Como se comentó en el artículo anterior (qué es la filosofía), no hay una filosofía como tal, sino una variedad de ramas del acto de filosofar. Si, como la ciencia, la filosofía fuese una disciplina claramente definitiva y reglamentada, habría varias filosofías acorde a su objeto de estudio. Hagamos pues una división de en qué diferentes temáticas y asuntos se centra el acto de filosofar, creando ramas en este noble e inútil acto humano.

Metafísica y Ontología

Se pueden considerar dos ramas separadas, pero con una relación muy fuerte entre ambas que las vuelve indivisibles. En primer lugar, la metafísica constituye los razonamientos más teóricos que se encargan de reflexionar acerca de lo inmaterial e indemostrable empíricamente. Como su propio nombre indica, estudio de aquello que queda más allá (meta) de lo tangible (físico).

Aristóteles decía que era la filosofía primera porque cualquier otro tipo de filosofía tiene un trasfondo metafísico. Por otro lado, Kant decía que la metafísica presenta cuestionamientos tan indemostrables como inevitables: no se puede renunciar a ella (como a la filosofía), pues negar la existencia de entes metafísicos es una postura metafísica en sí misma. Esto es algo que a los ateos más recalcitrantes les cuesta mucho entender…

El tema de Dios, sus cualidades o la no existencia del mismo es uno de los temas más recurrentes en metafísica, pero también los principios originarios y finalidades últimas que rigen el cosmos. Una pregunta típicamente metafísica es “¿por qué hay algo en lugar de nada?” Es pues la disciplina filosófica más espiritual, trascendental y teórica, lo cual la hace más ajena e inútil para el usuario neófito de la filosofía. ¡Es filosofía a la enésima potencia!

La ontología en cambio se ocupa acerca de qué conforma la realidad, el asunto del ser y la existencia, o el fenómeno de la entidad. Una pregunta típicamente ontológica es “¿qué es lo que hace que los entes sean y qué es, sin embargo, lo que hace que sean distintos entre sí?” Aquí se dan respuestas que salen de la ontología propiamente dicha y entran en la metafísica, como por ejemplo decir que Dios es el responsable de que las cosas sean y que sean como son; pero también hay posturas que niegan esa posibilidad y responsabilizan al azar.

Un debate típico en ontología es la pugna entre el idealismo y el materialismo. El primero sostiene que lo real son las ideas, conceptos o esencias (dando lugar así al Ser y los entes), mientras que la segunda corriente sostiene que lo real es la materia o que ésta prevalece como origen de las ideas.

Pero lo cierto es que cualquier otra de las demás ramas del filosofar necesitan cimentarse en una metafísica y ontología, o que el pensador tome una serie de posturas metafísicas y ontológicas para poder seguir su camino.

Epistemología

La epistemología es la rama que trata acerca del problema del conocimiento, los límites de éste, cómo medir la certeza del conocimiento, cómo transmitir el saber, etc.

Un problema muy conocido es el de la certeza. Según éste, no es posible tener certeza total y absoluta acerca de nada, no existe el conocimiento definitivo e irrefutable. Un ejemplo de pensador claramente orientado en la epistemología sería el francés Descartes, quién pone en duda todo conocimiento que existe durante su búsqueda de una verdad absoluta e irrefutable. Finalmente la encuentra en su famosa sentencia cogito ergo sum o “pienso, luego existo”: puedo dudar de todo, pero no de que estoy dudando, y eso quiere decir que yo existo.

Una pregunta típica en epistemología es la de “si un árbol cae en el bosque sin nadie presente, ¿cómo sabes que hizo ruido en ese momento?”. Pero personalmente me gusta más la que apunta a otro problema epistemológico, el de la vaguedad o indeterminación: “¿cómo sabes en qué momento la manzana que te estás comiendo pasa de ser una manzana a un hueso de manzana?”

Aunque también es una rama muy teórica, la epistemología tiene aplicaciones prácticas inmediatas en el mundo académico y científico. De hecho hay una subrama que se conoce como filosofía de la ciencia, encargada de (entre otras cosas) ayudar a equipos de investigadores científicos a corregir y mejorar sus trabajos para no caer en vicios que invaliden su labor.

Lógica

Es otra rama asociada con la epistemología o que algunos autores la incluyen dentro. Aunque actualmente también se estudia en las facultades de matemáticas, tiene una tradición muy antigua en la filosofía. El primer lógico, llamado también “padre de la lógica” fue Aristóteles, quien escribió un tratado acerca de ello y otro acerca del estudio de las falacias lógicas que empleaban los sofistas y cómo rebatirles.

La lógica, como las matemáticas para la física, es tanto una herramienta de la filosofía como una rama de ésta. Su finalidad es analizar y verificar que el camino entre las premisas y conclusión de un argumento sea correcto, lo que se conoce como inferencia lógica. De esta manera se eleva el trabajo del pensador al evitar caer en errores, o se abre un camino a la crítica en sus argumentos.

Por ejemplo, el argumento “conducir de noche es más peligroso porque se producen más accidentes” parece en principio lógico, pero encierra un error que lo invalida. La conclusión (conducir de noche es más peligroso) es un sinónimo de la premisa (se producen más accidentes), no hay nada externo al razonamiento que lo sostenga, ambos se redirigen mutuamente. Es lo que se conoce como una falacia petición de principio. El argumento correcto sería “conducir de noche es más peligroso (o al conducir de noche se producen más accidentes) porque está más oscuro y hay más conductores ebrios”.

La lógica es indispensable para que al filosofar se haga de manera correcta, con orden; pero también para analizar cualquier enunciado ajeno y detectar un posible sofista. Es pues un arma para el pensamiento crítico que caracteriza al acto de filosofar.

Axiología

La axiología se entiende de dos maneras: primero como la teoría de los valores, que es una serie de tesis acerca de qué valores son los que utilizamos en la vida humana y cuáles de ellos prevalecen sobre otros, o la manera en la cual establecemos estas escalas de valores. Pero la axiología también es una enorme rama que completa aquellos filosofares más prácticos como son la política, la filosofía social y, por supuesto y especialmente, la ética.

Como teoría de valores, uno de los asuntos más típicos que se aborda en la axología es si los entes tienen valor por sí mismos de manera objetiva o si dicho valor es una atribución subjetiva que hacemos nosotros los humanos al ente. Piensen si no en aquello que estiman es lo más valioso en su vida y ahora reflexionen: ¿lo es por como es o por como ustedes lo estiman?

Como rama del filosofar, la axiología se centra en qué valores deben volverse el eje (axios en griego) de nuestra humanidad, tanto a la hora de organizar un Estado (dando así lugar a la filosofía política), poner un orden social (que es lo que estudia la filosofía social) como regular nuestra conducta (que es uno de los objetos de estudio de la ética).

Así pues, la axiología engloba las filosofías acerca de la política, la sociedad y la ética; pero también guarda relación con la filosofía de la cultura. Veamos un poco sobre cada una:

– la filosofía política se encarga de teorizar acerca de cuál es el origen del poder político y qué modelo de estado es más justo para la sociedad, y el trasfondo de todo son los valores que orientan el liderazgo y las instituciones políticas de un país. La influencia de esta rama es visible en el día a día, para ello véase este artículo acerca de los filósofos contractualistas.

Unas preguntas típicas de esta disciplina serían “¿qué origina el poder de un rey o una cámara de representantes?” o “¿es mejor un estado que defienda las libertades individuales o el bienestar colectivo?”

– la filosofía social viene a definir qué es la sociedad, el porqué de su existencia y la relación entre ella y el individuo, pero sobre todo qué valores deben guiar a ésta para su sostenimiento. Guarda una relación muy estrecha, indivisible, con la filosofía política pues es inevitable que cambios sociales impliquen también políticos y viceversa. Un buen ejemplo de ésto es el diálogo La república de Platón, que aunque se considera una obra política, comienza por teorizar el funcionamiento de toda una sociedad utópica.

Una pregunta típica sería “¿qué es justicia social?” o “¿se puede mediante injusticias individuales conseguir la justicia colectiva?”

– la filosofía de la cultura se enfoca especialmente en los valores que se transmiten en una sociedad para otorgarle su idiosincrasia y personalidad colectiva: el origen de éstos (si es natural o convencional), los métodos para su transmisión, lo conveniente o no del cambio en éstos, el papel de la religión, etc. Toda sociedad y poder político que la dirige lo hace a partir de unos valores, como se señaló antes, que a su vez provienen de una cultura

Una pregunta típica sería “¿es la cultura la que hace al hombre o el hombre el que hace a la cultura?” o “¿la cultura surge de manera natural en las sociedades o convencionalmente?”

– la ética, que igualmente guarda relación con las anteriores y las funde en la axiología, tiene por objeto de estudio la conducta humana: qué valores son aquellos que guíen nuestra conducta para obtener una vida buena y justa. Si la filosofía política parece reservada para élites dirigentes y minorías, la ética en cambio alcanza a todos sin excepción, es de una universalidad y cotidianedad que nos absorbe a todos en algunos momentos de nuestra vida, pues todos en algún momento enfrentamos dilemas como el de “¿qué hacer?”, la pregunta más típica en ética.

Pero hay otras preguntas frecuentes como “¿hay que seguir siempre una regla o hay excepciones? ¿cuándo? ¿es el placer un valor válido para una buena vida? ¿es siempre bueno el castigo?” y un largo etcétera.

En definitiva, hay tantas ramas en la filosofía como actividades realiza el ser humano. Las expuestas son las principales, pero hay muchas más filosofías. Por ejemplo, y dentro de la axiología, está la filosofía de la docencia, que estudia cuál es el modelo educativo perfecto o qué valores deberían de ser principio y finalidad de éste. También está la filosofía de la guerra, acerca de qué es el concepto de guerra y qué valores deben guiarnos y orientarnos en la guerra, todo muy relacionado con la ética. También cercana a la ética, la filosofía del deporte sería otro ejemplo.

Y ya fuera de la axiología y más cercana a la epistemología, encontramos la hermenéutica o filosofía de la interpretación textual, que analiza racionalmente textos de todo tipo en busca de conocimiento. O la filosofía del lenguaje, que establece los límites del saber a través de las palabras y los problemas que surge en la comunicación entre humanos y éstos con la realidad. O la filosofía estética, que estudia el tema de la belleza y el papel del arte como elemento para comprender la realidad por vías ajenas a la racionalidad.

Y un poco aparte de todas estas se encuentra la antropología filosófica, que busca entender qué es ser humano, qué no y el por qué.

Como sea, las distintas filosofías abren caminos a nuestro pensamiento, ayuda a comprender la problemática del ser humano con los demás y el mundo, y nos otorga una manera de ennoblecernos en la más inútil de las cosas que hacemos como seres pensantes.