En Tijuana opera un grupo de rescatistas trabaja para auxiliar a las personas en desgracia de una manera integral.
Forman parte de la Unidad Municipal de Asistencia Social (UMAS) y actúan como apoyo de los diferentes grupos de rescate como Cruz Roja y Bomberos, para asistir a quienes enfrentan crisis emocionales derivadas de accidentes, incendios o intentos de suicidio.
Jesús Blancarte ílvarez, coordinador de la unidad, explica que los elementos, socorristas y psicólogos, se mantienen listos las 24 horas, siempre en espera de ser activados por los bomberos o por la línea telefónica 075 de atención a personas en crisis.
En dos pequeños dormitorios con literas, baños con regaderas y una sala de estar que les sirven como centro de operaciones cinco paramédicos y cuatro psicólogos, hombres y mujeres conviven, repasan sus técnicas, preparan su equipo e intercambian experiencias para ofrecer un mejor servicio.
A bordo de dos unidades tipo panel, parejas formadas por un técnico en urgencias médicas y un psicólogo, los integrantes de la UMAS recorren la ciudad para llevar la ayuda que se requiera.
Con el lema Valora, Atiende y Canaliza, estos profesionales han atendido más de 150 reportes de varios tipos a poco más de un año de su creación.
La UMAS ofrece desde atención psicológica hasta despensas y cocinas portátiles para quienes pierden su hogar en algún siniestro.
“Nosotros somos gente humanista, trabajamos con el duelo, muchas personas lo que necesitan también es el calor humano, el apapacho después de que sufren algún desastre, les llevamos una despensa, un saludo o una canalización a alguna dependencia para que los atienda”, afirma Blancarte.
La atención a migrantes que llegan a esta frontera, ya sea del interior del país o deportados de Estados Unidos, ocupa gran parte de los esfuerzos de la UMAS. Muchos son encontrados vagando desorientados por las calles de la ciudad, otros son víctimas de abusos de todo tipo. Los elementos de la unidad son enviados a atenderlos.
“Les ofrecemos comida, los canalizamos a algún refugio o centros de rehabilitación o los apoyamos para conseguirles el pasaje para que regresen a sus lugares de origen”, comenta el coordinador.
El intenso trabajo parece no cansar ni afectar a los elementos de la UMAS. Siempre están dispuestos para salir al siguiente servicio.
La vocación y entrega al trabajo los integra en una familia, para la que servir al necesitado es su forma de vida.