El esfuerzo y la dedicación son dos características de Guillermo, uno de los chefs más destacables del estado grande
Con más de 25 años trabajando en la gastronomía y con una trayectoria envidiable, Guillermo Anselmo López, comenzó en el mundo culinario desde muy joven, cuando tenía tan solo 16 años de edad, “realmente caí en una cocina por error, yo no quise estudiar y mis papás me pusieron a trabajar. Yo tenía la idea de que la cocina era para las mujeres pero desde que entré me gustó y me encantó mucho.”, comenta el chef.
Sus primeros pasos dentro de una cocina fue en el restaurante la Galvia, dirigido por la reconocida chef Mónica Patiño, quien fungió como mentora de Guillermo. “Cuando entré a trabajar a la cocina, yo no sabía nada de cocina y el primer día de trabajo, la señora Mónica Patiño me habló, me abrasó y me preguntó mi nombre. Me presentó con toda la cocina y ella les dijo: “Memo va a ser un día un chef.” Yo me quedé sorprendido porque yo no me lo esperaba, puesto que entré como a cualquier trabajo no conocía los instrumentos, no conocía productos de cocina, etc. Entonces yo me quedé atónito y pensé que la señora estaba mal y no sabía qué le pasaba. Todos aplaudieron, algunos se rieron y yo me sonrojé porque lo sentí como broma y finalmente logré ser chef de la Galvia.”
Tras 12 años de servicio a dicho restaurante, Guillermo tuvo la oportunidad de seguir trabajando con la chef Patiño, sirviendo banquetes en el Auditorio Nacional y abriendo nuevas sucursales de la Galvia como la de Bosques en el DF. “La señora Mónica Patillo abrió otros restaurantes como la Taberna del León, en donde estuve trabajando por algunos años.”, mencionó el chef.
Tiempo después, Guillermo conquistó la cocina en Perú, donde trabajó cómodamente, ampliando sus horizontes y creciendo su carrera profesional. Cuando regresó a México, recibió distintas ofertas del gerente de La Casona para que se viniera a trabajar a la ciudad de Chihuahua, pero éste gran cambio, implicaría dejar atrás 20 años de rutina, lo cual “no es nada fácil.”, explica el chef.
“El gerente me raptó de México, en ese entonces yo estaba en Cd. Juárez y él me trajo hacia Chihuahua capital. Yo no venía para quedarme, él me insistió y dije pues vamos y el pasado 5 de noviembre cumplí 9 años aquí en la ciudad”.
Un aspecto que resalta el chef, es el cambio de sabores en la comida entre el DF y Chihuahua. “En lo personal me costó mucho trabajo acostumbrarme a la cocina de aquí, ya que los sabores son muy diferentes; al principio quería tacos y guisados y ahora ya soy de aquí, ya como burritos, chile colorado y por supuesto la chilaca con crema.”, dijo Guillermo.
Hablando de La Casona
Este emblemático restaurante de la ciudad cuenta con un postre llamado Delicia de Elote, el cual consiste en un pan de elote, servido con nieve y bañado en una crema que deleitará hasta el paladar más exigente.
“Todos los restaurantes son buenos, pero nosotros tenemos 9 años sin bajar el ritmo de trabajo y seguimos creciendo y mejorando, nuestros clientes están acostumbrados a cierta calidad y eso es lo que les damos.”, mencionó Guillermo.
Los Tacos Parmesanos son una combinación de queso asadero y parmesano, que se mezcla para crear la tortilla y estos se rellenan de arrachera, acompañados de pico de gallo y salsa cremosa de chile chipotle.
Otro platillo emblemático de este lugar, es el Atún en Costra de Ajonjolí Blanco y Negro, que va acompañado de salsa de soya con camarón, pimientos y espárragos. “Me gusta mucho cocinar la comida mexicana; Es una fusión de todo y afortunadamente tengo bases de muchas cocinas que me ayudan a mejorar la calidad de los alimentos que preparo.”, agregó el chef.