Juan era militar, hijo de Don Remigio que era el administrador de la Hacienda del Conde del Sauz, quien tenía una hija Mariana, en una ocasión que Juan visita a su padre en la hacienda, sucede lo inevitable, él y Mariana se enamoran profundamente pero el Conde se opone a esa relación y obliga a Juan a abandonar la Hacienda y así parte hacia las guerras indias en el norte, desconociendo que del fruto de ese amor, nace un niño.
Es así como se va dando la trama de una de las novelas mexicanas que con más agrado he leído, no tan solo porque su desarrollo mantiene al lector en suspenso, sino también porque los hechos que relata son una mezcla de realidad y ficción que nos lleva a vivir y conocer como era el México de las primeras décadas posteriores a la independencia.
Así conocí que Chalco era un gran lago a través del cual navegaban las trajineras que surtían de alimentos a la ya hambrienta ciudad de México, las costumbres culinarias de esos tiempos con la gran variedad de alimentos que producen esas tierras tan fértiles, como el caldo de huesos que preparaba la Hermosa Cecilia vendedora de frutas en el mercado.
La novela fue escrita por Manuel Payno, quien nació en la ciudad de México en 1810 y por consecuencia le tocó por suerte vivir su juventud en el México que en forma tan amena describe en su novela, el manejo del lenguaje con el que se expresan los distintos personajes, desde los hombres de alta sociedad hasta los “peladitos” de los barrios bajos, ha sido estudiado para conocer mejor el español mexicanizado; el baile conocido como zapateado que era propio de las clases bajas se relata en una fiesta de bandidos; de la lectura del libro aprendí que la expresión “pasos en la azotea” implicaba el terror que tenían los habitantes de la ciudad de México de ser robados y en mucha ocasiones asesinados en sus propias casas durante las noches, en una época de delincuencia desatada que se vivió en ese tiempo en la populosa ciudad, debido a la complicidad de uno de los allegados al Presidente Antonio López de Santana con bandas de criminales, el Coronel Juan Yáñez.
Se describe la que entonces era la principal feria comercial en México que se llevaba a cabo en de San Juan de los Lagos, Jalisco, a la que llegaba contrabando de los puertos de Nayarit principalmente de San Blas, comercio del cual adoptamos conceptos como el mango de manila, las telas de la China o la China Poblana, pues este contrabando llegaba generalmente de Filipinas, a la que se le conocía como “La China” por ser un territorio en buena parte incógnito y lejano para la mayoría de la gente que así lo identificaba.
Uno de los atractivos de esta novela es que cada capítulo deja al lector en una intriga que le obliga a seguir leyendo uno tras otro hasta terminarla y quedarse con el deseo de que la historia no se hubiera acabado y esto obedece a la forma como fue escrita, pues en finales de 1800, no existía televisión ni radio y los libros por su alto costo estaban a disposición de solo unos cuantos, por lo que quienes tenían el afán de la lectura debían de acudir a los periódicos o folletos, en los que se publicaba un capítulo de la novela, por lo general los domingos pues era el día que se contaba con el tiempo para la lectura, así era que las familias se reunían para escuchar a quien en voz alta iba leyendo el relato de esa ocasión y no faltaba quien realizara la lectura en algún lugar público a cambio de algunos centavos que le daban los oyentes.
Con la invención del radio, surgieron las radionovelas un nuevo género que ponía al alcance de más público este tipo de historias, que ahora iban acompañadas de efectos como sonidos o música de fondo que ambientaban la narración; luego, con la televisión vino el fenómeno de las telenovelas que ha limitado el campo de narrativa pues por el tipo de público que las ve, su contenido se concreta a historias de amores imposibles o difíciles que suelen tener finales felices.
La forma como fue escrito Los Bandidos de Rio Frio no demerita su calidad, muchas de las obras de literatura que ahora consideramos como clásicas fueron escritas de esa forma: Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas, Los Miserables de Víctor Hugo, La Guerra y la Paz de Tolstoi, son ejemplos de esto.
Es así que puede considerarse que la obra de Manuel Payno es uno de los clásicos de la Literatura Mexicana y en la sencilla opinión de este servidor, es una de las novelas que debemos leer para comprender mejor las costumbres mexicanas y quizás tomar un poco de cariño por esa hermosa y caótica urbe que es la Ciudad de México.
Les invito a que visiten mi sitio web, cuya dirección aparece abajo, en donde encontrarán un enlace para poder bajar de la red, en forma gratuita, el libro que se comenta y tener la oportunidad de emocionarse, reír y llorar con las aventuras de los personajes reales y ficticios que la narración del autor va describiendo.
Agradezco sus comentarios y sugerencias a mullerod@hotmail.com