La expresión “patear la escalera”, popularizada por Friedrich List en el siglo XIX y retomada en tiempos modernos por Ha-Joon Chang, describe una estrategia de las naciones desarrolladas para mantener su hegemonía al impedir que otros países accedan a los mismos recursos y políticas que ellas usaron para prosperar. En el contexto mexicano, esta metáfora tiene resonancias profundas, pues evidencia cómo la dinámica del comercio internacional y las políticas económicas globales han condicionado el desarrollo del país.
El proteccionismo industrial en la historia
Países desarrollados como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Japón alcanzaron su posición gracias al proteccionismo estatal, que fomentó el crecimiento de sus industrias nacientes. Sin embargo, una vez alcanzado un nivel de industrialización avanzada, promovieron el libre comercio y el liberalismo económico como doctrinas universales, dificultando que otros países pudieran seguir el mismo camino.
México, en particular, enfrentó esta problemática desde su integración en la división internacional del trabajo durante el siglo XIX, desempeñándose como proveedor de materias primas y consumidor de bienes manufacturados. Esta dependencia limitó sus posibilidades de desarrollo industrial autónomo. Solo durante períodos específicos, como el “Milagro Mexicano” en la segunda mitad del siglo XX, se adoptaron políticas proteccionistas que lograron fomentar la industrialización y el crecimiento económico.
Un claro ejemplo de “patear la escalera” en el contexto mexicano se dio con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994. Aunque el acuerdo trajo beneficios en términos de exportaciones y atracción de inversión extranjera, también debilitó sectores industriales estratégicos, como la industria textil y la agricultura tradicional, al exponerlos a la competencia desleal de productos extranjeros subsidiados.
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Otro caso relevante es la industria automotriz mexicana. Si bien es una de las más dinámicas del país, su integración en las cadenas de valor globales está condicionada por la dependencia tecnológica de empresas extranjeras. Esto limita la transferencia de conocimientos y la capacidad de México para desarrollar marcas propias que compitan en el mercado global.
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Propuestas para evitar dicha trampa
Para superar los efectos de estas políticas y evitar ser víctima, México necesita adoptar estrategias que promuevan el desarrollo industrial sostenible. Entre ellas:
Inversión en ciencia y tecnología: Fomentar la innovación y el desarrollo de tecnología propia para reducir la dependencia de importaciones y mejorar la competitividad de la industria nacional.
Proteccionismo inteligente: Establecer políticas que protejan sectores estratégicos mientras se desarrollan capacidades internas, como hizo Alemania en su etapa inicial de industrialización.
Integración regional: Colaborar con países de América Latina para crear un mercado común que permita un desarrollo industrial equilibrado y competitivo frente a los bloques económicos de Europa, Asia y América del Norte.
Educación y capacitación: Apostar por el desarrollo del capital humano mediante programas educativos enfocados en habilidades técnicas y científicas.
En un mundo donde las reglas del juego están diseñadas para favorecer a los más fuertes, México enfrenta el desafío de escalar su propia “muralla del desarrollo”. Para lograrlo, es esencial evitar caer en las trampas del neoliberalismo extremo y construir políticas económicas que prioricen el bienestar de la sociedad y la autonomía industrial del país.
Bibliografía:
Vaconfirma. Pateando la escalera. https://vaconfirma.com.ar/?articulos/id_14913/pateando-la-escalera
Fernández Leost, J. A. (2011). Origen y consolidación del liberalismo político: una mirada moderada. El Catoblepas, 117.