos y humillaciones, me golpeó y al momento de tener relaciones yo le decía que no pero él seguía adelante diciendo cosas como “te va a gustar”, “ahorita te dan ganas”, etc. Cuando me enteré de la violencia económica y patrimonial me di cuenta que también las vivía porque nunca me dejaban tomar decisiones en el hogar y jamás llegue a tocar el dinero que a veces me enviaba mi papá.

¿Cómo te decidiste a salir de esta situación?

Al principio pensé que la cuarentena nos iba a acercar como en la televisión, cuando se disparó la violencia tontamente creí que yo podría cambiarlo y ser la pareja feliz que yo creí que éramos. Cuando me di cuenta que solo empeoraban las cosas pues hablé con una conocida y ella me recomendó ir con ayuda.

¿Qué ha sido lo más difícil del proceso?

Todo, desde el tema de alejarme de él e interponer una demanda hasta sanar mi propio cuerpo y espíritu.

He tenido mucho apoyo de mucha gente pero aun así me da como culpa o sigo teniendo el pensamiento de que las cosas entre él y yo podrían haber sido diferentes.

¿Crees que si no hubiera habido cuarentena seguirías en esta situación?

Si porque a pesar de todo el daño emocional yo nunca lo hubiera notado, de no haber sido por los golpes que me dio entonces yo habría seguido con él probablemente justificando su carácter o algo así.

Me pone triste pensar que hay muchas situaciones como la mía que pasa desapercibida para la población y que la desinformación sea la mayor cómplice de los agresores.

Finalmente con el fin de averiguar que tanto sabe la juventud sobre el tema se hizo una encuesta a 20 jóvenes de entre 18 a 30 años para conocer que tan bien informados están del tema y que proponen para erradicar la violencia o en todo caso ayudar a quienes lo sufren:

En la pregunta 1, ha presenciado alguna situación de violencia doméstica. El 65% de los encuestados respondieron que SI, el 25% que NO y el 10% restante no está seguro.

La pregunta dos ¿Fue en su propio hogar? El 52,9% dijo que NO, sin embargo el 41,2% respondió que SI y finalmente el 5,9% prefirió no decirlo.

En la pregunta tres se les cuestionó que tipo de violencia presenciaron, siendo GRITOS la opción más común por el 57,1%, seguido de HUMILLACIÓN con 28,6% y finalmente GOLPES con 14,3%.

En la pregunta, ¿Está enterado o enterada de que la violencia doméstica aumentó durante la cuarentena obligatoria? El 85% dijo que SI, y el 15% restante no sabía del tema.

La siguiente cuestión tuvo relación con la pregunta anterior ¿A qué cree que se debe esto? El 45% dice que siempre hubo violencia pero fue más evidente durante la cuarentena, un 30% le atribuye esto a que el agresor pasó más tiempo en casa, el 20% considera que el mismo encierro tuvo la culpa, y el 5% opina que es debido al estrés de la situación.

Se les preguntó qué periodo de tiempo creen o saben que tuvo más registros de casos de violencia doméstica. El 3’% dijo que entre Julio y Agosto del 2020, el 20% dijo que en mayo-junio del 2020, 25% expresó que de marzo a abril del 2020, el 15% cree que entre noviembre y diciembre del 2020, un 1% dice que de septiembre a octubre de 2020 y finalmente el 1% restante dice que mayo-junio del 2021.

Lo siguiente que se preguntó ¿Cree que el semáforo epidemiológico influyó en esto? Refiriéndose a la violencia. El 60% dijo que SI, el 10% que NO y un 30% NO SÉ.

Luego ¿Cuántos tipos de violencia conoce? El 40% conoce 3, el 25% 4, otro 25% 5, el 5% conoce 1 y el otro 5% conoce 2.

En la pregunta 9 ¿Cuál cree que es la violencia más común dentro del hogar? Solo dos respuestas tuvieron votos, PSICOLÓGICA con 80%, y FÍSICA con 20%.

Se preguntó ¿Qué grupo considera que sufre más violencia doméstica? El 90% de los encuestados respondió que las mujeres que son amas de casa son quienes sufren más, el 5% respondió que adolescentes entre los 13 y 23 años, y el último 5% dice que hombres que desempeñan la tarea de ama de casa.

La cuestión 11 fue ¿Quién considera que ejerce la violencia? (sea del tipo que sea). El 50% respondió que el agresor es la PAREJA, el 25% que el PADRE, el 15% que los PADRES, es decir mamá y papá o ambas figuras de autoridad; y el 10% que un FAMILIAR.

En la última pregunta se les dejo un espacio libre para que escribieran que estrategia proponen para acabar con la violencia o en todo caso apoyar a las víctimas, las respuestas fueron: no normalizar la violencia, que el gobierno empiece a hacer frente a la situación en lugar de ignorarla, estar atentos a las señales de ayuda e informarse del tema, un mejor sistema de atención, grupos de apoyo, normalizar la ayuda psicológica, investigación más profunda del tema, talleres de concientización y ayuda, sentar educación en el tema desde temprana edad, etc.

En conclusión, la violencia doméstica sigue siendo un tema alarmante para la sociedad, es algo que debe ser tratado con delicadeza y no ignorado solo porque no pasa en sus hogares.

Se debe de informar a la sociedad sobre esto y no ocultarlo.

Fuentes:

 

 

Related posts