EL ALCOHOLISMO EN JOVENES, EL ENEMIGO SILENCIOS (REPORTAJE: Alejandro Piñon, Carolina Carrillo, Wendy Flores)

 “En un momento no era muy buena  la convivencia que tení­a con mis familiares, fue por eso que comencé a tomar y tomar hasta llegar a un punto donde yo me sentí­a satisfecha de lo que hací­a sin importar que mi familia estuviera apoyándome en todo, hoy ya rehabilitada estoy muy satisfecha con la relación que llevamos puesto que nos ayudamos y nos contamos todo para no volver a caer en las adicciones”

Ella es Paulina, una joven profesionista de 24 años de edad,  llena de aspiraciones metas y sueños por conquistar con un camino por recorrer abastecido de logros personales y profesionales Una lucha constante por conquistar el mundo. Esta es su vida, un presente fortalecido en el pasado Su pasado, un periodo espacial y temporal que dejó huella profunda de sus propias decisiones.

Desde pequeña Paulina tuvo una etapa muy difí­cil pues a lo largo de su niñez y juventud, la falta de atención y apoyo familiar que todo padre le daba a sus hijos era algo que ella desconocí­a, “llegando de la escuela me metí­a en mi recamara y nadie lograba sacarme de ahí­ era como yo y solamente yo”, externa la joven.

Ya en la adolescencia cuando cursaba el primer año de secundaria llegó a sufrir acoso y bullying por parte de sus compañeros, ello fue un factor importante que causó que perdiera la confianza de las personas de su misma edad y no poder llagarlas a considerar como amigos.

La falta de un núcleo familiar sólido, aunado a la ausencia de relaciones amistosas provocaron que Paulina sintiera la necesidad de refugiarse en otros ambientes ajenos a lo que a su edad deberí­an ser.

Es a partir de ese momento que Paulina inicia una etapa rodeada de sustancias tóxicas para su organismo, las salidas constantes a centros de diversión nocturna no se hicieron esperar, es aquí­ cuando Paulina inicia con problemas de alcoholismo “poco a poco uno inicia a consumirlo sin pensar que en un momento uno se va a volver adicto”, señaló.

La necesidad de consumir alcohol y la falta de dinero la orillaron a cometer actos delictivos y faltar a las reglas del hogar, la joven Paulina es ya dependiente del alcohol a pesar de no cumplir la mayorí­a de edad; y así­ pasaron meses incluso años, hasta que en un momento el problema en el consumo de bebidas embriagantes se agravó a tal grado que atentara contra su vida.

“Fue hace  2 años aproximadamente  que fue por sentirme mal sentimentalmente llegué a tomarme una gran cantidad de pastillas para dormir lo que me provocó estar internada en el hospital más de una semana”, comentó Paulina.

Después de esto Paulina fue internada en un centro de rehabilitación en donde recibió atención especializada durante los siguientes cinco meses.

“Las primeras semanas sin duda fue lo más difí­cil, no querí­a saber nada de mis papás, porque yo lo veí­a como un castigo y no lograba considerarme una persona dependiente del alcohol. Es muy difí­cil que desde el momento en que entras a ese sitio dejes de tomar así­ de rápido se necesita mucha fuerza de voluntad  para poder dejarlo”, continúa.

Hoy Paulina disfruta de su familia y de esa vida llena de metas, ahora solo queda el recuerdo de lo que un dí­a fue su problema de alcoholismo un problema que sigue latente a cada segundo

Pero, ¿Qué rol juega la familia en la problemática de consumo de alcohol en jóvenes?

La especialista en salud mental Magdalena Urbina indica que una familia adecuada es un canal que puede fungir como un soporte de valores y un ejemplo a seguir para los infantes.

“Desde la educación en los niños, un joven que  tiene buenos hábitos alimenticios, que tiene buenos ejemplos en casa, que practica ejercicios algún deporte, es mucho más difí­cil que tienda a la dependencia de cualquier substancia”, comentó la experta tras señalar que la comunicación con los hijos es esencial pues además influyen otros cí­rculos como la sociedad.

Las personas con baja autoestima tienden a consumir alcohol, se validan y se valoran a través de algo externo como esta substancia lo que provoca un  cí­rculo vicioso en este consumo.

Sin embargo, ¿Qué sucede cuando se inicia con el problema de la adicción?, ¿Qué aspectos se deben de considerar para sobre llevar una rehabilitación?

Cuando una persona depende del alcohol para funcionar es un indicador de alarma, pues ninguna adicción es fácil de romper mucho menos la dependencia a un fármaco que provoca en el cuerpo del individuo cambios bioquí­micos, lo que reduce la calidad de vida; según lo indica la especialista, “el alcohol daña órganos internos, daña el hí­gado daña el cerebro, daña el estómago entonces su esperanza de vida es menos”.

No obstante existen organismos de apoyo que brindan atención oportuna para ayudar al implicado a suprimir la necesidad de consumir drogas; uno de ellos es el Centro de Integración Juvenil (CIJ), una asociación civil que ayuda contribuir en la reducción de la demanda de drogas con la participación de la comunidad a través de programas de prevención y tratamiento, basados en la evidencia para mejorar la calidad de vida de la población.

El CIJ a través de su Programa de Tratamiento y Rehabilitación pondera factores y acciones de impacto positivo en la recuperación del paciente adicto pues en su plan de tratamiento busca suprimir el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas; brindar atención integral a los problemas psicológicos y de salud generados por el consumo de substancias, donde se incluye la rehabilitación y reinserción social; así­ como proporcionar apoyo y orientación a los familiares de los consumidores de sustancias adictivas, con la finalidad de favorecer ambientes libres de drogas y mejorar su desempeño y calidad de vida.

Ante esto la psicóloga Magdalena puntualizó que cuando la  familia asume la situación como un problema de grupo, la rehabilitación es más oportuna porque se tiende a buscar ayuda y soluciones sin propiciar el  juicio o la búsqueda de culpables.

En referencia al apoyo psicológico o psiquiátrico, la profesional en salud mental reveló que existe una distinción entre el uso, abuso y la adicción, variaciones que definirán el tipo de tratamiento, “el abuso es cuando uno no se mide en una fiesta pero no lo hace dí­a a dí­a;  una adicción es cuando ya dí­a a dí­a lo consume y el uso no representa un indicador para recibir ayuda”.

Por lo anterior existen diversos tratamientos enfocados cada uno al nivel de gravedad que presenta la persona alcohólica, que son:

INTERVENCIí”N TEMPRANA. Para jóvenes que empiezan a consumir alcohol, tabaco u otras drogas. La intención es evitar que desarrollen una adicción y ayudar a que adquieran hábitos de vida saludables. La intervención es breve e incluye terapias de tipo psicosocial, a las que acuden los jóvenes y sus padres.

CONSULTA EXTERNA BíSICA. Para personas que tienen problemas de abuso o dependencia al alcohol, tabaco u otras drogas. La finalidad es que las personas cesen el consumo de estas sustancias, mediante una o dos sesiones por semana donde también se incluye a los padres.

CONSULTA EXTERNA INTENSIVA. Es un programa destinado para quienes tienen un problema de dependencia a las drogas. En este nivel ya se desarrollan terapias y talleres de rehabilitación de tipo médico y psicosocial.

HOSPITALIZACIí”N. El tratamiento residencial bajo el modelo de Comunidad Terapéutica es una modalidad eficiente y eficaz para aquellos pacientes crónicos que no han tenido resultados exitosos con otro tipo de modalidades, esto es debido a que el sujeto se mantiene en un ambiente protegido, altamente estructurado y atendido por un equipo interdisciplinario de profesionistas, bajo supervisión médica y con actividades psicoterapéuticas y psico-educativas con enfoque cognitivo conductual, mediante el cual el paciente reaprende a comunicarse y adoptar estilos de vida saludables.

¿Cuál es la gravedad del problema en el consumo de bebidas embriagantes?

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo nocivo de bebidas alcohólicas es un problema de alcance mundial que pone en peligro tanto el desarrollo individual como el social, lo que causa 2,5 millones de muertes cada año a la vez que  provoca  daños que van más allá de la salud fí­sica y psí­quica del bebedor, pues una persona en estado de embriaguez puede lastimar a otros o ponerlos en peligro de sufrir accidentes de tránsito o actos de violencia.

Y ¿Qué acciones se ponen en práctica para contrarrestar los efectos del alcoholismo? 

Personal Operativo del centro de diversión nocturna Boca Negra señala que por un lado el sector privado implementa acciones para evitar la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad pues este es un reglamento que controla la Secretarí­a de Gobernación del Estado de Chihuahua.

Una de los efectos más comunes de manejar bajo los sí­ntomas del alcohol es la causa de accidentes viales, ante esto diferentes corporaciones del sector público, como la Dirección de Tránsito y Vialidad y la Unidad Estatal de Protección Civil  han implementado campañas de concientización y sensibilización.

“Al estar bajo los efectos del alcohol, el cuerpo experimenta cambios bioquí­micos que en su momento no son fáciles de controlar y pueden llegar a ocasionar un accidente y poder llegar a perder a vida”, exclama un agente de vialidad.

“Es importante poder prevenir a la sociedad sobre los accidentes viales debido a su excesivo consumo de alcohol”, exterioriza el agente tras señalar la importancia de instalar retenes en las arterias principales de vialidad en nuestra localidad.

En este mismo sentido el CIJ ofrece campañas de prevención que acerca a diferentes sectores de la población como escuelas primarias, secundarias, preparatorias, colegios de bachilleres, planteles de educación técnica y universidades; no obstante también se llevan platicas a hospitales públicos y privados, y el Desarrollo Integral de la Familia; sin embargo estas acciones se desarrollan de la misma manera en colonias consideradas de alto riesgo para el uso de sustancias toxicas, por supuesto que adicionalmente se involucra a centros de trabajo.

Entonces ¿A qué refiere la situación de un problema de alcoholismo en jóvenes?

En pleno siglo XXI nos desenvolvemos en una sociedad con estilos de vida muy variados e inestables. Madres de familia trabajadoras, padres de familia dedicados a proveer el sustento familiar y cí­rculos de amistad débiles.

La falta de comunicación, la confianza, la educación y la falta de una atención se convierten en factores ponderantes que han dejado como resultado una pérdida de valores básicos para establecer relaciones y una convivencia social armónica, lo que deja como consecuencia el interés y la necesidad de experimentar nuevas experiencias sin tomar en cuenta el riesgo que ello representa.

El problema de alcoholismo en jóvenes se considera entonces una enfermedad que de no ser atendida puede provocar daños no solo en la parte fí­sica como lo es la afectación a los órganos, sino además influye de manera directa en trastornos psicológicos que limitan al individuo a sobrellevar un estilo de vida estable, por si no fuera poco la complicación del alcoholismo invade de manera indirecta a la familia del implicado.

El aumento de centros de diversión nocturna donde se difunde el consumo de bebidas embriagantes se ha posicionado como un foco de atención en los jóvenes principalmente entre 16 y 20 años de edad.

Esta disfunción social nos hace pensar sobre el porvenir que enfrentaran las próximas generaciones de jóvenes  que en su andar buscan nuevas distracciones que podrí­an representar un grave riesgo para su integridad.

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