En esta segunda parte de la exposición de la fotógrafa mexicana Flor Garduño, presentaremos algunas fotografías interesantes de la sala “Tiempos suspendidos”, en donde Garduño explora otros géneros artísticos y se centra principalmente en las ‘naturalezas silenciosas’.
Para Garduño, estas naturalezas silenciosas representaban bodegones, juegos de luces, abstracciones geométricas, elementos contrastados del blanco y el negro, como analogía de la vida y la muerte. La fotógrafa mostraba la muerte, la soledad y el silencio mediante sus ‘naturalezas silenciosas’.
En esta fotografía, Garduño juega con los contrastes del blanco y el negro en esta sección de sus fotografías. Podemos apreciar a una mujer vestida de blanco, cubierta con un velo, caminando entre un cultivo.
Esta pieza de la exposición resulta interesante, más que nada por las técnicas que Flor Garduño mezcla. No se trata simplemente de una fotografía, sino también de dibujo a grafito, que crea la ilusión para el observador y le hace dudar de si las aves que aparecen en la fotografía son reales o no; y si están dentro del libro o fuera de él.
Esta última fotografía nos resultó un poco inquietante, pues la técnica que Garduño utilizó al sobreponer la imagen de un niño humano con la de un maniquí desgastado nos hace preguntarnos: ‘¿qué estoy viendo?’.
El concepto de ‘naturalezas silenciosas’ es uno que resultó nuevo para nosotros, pero a la vez interesante. En realidad es una traducción literal del húngaro que significa ‘naturalezas muertas’, propuesta hecha por Kati Horna, mentora y amiga de Flor Garduño.
Es por eso que en las fotografías de esta sección hay muchas sombras, y dan un aire triste y seco.
En definitiva, el trabajo de Flor Garduño debe reconocerse y ser más apreciado en el país, especialmente porque la artista es originaria de México. Desconocíamos su obra y trayecto, pero tras haber visitado la galería de su exposición, invitamos a otros más a que sigan sus fotografías. No se arrepentirán.