La comida es una parte importante de nuestras vidas y de la cultura de cada comunidad. Desde el hecho de cómo se preparan ciertos platillos, hasta los ingredientes utilizados, a pesar de sus diferencias a lo largo del mundo, todos comparten un objetivo común: transmitir sentimientos positivos y llenar de alegría el estómago de quienes prueban los platillos.
Como alguien que disfruta de cocinar, me basaré en mis propias experiencias y en lo que me hace sentir cuando preparo comida para uno o varios seres queridos.
Siempre que pienso qué preparar para la comida, tengo en mente quién será la persona que la probará. A la hora de cocinar, las emociones que siento en el momento influyen mucho en mis platillos. Hay días en que mi humor no es el mejor, y eso muchas veces suele hacer que los guisos sean salados, o que el arroz se queme un poco. Por otro lado, si mi estado de ánimo está en paz y balanceado, la comida termina teniendo un sabor mucho más delicioso.
Cocinar un platillo para alguien especial me llena de un sentimiento de satisfacción y felicidad, luego saber que a la persona le gustó, provoca una calidez en el corazón que se expande y te hace sentir bien. Funciona como una alegría compartida entre dos personas que se preocupan por el otro y se entienden.
El acto de cocinar no es el único que carga con cierto simbolismo o cariño, sino también poder comer en compañía de alguien más.
Hoy en día, muchas personas tienen rutinas aceleradas y ocupadas, por lo que lograr hacer un pequeño espacio en sus agendas para tomarse el tiempo de sentarse a la mesa con alguien más y disfrutar juntos de la comida es algo que llena de emoción y contento a cada uno de los involucrados.
Y es que, ¿acaso no son los postres los mejores regalos para levantar el ánimo de los demás, y hacerles saber lo mucho que te importan?
En la mesa, durante la hora de comer, las personas que se reúnen aprovechan ese espacio para charlar, contar algo emocionante que haya pasado en su día, o los planes que tienen para la tarde; además que nos hace más abiertos para hablar de nuestras preocupaciones o tristezas. Incluso en las citas: cuando alguien invita a salir a otra persona con intención de conocerse, el mejor lugar para ello es un restaurante.
La comida nos une a través de sus sabores.
Y tú, ¿qué opinas que la comida sea una forma artística de expresar lo que sientes, ya sea de manera consciente o inconsciente?